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Vol. 20. Núm. 4.
Páginas 188-193 (octubre - diciembre 2013)
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Vol. 20. Núm. 4.
Páginas 188-193 (octubre - diciembre 2013)
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Reparación valvular tricúspide mediante un anillo de diseño tridimensional: resultados a medio plazo
Tricuspid valve repair with a three-dimensional design ring: Mid-term results
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Emilio Monguió
Autor para correspondencia
emiliomonguio@gmail.com

Autor para correspondencia: Avenida de Barber 30, 45004 Toledo, España.
, Beatriz Castaño, Cristina de la Rosa, Ana Pérez Serradilla, José A. Buendía, Carolina Maicas, Luis F. López Almodóvar, Juan E. Alcalá, Pedro Lima, Alfonso Cañas
Servicios de Cirugía Cardiaca, Cardiología y Anestesiología, Complejo Hospitalario de Toledo, Toledo, España
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Tabla 1. Datos clínico-demográficos
Tabla 2. Datos quirúrgicos
Tabla 3. Análisis de posibles relaciones de IT residual significativa
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Resumen
Introducción

Determinar los resultados clínicos y ecocardiográficos de pacientes sometidos a reparación valvular tricúspide mediante el sistema de anuloplastia MC3.

Material y métodos

Se realizó anuloplastia con anillo MC3 a 134 pacientes consecutivos desde mayo del 2008 hasta mayo del 2013. La edad media fue de 67,9 años y un 73,1% fueron mujeres. El 16,4% de los pacientes tenían cirugía cardiaca previa. En el ecocardiograma existía ventrículo derecho dilatado (diámetro diastólico mayor de 42mm) en el 34,3%, y en el 55,2%, hipertensión pulmonar severa (presión sistólica pulmonar mayor de 60mmHg). Todos los pacientes recibieron cirugía valvular mitral y/o aórtica. Se realizó un ecocardiograma previamente a la intervención y antes del alta en todos los pacientes, y durante el seguimiento siempre que fue posible.

Resultados

La insuficiencia tricuspídea mejoró desde un valor medio de 3,16 ± 0,63 (en una escala de 0 a 4+, siendo 0 la ausencia de insuficiencia y 4+ insuficiencia severa) a 1,43 ± 0,93 en el ecocardiograma previo al alta (p<0,001). La mortalidad hospitalaria fue del 8,2%. La mediana de seguimiento fue de 22 meses (rango 1-61 meses). Se obtuvo ecocardiograma en el seguimiento en el 38,8% de los pacientes, siendo la media del valor de insuficiencia en el seguimiento de 1,35 ± 0,79. No hubo diferencias entre el valor al alta y en el seguimiento (p=0,172).

Conclusiones

El sistema de anuloplastia MC3 presenta unos buenos resultados en el postoperatorio inmediato en términos de reducción de la insuficiencia tricuspídea. Dichos resultados se mantienen durante el seguimiento.

Palabras clave:
Insuficiencia tricuspídea
Cirugía
Prótesis valvular
Abstract
Background

The purpose of our study was to report our clinical and echocardiographic experience of tricuspid valve repair with the MC3 annuloplasty system.

Material and methods

From May 2008 to May 2013, 134 consecutive patients with functional tricuspid regurgitation underwent tricuspid valve repair with MC3 rings. Mean age was 67.9 years and 73.1% were women. Previous cardiac surgery was noticed in 16.4% of the patients. Right ventricle was dilated (diastolic diameter greater than 42mm) in 34.3%. 55.2% of the patients had severe pulmonary hypertension (systolic pulmonary pressure greater than 60mmHg). The most frequent associated procedures were mitral valve replacement and multiple valve replacement. All patients underwent an echocardiogram prior to intervention and prior to hospital discharge. It was also perfomed during follow-up when possible.

Results

Tricuspid regurgitation was evaluated in a 0 (none) to 4+ (severe) scale. It decreased from a mean value of 3.16±0.72 to 1.43±0.93 prior to hospital discharge (P<.001). Median follow-up was 18 months (range 1-43). In-hospital mortality was 8.2%. Median follow-up was 22 months (range 1-61). Follow-up echocardiogram could be obtained in 38.8% of the series. Mean tricuspid regurgitation in the follow-up was 1.35±0.79. There was no significant increase in residual tregurgitation in the follow-up (P=.172).

