Justificación: La endocarditis infecciosa (EI) presenta una tasa de mortalidad hospitalaria que varía del 15 al 30% en las diversas series. La identificación rápida de los pacientes (p) con mayor riesgo de muerte podría permitir cambiar el curso de la enfermedad y mejorar el pronóstico.
Objetivo: Analizar la utilidad de diversos scores clínicos (ver método) en identificar p de alto riesgo, así como los resultados de la cirugía en estos p.
Método: Incluimos todos los casos de p hospitalizados por EI confirmada entre mayo de 2009 y febrero de 2017, siempre que dispusiéramos de todos los datos clínicos pertinentes. Evaluamos el grado de comorbilidad utilizando el índice de Charlson (iCh) ajustado por edad y el riesgo quirúrgico evaluado mediante un score genérico, el EuroScoreII, y otro específico de EI, el score de De Feo. También atendimos a la presencia de predictores de mal resultado clínico tal y como se especifican en las guías de endocarditis de la ESC de 2015 (en su tabla 15).
Resultados: Obtuvimos un total de 52p, edad media 71±11años, 62% mujeres; la tasa de mortalidad hospitalaria global fue del 23%. No hubo diferencias significativas entre los p fallecidos en el hospital y los que sobrevivieron en cuanto a su grado de comorbilidad, con una mediana de iCh de 5,75 (4,5-6,6) vs. 4,85 (3-6,7). En cambio, un riesgo quirúrgico más elevado sí se asoció a una mayor incidencia del desenlace fatal, con una puntuación del EuroScoreII del 15% (9-28%) y del score de De Feo de 21 (18-27) en los fallecidos respecto al 4,3% (2,2-6,9%) y 15 (9-19) en los supervivientes. El número de predictores de mal resultado clínico fue también significativamente mayor en los fallecidos, mediana de 6 (5-8), respecto a los no fallecidos, mediana de 4 (3-6). Analizando cada uno de los predictores por separado, solo se asociaron por sí mismos con la mortalidad hospitalaria el shock séptico (ocurrió en 6/12 fallecidos [50%], vs 6/40 [15%], p=0,012) y la presencia de complicaciones perianulares (presentes en 5/12 [42%], respecto a 6/40 supervivientes [15%], p=0,047). Entre los p con indicación quirúrgica clara, un EuroScoreII ≥15% se asoció con una altísima mortalidad tanto entre los operados (67%) como entre los no operados (57%). De igual modo, la cirugía tampoco mejoró el pronóstico de aquellos con 6 o más predictores de mal resultado clínico, con una mortalidad del 67% entre los operados y del 62% en los no operados.
Conclusiones: Los scores de riesgo quirúrgico y la presencia de predictores de mal resultado clínico podrían ayudar a identificar a los p de mayor riesgo y peor pronóstico, lo que permitiría seleccionar aquellos candidatos a una cirugía urgente/emergente. Sin embargo, en nuestra serie la cirugía no modificó el pronóstico tan desfavorable en estos p de muy alto riesgo.