La cirugía taurina ha pasado de ser algo de lo que el cirujano presumía en todos los ámbitos de su entorno a ser una actividad mal vista desde el punto de vista social e incluyó en nuestro gremio quirúrgico. Sin embargo, los festejos taurinos populares siguen siendo muy frecuentes, con miles de heridos cada año, algunos de ellos graves. Actualmente, la atención sanitaria en festejos taurinos está inmersa en una problemática compleja debido principalmente a cuatro aspectos: 1) desprestigio social y profesional, 2) actividad profesional mal pagada, 3) abandono por las instituciones profesionales y académicas, y 4) falta de un cuerpo de doctrina específico. Todo esto está conllevando a que los equipos de atención sanitaria en cirugía taurina sean cada vez menos profesionalizados y más inexpertos, y a problemas de intrusismo profesional. Esta situación está repercutiendo directamente en la calidad asistencial prestada y en la morbimortalidad de la población herida, con las implicaciones legales que conlleva. Es necesaria una reestructuración de esta situación y el apoyo de las instituciones profesionales, sobre todo de los Colegios de Médicos, y de las instituciones académicas.
Bullfighting surgery has gone from being something that the surgeon presumed in all areas of his environment to being an activity frowned upon from a social point of view and included in our surgical guild. However, popular bullfighting festivities are still very frequent, with thousands of injured each year, some of them serious. Currently, health care in bullfighting festivals is immersed in a complex problem mainly due to four aspects: 1) social and professional discredit, 2) poorly paid professional activity, 3) abandonment by professional and academic institutions, and 4) lack of a specific body of doctrine. All this is leading to the health care teams in bullfighting surgery being less and less professionalized and more inexperienced, to problems of professional intrusion, and consequently is having a direct impact on the quality of care provided and on the morbidity and mortality of the injured population, with the legal implications that it entails. A restructuring of this situation and the support of professional institutions, especially Medical Associations, and academic institutions, is necessary.
La cirugía taurina ha pasado de ser algo de lo que el cirujano presumía en todos los ámbitos de su entorno a ser una actividad casi «furtiva» que está mal vista desde el punto de vista social, e incluso en nuestro gremio quirúrgico. Durante el siglo XX ser cirujano jefe taurino suponía prestigio, reconocimiento social y político, y en muchos casos el trampolín sociopolítico para el desarrollo tanto de la actividad médica privada como de la progresión en los servicios públicos de cirugía. Sin embargo, actualmente la tendencia sociopolítica es al rechazo de todo lo que implique la tauromaquia.
Importancia sanitaria de la cirugía taurinaBanalizar sobre este tipo de atención sanitaria es un error, dada la gran repercusión que tiene en la salud pública y por el gran número de profesionales sanitarios, sobre todo cirujanos, que están implicados en estos festejos1–7. Hay cuatro aspectos que hay que destacar para entender dicha importancia:
En primer lugar, el número de festejos taurinos. Con frecuencia se tiende a minimizar el impacto de esta actividad sanitaria, ya que se suele reducir a las corridas de toros. Sin embargo, el número de las corridas de toros o sus variantes representan un porcentaje bajo respecto al total de festejos taurinos. Así, según el último registro ministerial2, el volumen de festejos taurinos anuales en España es de 19.2191,2. De estos, la gran mayoría, el 92,09% (n = 17.698), corresponden a los festejos populares1, mientras que las corridas de toros representan sólo el 1,92% (n = 369), las novilladas con picadores el 1,13% (n = 217) y las novilladas sin picadores el 1,39% (n = 267) (tabla 1)2.
Festejos taurinos realizados en España
Tipo de festejo | Número de Festejos | Porcentaje (%) |
---|---|---|
Festejos populares | 17.698 | 92,09 |
Corridas de toros | 369 | 1,92 |
Novilladas con picadores | 217 | 1,13 |
Novilladas sin picadores | 267 | 1,39 |
Corridas de rejoneo | 169 | 0,88 |
Festivales | 219 | 1,14 |
Festejos mixtos | 118 | 0,61 |
Corridas mixtas con rejones | 36 | 0,19 |
Becerradas | 109 | 0,57 |
Toreo cómico | 17 | 0,09 |
TOTAL | 19.219 | 100% |
*Últimos datos publicados por el Ministerio de Cultura y Deporte al envío de esta publicación. Datos del 20182.
Además, cuando se habla de descenso de los festejos taurinos2,8 casi siempre se refiere a festejos en plazas de toros. Así, como puede verse en la figura 1, en los últimos años hay un descenso progresivo y constante del total de festejos taurinos realizados en plazas de toros, situándose actualmente en el 7,91% del total de festejos1,2, siendo sólo el 1,92% corridas de toros. Por el contrario, los festejos taurinos populares no han disminuido o presentan pequeñas oscilaciones interanuales, pero con tendencia al aumento (tabla 2). Así, aunque en el último bienio aportado por el Ministerio de Cultura y Deporte (2017 y 2018) se muestra un ligero descenso de los festejos populares del 1,24% (17.920 en 2017 vs. 17.698 en 2018). El análisis en profundidad de los datos muestra que este hecho se debe a una situación puntual producida en la Comunidad Valenciana durante el año 2018 que conllevó a la no realización de 1.119 festejos populares2. Sin embargo, en otras ocho Comunidades Autónomas han aumentado en 947 el número total de festejos taurinos respecto al año previo (tabla 3)2. Hay que tener en cuenta que la corriente anti-taurina se acentúa, sobre todo, en los núcleos donde la tauromaquia no existe o es residual. Por el contrario, en los sitios tradicionalmente taurinos hay un efecto rebote, ya que este rechazo se ha sentido como un ataque a sus tradiciones, produciéndose un efecto revitalizador, aumentando tanto el número de festejos taurinos como el de animales bravos que participan en ellos.