Conclusions

Edwards MC3 ring corrects functional tricuspid regurgitation. Clinical and echocardiographic results were similar during follow-up in terms of residual tricuspid regurgitation.

Keywords:
Tricuspid regurgitation
Surgery
Valvular prosthesis
Texto completo
Introducción

La insuficiencia tricuspídea (IT) funcional es un hallazgo frecuente en pacientes con valvulopatía mitral y se produce como consecuencia de un remodelado del lado derecho del corazón, en parte debido a un aumento sostenido en el tiempo de la presión pulmonar y, en parte, a otros factores, como la aparición de fibrilación auricular1. Esto condiciona una dilatación progresiva del anillo tricúspide, que es característicamente asimétrica. Mientras que la dilatación del segmento septal es más limitada debido a su íntima relación con el esqueleto fibroso del corazón y el septo interventricular, el segmento anterior puede aumentar hasta un 40% y en el caso del segmento posterior del anillo tricúspide puede llegar a un 80%. La dilatación también afecta a las comisuras, especialmente a la anteroposterior y la posteroseptal (hasta un 30%), y en menor grado a la comisura anteroseptal2.

Durante décadas, la IT funcional no se trató sistemáticamente por la idea de que era una entidad que se corregía automáticamente tras la cirugía de la valvulopatía mitral causante3, la cual centraba los estudios y esfuerzos terapéuticos de cardiólogos y cirujanos cardiacos. La IT severa no tratada tiene un fuerte impacto negativo tanto en la situación funcional como en la supervivencia de los pacientes con valvulopatía mitral4,5, por lo que ha de desterrarse la idea de que la IT funcional no tratada tenga un escaso papel pronóstico. A pesar de estos hechos, es posible que el volumen de procedimientos realizados sobre la válvula tricúspide en pacientes mitrales sea todavía insuficiente6.

Se han descrito varios procedimientos quirúrgicos para reparar la válvula tricúspide: la sutura de los bordes libres análoga a la técnica de Alfieri mitral7; la anuloplastia de de Vega, que mediante una doble sutura plica la porción anterior y posterior del anillo8; la bicuspidización o técnica de Kay9, y las anuloplastias con anillos o bandas que, a su vez, pueden ser flexibles o rígidos. Estas técnicas, que emplean anillos protésicos, han demostrado en algunos estudios, incluso con aleatorización, ser superiores al resto de los procedimientos10,11. En un estudio retrospectivo de más de 700 pacientes, la utilización de un anillo protésico de anuloplastia se asoció a una mayor supervivencia global y libre de eventos adversos12.

Existen escasos estudios retrospectivos que engloban a unos pocos centenares de pacientes con IT funcional tratadas mediante el anillo MC3 publicadas hasta la fecha13-15,20,21. El objetivo de nuestro trabajo es añadir información sobre los resultados clínicos y ecocardiográficos del tratamiento con este anillo de diseño tridimensional en estos pacientes.

Métodos

Mediante búsqueda en el registro informático de nuestro servicio, se realizó un estudio retrospectivo de los pacientes en los que se había realizado reparación valvular tricúspide utilizando el sistema de anuloplastia Edwards MC3. La particularidad de este anillo relativamente reciente en el armamentario terapéutico es que tiene un diseño tridimensional que se aproxima a la forma del anillo tricúspide nativo. Se revisaron las historias clínicas de todos los pacientes, incluyendo estudios preoperatorios, protocolos quirúrgicos y datos evolutivos postoperatorios respectivos, y además se obtuvo información de la situación clínica de los pacientes en el seguimiento mediante comunicación telefónica y/o revisión de la historia clínica digital de atención primaria.

