Justificación: La endocarditis infecciosa (EI) es una entidad compleja con elevada morbimortalidad. El abordaje multidisciplinar se ha mostrado eficaz, y así lo recomiendan actualmente las guías de expertos, aunque los trabajos publicados son escasos.
Objetivo: Analizar la influencia de la intervención de un equipo multidisciplinar en el manejo de la EI.
Método: Estudio de cohortes de las EI tratadas consecutivamente en un centro hospitalario terciario entre los años 1996 y 2016. Se compararon diferentes variables entre dos periodos. A partir del año 2008 se establecieron reuniones periódicas con la participación de cardiólogos, cirujanos cardiacos e infectólogos, en la que se consensuaron intervenciones basadas en el diagnóstico microbiológico y ecocardiográfico, la selección del tratamiento antibiótico más adecuado, así como la valoración de la indicación y momento del tratamiento quirúrgico. Igualmente se estableció un sistema de comunicación directo para planificar los traslados desde otros centros. En 2013 se inició un programa de tratamiento antibiótico domiciliario.
Resultados: Se incluyeron 283 episodios: 127 del primer periodo y 156 en el segundo. En el segundo periodo se incrementó tanto la edad media (56,7 vs 64,5años, p<0,001) como la comorbilidad de los pacientes (índice de Charlson medio 1,0 vs 2,2; p<0,001). No hubo diferencias significativas en el tipo de endocarditis, salvo en un incremento de casos relacionados con dispositivos en el segundo periodo. Staphylococcus epidermidis fue el microorganismo más frecuente en el primer periodo y Staphylococcus aureus en el segundo periodo. El número de casos sin diagnóstico etiológico disminuyó en el segundo periodo (7,1% vs 4,5%, p=0,346). Se incrementaron los estudios ecocardiográficos transesofágicos (61,4% vs 76,3%, p=0,007). La frecuencia de complicaciones fue similar en ambos periodos, excepto en una disminución de insuficiencia cardiaca grave (48,8% vs 33,8%) y un aumento de las complicaciones perianulares (14,3% vs 23,7%; p=0,05). El tratamiento quirúrgico se indicó con una frecuencia similar en ambos periodos (64,6% vs 57,4%, p=0,227) aunque se intervinieron menos pacientes en el segundo (52,8% vs 37,8%; p=0,012). En el último período se inició el programa de tratamientos ambulatorios (0 vs 34%). Hubo una reducción significativa de la mortalidad intrahospitalaria (39,4% vs 22,4%; p=0,002) así como una disminución en la estancia media hospitalaria (41,2±21,2 vs. 35,4±21,1días); p=0,07). En el análisis multivariante de los factores relacionados con la mortalidad, el segundo periodo tuvo un efecto protector (OR: 0,38; IC95%: 0,21-0,70; p=0,002).
Conclusiones: La instauración de diferentes medidas diagnósticas y terapéuticas por un equipo multidisciplinar influyó favorablemente en la precisión diagnóstica y en el pronóstico de los pacientes con endocarditis infecciosa en nuestro hospital.