Desde mayo del 2008 hasta mayo del 2013, se implantó un anillo Edwards MC3 en 134 pacientes consecutivos con valvulopatía del lado izquierdo del corazón e IT que fueron remitidos a cirugía. Las características demográficas y clínicas de los pacientes se describen en la tabla 1. La etiología de la valvulopatía izquierda asociada fue reumática en el 79,1% de los pacientes (lo cual incluye a los 22 pacientes con cirugía cardiaca previa); estenosis aórtica degenerativa calcificada en el 10,4%; enfermedad mitral degenerativa por deficiencia fibroelástica o enfermedad de Barlow en el 6,7%, endocarditis en el 2,2% de los casos y afección congénita mitral en el 1,5%. Tomando en consideración las recomendaciones de las guías de práctica clínica recientes16,17, la indicación de cirugía de reparación valvular tricúspide en nuestro grupo fue la presencia de IT severa, o bien IT (a partir de grado 2+) acompañada de hipertensión pulmonar severa o dilatación anular significativa. Se consideró dilatación anular significativa cuando el anillo tricúspide nativo medía más de 40mm en el ecocardiograma preoperatorio o bien cuando el anillo nativo medido directamente en el campo era mayor de 70mm.

Tabla 1.

Datos clínico-demográficos

Datos  n (%) 
Sexo femenino  98 (73,1%) 
Edad ± DE (años)  68±10 
Clase funcional
NYHA I  6(4,5%) 
NYHA II  62 (46,3%) 
NYHA II  53 (39,6%) 
NYHA IV  13 (9,7%) 
Fibrilación auricular  104 (77,6%) 
Ventrículo derecho dilatado (diámetro diastólico> 42 mm)  46 (34,3%) 
FEVI media  56,39±6,78 
Hipertensión pulmonar severa (PSAF > 60 mmHg)  74 (55,2%) 
Cirugía cardiaca previa  22 (16,4%) 
EuroSCORE logístico  9,35±6,02 
Insuficiencia tricuspídea preoperatoria
2+  26 (19,4%) 
3+  60 (44,8%) 
4+  48 (35,8%) 
Marcapasos endocavitario definitivo preoperatorio  2 (1,5%) 

En todos los pacientes se realizó un ecocardiograma transtorácico previo a la cirugía y al menos un ecocardiograma postoperatorio antes del alta. Se recogieron asimismo los ecocardiogramas realizados durante el seguimiento cardiológico de los pacientes. La gravedad de la IT se evaluó en una escala de 0 a 4+ (siendo 0 la ausencia estricta de IT, el grado 1+ leve o trivial, grado 2+ leve-moderada, grado 3+ moderada-severa, y grado 4+ severa). La distribución preoperatoria del grado de IT figura en la tabla 1.

Dos de las intervenciones (1,5%) se realizaron de forma urgente debido a edema agudo de pulmón resistente a tratamiento médico.

En 3 pacientes (2,2%) que presentaban fibrilación auricular paroxística se realizó crioablación asociada. El resto de los pacientes tenían fibrilación auricular permanente y no se realizó cirugía de la fibrilación auricular.

Durante el período correspondiente al estudio un paciente intervenido requirió comisurotomía tricúspide por fusión comisural asociada y en 2 pacientes con varias cirugías previas se realizó ampliación de velo anterior además de la anuloplastia por dilatación severa del anillo tricúspide asociada a «tethering» severo de los velos. Dichos pacientes fueron excluidos del estudio.

Tras anestesia general y monitorización invasiva estándar, incluyendo ecocardiografía transesofágica intraoperatoria, la cirugía se realizó mediante esternotomía media completa y circulación extracorpórea en todos los pacientes. Siguiendo el protocolo habitual tras heparinización completa se canularon la aorta ascendente y ambas cavas en todos los casos. La protección miocárdica se realizó mediante hipotermia moderada (30°C) y cardioplejía anterógrada y retrógrada hemática fría. Tras la corrección de las valvulopatías del lado izquierdo y la realización de los injertos coronarios cuando fue necesario se realizó una anuloplastia con anillo Edwards MC3 a través de una auriculotomía derecha paralela al surco aurículo-ventricular. Los procedimientos quirúrgicos asociados se explican en la tabla 2. Se midió el tamaño adecuado analizando el medidor que en cada caso ajustaba de forma más precisa con la distancia entre las comisuras anteroseptal y posteroseptal del paciente y con la superficie del velo anterior de la válvula tricúspide nativo desplegado. El fabricante ha sugerido en el caso de la IT funcional, a diferencia de otras etiologías, implantar un anillo una talla menor al correspondiente por el medidor. Los tamaños empleados en nuestro grupo de pacientes figuran en la tabla 2. Se pasaron entre 7 y 10 suturas de Ti-Cron 2/0 (Tyco Healthcare, Hampshire, Reino Unido) a lo largo del anillo tricúspide nativo evitando la región del tejido de conducción para fijar el anillo protésico. Todos los pacientes recibieron antiagregación y anticoagulación, primero por vía intravenosa con heparina y luego por vía oral con acenocumarol, de acuerdo con las recomendaciones actuales16 según el tipo de prótesis implantada en el lado izquierdo.

Tabla 2.

Datos quirúrgicos

Procedimiento  n (%) 
Procedimientos asociados
Reemplazo valvular mitral  59 (44%) 
Reemplazo valvular aórtico  14 (10,4%) 
Reemplazo valvular aórtico y mitral  56(41.8%) 
Reparación valvular mitral  5 (3,8%) 
Revascularización coronaria asociada  14 (10,4%) 
Tamaño del anillo Edwards MC3
28 mm  6 (4,5%) 
30 mm  55 (41%) 
32 mm  52 (38,8%) 
34 mm  21 (15,7%) 

El análisis estadístico de los resultados se realizó mediante el paquete estadístico SPSS 15.0 (Chicago, Illinois, EE. UU.). Las variables cuantitativas se expresan como media ± desviación estándar, o mediana y rango en el caso de tiempos de seguimiento. Las variables cuantitativas se compararon mediante la t de Student, y las cualitativas mediante la χ2. El análisis de la supervivencia se realizó mediante el método de Kaplan-Meier. Se consideró significación estadística un valor p menor de 0,05.

Resultados

El implante del anillo se realizó sin complicaciones en todos los pacientes.

La mortalidad operatoria (considerando esta la que se produce durante el ingreso o dentro de los primeros 30 días tras la intervención) fue del 8,2% (n=11). Cinco pacientes fallecieron precozmente debido a fracaso multiorgánico postoperatorio, 3 pacientes fallecieron por fracaso ventricular por rotura de pared libre del VI, mientras que un paciente falleció debido a trombosis aguda de la prótesis mitral en el postoperatorio inmediato, otro por muerte súbita no filiada durante su estancia en planta de hospital, y otro por pancreatitis aguda. En cuanto a la morbilidad quirúrgica, hubo 3 pacientes que fueron reintervenidos por hemorragia postoperatoria excesiva o taponamiento cardiaco (2,2%), así como un caso de infección profunda de herida quirúrgica que requirió reintervención (0,7%). Cuatro pacientes (3%) presentaron en el postoperatorio inmediato bloqueo de la conducción auriculoventricular que precisó implante de marcapasos definitivo.

La mediana de seguimiento fue de 22 meses (rango 1-61), siendo completo en todos los pacientes en el momento de recoger los datos de la serie. La supervivencia a un año de la serie fue del 88%. Al finalizar el estudio, se encontraba vivo el 85,8% de la serie. Hubo 8 casos de mortalidad en el seguimiento, lo que representa un 6% de los pacientes. Tres pacientes fallecieron debido a endocarditis protésica mitral tardía en el contexto de una sepsis, 2 pacientes fallecieron por neumonía adquirida en la comunidad, 2 por causas oncológicas y otro paciente falleció de hemorragia retroperitoneal espontánea. Hubo 3 casos de reintervenciones cardiacas en la serie (2,2%): 2 casos de endocarditis mitral tardía y un caso de dehiscencia de la prótesis mitral. En ninguno de ellos fue preciso reintervenir la reparación tricúspide. Durante el seguimiento, no se documentaron complicaciones relacionadas con el anillo (dehiscencia del anillo, hemólisis o fenómenos tromboembólicos). El análisis gráfico de la supervivencia se presenta en la figura 1.

Figura 1.

Análisis de la supervivencia de la serie.

(0.09MB).

La clase funcional mejoró desde 2,54±0,73 preoperatoriamente hasta 1,40±0,49 en el momento del alta (p<0,001).

La IT funcional se redujo de forma efectiva mediante la reparación valvular con anillo Edwards MC3. La gravedad media de la IT disminuyó desde un grado de 3,16±0,72 hasta 1,43±0,93 (p<0,001) en el ecocardiograma transtorácico postoperatorio (fig. 2). No se encontraron pacientes que tuvieran un gradiente transtricuspídeo mayor de 4mmHg tras la anuloplastia.

Figura 2.

Evolución de la IT antes y después de la reparación.

(0.07MB).

Durante el seguimiento se obtuvieron datos ecocardiográficos en el 38,8% (n=52) de los pacientes, siendo la mediana de tiempo desde la intervención hasta el ecocardiograma de control de 11 meses (rango 1-52 meses). La media de la IT en el seguimiento fue de 1,35±0,79. No hubo diferencias significativas entre la IT en el seguimiento y la IT residual en el ecocardiograma obtenido al alta (p=0,172). Ningún paciente requirió reintervención por IT residual durante el seguimiento.

Hubo 14 pacientes con IT residual al alta mayor de 2+ (10,4%). En el análisis univariado no se pudo detectar relación entre dicha IT y las variables edad, EuroSCORE, fibrilación auricular, grado NYHA, cirugía cardiaca previa, dilatación de ventrículo derecho, hipertensión pulmonar severa, grado de IT preoperatoria y tamaño del anillo empleado (tabla 3). Sin embargo la dilatación de ventrículo derecho se quedó al borde de la significación (p=0,06). De los pacientes con IT residual significativa al alta al final del seguimiento, se había realizado ecocardiograma en el seguimiento a 5 de ellos, de los cuales 4 habían mejorado el grado de IT (grado 2+) y 1 permanecía sin cambios (grado 3+).

Tabla 3.

Análisis de posibles relaciones de IT residual significativa

  IT residual>2 n=14  IT residual2 n=120 
Edad  68,5±10,4  67,8±9,9  0,827 
EuroSCORE logístico  8,8±4,2  9,4±6,2  0,720 
Fibrilación auricular  71,4%  78,3%  0,559 
NYHA preoperatoria
I:II:III:IV  0%:50%:42,8%:7,1%  5%:45,8%:39,1%:10%  0,885 
Cirugía cardiaca previa  28,5%  15%  0,204 
Ventrículo derecho dilatado  57,1%  31,6%  0,066 
Hipertensión pulmonar severa  50%  55,8%  0,678 
IT preoperatoria  3,43±0,6  3,1±0,7  0,156 
Tamaño del anillo empleado
28:30:32:34  0%:71,4%:21,4%:7,1%  5%:37,5%:40,8%:16,6%  0,140 
Discusión

De nuestros datos puede desprenderse que el sistema de anuloplastia Edwards MC3 es un anillo que proporciona buenos resultados a corto y medio plazo para el tratamiento de la IT funcional en pacientes con valvulopatías del corazón izquierdo. El seguimiento clínico y ecocardiográfico de estos pacientes nos proporcionará información para conocer los resultados de esta reparación a largo plazo. Un aspecto especialmente positivo es la escasa incidencia de bloqueo en la conducción AV que precisara implante de marcapasos a pesar de la relación anatómica tan cercana entre el segmento septal del anillo protésico y del sistema de conducción. Nuestro hallazgo es igual a otras series15, mientras que otros trabajos realizados con otras técnicas de reparación puede llegar al 10 o al 15%18,19.

De los trabajos publicados hasta la fecha con el anillo MC3, llama la atención la diversidad de los grupos en cuanto a las características de los pacientes, la valoración de la IT, los criterios empleados para indicar la reparación, la elección del tamaño del anillo, o incluso la técnica quirúrgica empleada13-15,20,21. Como ejemplo, en la serie de Yoda et al.14 se realizó la anuloplastia tricúspide con el corazón latiendo tras el despinzamiento (a diferencia del resto de los grupos), y también se realizó anuloplastia a aquellos pacientes con un diámetro mayor de 45mm medido con una regla estéril con el corazón latiendo independientemente del grado de IT preoperatoria.

Los resultados utilizando este anillo también son dispares, desde estudios en los que la IT residual al alta moderada o severa ocurre en aproximadamente el 1-3% de los casos14,15 hasta otros20 en los que es del 16% a pesar de mejorar significativamente el grado de IT con la anuloplastia con el MC3. Hallazgos similares ocurren cuando se analiza la IT residual durante el seguimiento, que puede llegar al 14%20. En nuestra experiencia 14 pacientes (10,4%) tuvieron IT mayor a 2+ al alta mientras que de los pacientes que tuvieron ecocardiograma de seguimiento 2 (3,8%) presentaron este hallazgo.

Creemos que la reducción obtenida en la IT en nuestra serie es bastante satisfactoria y que nuestros resultados van en la línea de los del resto de las series publicadas. En nuestra opinión, las diferencias encontradas pueden atribuirse a varios factores, como la propia naturaleza de la IT o la heterogeneidad de los pacientes. En primer lugar, la IT es una valvulopatía dinámica que depende mucho de factores, como la precarga del ventrículo derecho o la contractilidad del mismo, y puede modificarse en función el tratamiento diurético que reciben estos pacientes casi siempre. Por otro lado, en la serie de Jeong13 los pacientes intervenidos tenían claramente una edad media menor (52 años), menor incidencia de fibrilación auricular (60%) y cirugía cardiaca previa (4%), y la IT preoperatoria era severa en solo el 6% de los casos.

Un aspecto que se debe tener en cuenta es la elección del tamaño del anillo. Jeong et al. afirma en su trabajo13 que no existe una regla de oro para la elección de dicho tamaño. Su grupo elige un anillo una o 2 tallas menor en función de factores como la dilatación de la aurícula derecha. Otros grupos15 son más estrictos y sistemáticamente emplean anillos por debajo de 28mm en todos los casos. En la serie20 que mostró peores resultados del anillo MC3, el tamaño medio del anillo fue de 27,2 ± 1,4mm con un rango de 26 a 32mm. Nosotros no hemos hecho sistemáticamente reducción en una o 2 tallas del tamaño correspondiente del anillo. Solamente en caso de duda entre 2 tamaños, midiendo tanto la distancia intertrigonal como la superficie del velo anterior, se eligió el anillo de número menor. De los datos disponibles hasta ahora, no parece que el menor tamaño del anillo empleado sea un factor que condicione directamente el mayor éxito de la reparación. En las series que han analizado análisis multivariante para intentar encontrar predictores de IT residual13,14, el tamaño del anillo no se relacionó significativamente. En nuestros pacientes tampoco se encontró relación. Parecen más importantes factores como las dimensiones de los ventrículos izquierdo y derecho13,14, así como la hipertensión pulmonar13. En nuestra serie, aunque no pudimos detectar variables relacionadas con la IT residual de forma significativa posiblemente por necesitar un mayor tamaño muestral, sí apreciamos una tendencia a una mayor incidencia de IT residual en los pacientes con ventrículo derecho dilatado (mayor de 42mm en el ecocardiograma preoperatorio). En el estudio ecocardiográfico de Fukuda et al.20 se encontró que los pacientes con mayor «tethering» preoperatorio de la válvula tricúspide presentaban una mayor incidencia de IT residual. Dicho trabajo concluye que posiblemente en estos pacientes que presentan una mayor dilatación de las cavidades ventriculares, la corrección mediante la anuloplastia no sea suficiente, y sea necesario asociar alguna otra técnica. En este sentido, la descrita por Dreyfus de ampliación del velo anterior mediante parche de pericardio22 parece ser una buena opción, que nuestro grupo también ha comenzado a emplear.

Históricamente, uno de los desafíos de la reparación valvular tricúspide es encontrar un método adecuado para estimar el grado óptimo de corrección. En uno de los trabajos más importantes de anuloplastia con anillos protésicos, el de McCarthy et al.23, el tamaño del anillo empleado quedaba a criterio del cirujano. En torno a un 15% de los pacientes tenían IT residual grado 3+ o 4+ en el primer ecocardiograma, independientemente de la técnica utilizada (anuloplastia con anillo protésico, con banda de pericardio, o de Vega). El análisis de la recurrencia de la IT no demostró que el tamaño del anillo fuera un factor predictor de IT residual. Navia et al. publican en 2010 resultados de reparación valvular tricúspide en IT funcional24 en el que se evalúan varios anillos protésicos, entre ellos el anillo Edwards MC3, mostrando una eficacia similar de este en la reducción de la IT frente a otros disponibles del mercado. También demuestran un menor riesgo de reaparición de IT en el seguimiento, siempre que se utilice un anillo protésico. Se comenta en dicho artículo un hecho interesante a nuestro modo de ver: a diferencia de la reparación valvular mitral, los resultados de la reparación valvular tricúspide son imperfectos en el tiempo. Esto probablemente sea debido a que se trata de una afección que afecta a varios niveles: valvular, subvalvular y ventricular, que deberán ser enfocados en el futuro.

Otro aspecto en discusión es la indicación de reparación tricúspide en pacientes valvulares sometidos a cirugía. Nosotros hemos realizado anuloplastia sistemáticamente en aquellos pacientes que presentan IT teniendo en cuenta 3 aspectos: la gravedad de la IT, el grado de hipertensión pulmonar y el diámetro anular tricúspide medido en el ecocardiograma o medido directamente en el corazón (debería realizarse anuloplastia si este fuera mayor de 70mm, independientemente del grado de la IT, según proponen Dreyfus et al.25). Existen datos que parecen indicar que el grado de dilatación anular en el momento de la cirugía valvular es un parámetro clave a tener en cuenta26, incluso independientemente del grado de IT en el momento de la cirugía, dado que la anuloplastia en estos pacientes podría producir un cierto remodelado inverso ventricular y prevenir el desarrollo de una nueva IT. Es posible que, dados los resultados mencionados antes y el conocimiento en la literatura hasta la fecha, sea necesario en el futuro ampliar el espectro de pacientes en quienes debe corregirse la IT funcional.

El anillo tricúspide nativo tiene una compleja estructura tridimensional, diferente de la del anillo mitral nativo, que tiene una forma más simétrica. El estudio de Fukuda et al.27 analizó la forma del anillo tricúspide nativo en personas sanas y en pacientes con IT funcional mediante ecocardiografía 3D transtorácica a lo largo del ciclo cardiaco. En las personas sanas el anillo tricúspide tiene una forma elíptica tridimensional, con la porción posteroseptal dirigida hacia el ápex y la porción anteroseptal dirigida cranealmente. En pacientes con IT funcional, el anillo se aplana, quedando todo su contorno en un mismo plano en el espacio, y se convierte en más circular en lugar de elíptico. Los autores indicaban que en el futuro los anillos protésicos de reparación tricúspide deberían tener en cuenta esta configuración del anillo para obtener un resultado lo más fisiológico posible.

Hasta nuestro conocimiento, este es el primer estudio que demuestra la efectividad de este anillo en la corrección de la IT funcional en los pacientes de nuestro país. Presenta un número considerable de casos y con un seguimiento igual o mayor que otros estudios ya publicados en la literatura científica mundial con la utilización del anillo MC3.

Nuestro estudio presenta como limitación el hecho de tratarse de un estudio retrospectivo en el que no se comparan otras técnicas. El seguimiento ecocardiográfico no se pudo completar en todos los casos debido a la gran dispersión geográfica y a las características socioeconómicas de los pacientes de nuestro medio, que hace difícil el reclutamiento de los pacientes y que constituye también una limitación del estudio. Por otro lado, la IT funcional es una afección compleja, con un curso evolutivo lento, y cuya evolución a largo plazo con el uso de este anillo todavía está por ver.

Conclusiones

En nuestra serie, el sistema de anuloplastia Edwards MC3 presentó unos buenos resultados en la corrección de la IT funcional en pacientes con valvulopatías del lado izquierdo del corazón. Los resultados obtenidos van en línea con los de las otras series publicadas hasta ahora. Sin utilizar anillos protésicos infradimensionados de forma sistemática, los resultados son también favorables. Es posible que en pacientes con IT que presentan dilatación significativa de ventrículo derecho, la anuloplastia no sea suficiente y el riesgo de IT residual sea mayor. Dichos resultados, a la vista de lo que dejan entrever nuestros resultados, parecen mantenerse durante el seguimiento a medio plazo estudiado sin cambios significativos. Por otro lado, sería deseable un estudio aleatorizado que pudiera comparar realmente la utilidad del diseño tridimensional frente a los diseños adaptados del ámbito de la reparación mitral.

Conflicto de intereses

Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

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