Festejos populares taurinos realizados en las diferentes Comunidades Autónomas en España
Comunidad autónoma | Número de festejos | Porcentaje (%) |
---|---|---|
Andalucía | 404 | 2,28 |
Aragón | 2.009 | 11,35 |
Principado de Asturias | 0 | 0 |
Illes Balears | 0 | 0 |
Canarias | 0 | 0 |
Cantabria | 27 | 0,15 |
Castilla y León | 1.938 | 10,95 |
Castilla y La Mancha | 1.283 | 7,25 |
Cataluña | 64 | 0,36 |
Comunitat Valenciana | 8.596 | 48,57 |
Extremadura | 582 | 3,29 |
Galicia | 1 | 0,01 |
Comunidad de Madrid | 700 | 3,96 |
Región de Murcia | 61 | 0,34 |
Comunidad Foral de Navarra | 1.575 | 8,9 |
País Vasco | 150 | 0,85 |
La Rioja | 308 | 1,74 |
Ceuta | 0 | 0 |
Melilla | 0 | 0 |
Total | 17.698 | 100% |
*Últimos datos publicados por el Ministerio de Cultura y Deporte al envío de esta publicación. Datos del 20182.
Comunidades autónomas en España donde se ha producido un aumento del número de festejos populares taurinos, según los datos del Ministerio de Cultura y Deporte
Comunidad autónoma | Número de festejos en 2017 | Número de festejos en 2018 | Número más de festejos | Porcentaje de incremento (%) |
---|---|---|---|---|
Andalucía | 403 | 404 | 1 | 0,25 |
Aragón | 1.161 | 2.009 | 848 | 42,21 |
Castilla y León | 1.930 | 1.938 | 8 | 0,41 |
Castilla y La Mancha | 1.253 | 1.283 | 30 | 2,34 |
Cataluña | 58 | 64 | 6 | 9,38 |
Extremadura | 561 | 582 | 21 | 3,61 |
Comunidad de Madrid | 669 | 700 | 31 | 4,43 |
País Vasco | 148 | 150 | 2 | 1,33 |
TOTAL | 6.183 | 7.130 | 947 | 13,28% |
*Últimos datos publicados por el Ministerio de Cultura y Deporte al envío de esta publicación. Datos del 20182.
En segundo lugar, hay que ser conscientes del tipo de herido que condicionan estos festejos. En las plazas de toros1,2 el paciente tipo es un varón profesional de la tauromaquia generalmente delgado, joven y con buen estado de salud, y además se dispone de una enfermería con quirófano. Por el contrario, en los festejos populares, que son la mayoría de los festejos, el paciente tipo es una persona de la población general, sin condición atlética, generalmente con exceso de alcohol y otras sustancias, que se sitúa frente a animales peligrosos y con el riesgo añadido de la muchedumbre, que en su huida suele arrasar a otros participantes. Es decir, un herido subóptimo en una zona no sanitaria, generalmente sin hospital anexo y con medios limitados1–4.
En tercer lugar, los equipos de atención sanitaria en estos festejos taurinos que están formados cada vez por profesionales más jóvenes e inexpertos, que suelen realizar esta actividad en los primeros años de adjunto para tener algún ingreso económico adicional. Sin embargo, es una actividad muy exigente y en ocasiones de extrema urgencia que requiere profesionales experimentados1,5–7.
En cuarto lugar, hay que indicar el volumen de actividad que implica esta atención sanitaria.
Por un lado la cantidad de cirujanos implicados. Así, hay más de 19.000 festejos anuales2, y en cada uno de ellos la legislación obliga a la presencia de dos cirujanos titulados, uno como cirujano jefe y otro como cirujano ayudante2. Esta situación se acentúa en verano, donde hay días en julio y agosto que se realizan más de 1.000 festejos al día en España, con la implicación de más de 2.000 cirujanos cada día.
Por otro la cantidad de heridos. Así, aunque no hay datos oficiales, hay que indicar que la población expuesta a potenciales lesiones alcanza al año a millones de personas de todas las edades y sexo. En este sentido, la mayoría de festejos corresponden a poblaciones que celebran sus fiestas patronales, y suele ser una época de reunión de grupos poblacionales dispersos, multiplicándose la población residente en dichos municipios en las fechas de los festejos.
Problemática de la cirugía taurinaLa cirugía taurina está envuelta en una problemática compleja que incide directamente en la calidad asistencial prestada e indirectamente en la morbimortalidad de la población herida1. A grandes rasgos se puede concretar en cuatro puntos:
- 1.
Desprestigio social
A nivel social existe una actitud general pro-animalista que condiciona una actitud negativa hacia actividades clásicamente arraigadas en la sociedad española como son la caza y la tauromaquia. Además, en ciertas Comunidades Autónomas la tauromaquia ha sido prohibida por ley1. Si bien, hay que recordar que donde se plantea prohibir la tauromaquia son zonas donde esta actividad es ya anecdótica1. En poblaciones con tradición taurina es difícil plantear la prohibición, dado el rechazo social que conlleva y la pérdida de posibilidades electorales en las siguientes elecciones por parte de los partidos políticos implicados1.
- 2.
Actividad profesional mal pagada
Hasta hace unas décadas, dedicarse a la cirugía taurina era un trampolín para el prestigio profesional y el reconocimiento social, y nadie se planteaba cobrar por ello. Es más, en la mayoría de las plazas y festejos importantes no se cobraba y se solían presentar los equipos sanitarios más prestigiosos. Actualmente, excepto en algunas plazas de primera, la situación es compleja, ya que hay múltiples festejos donde tradicionalmente no se pagaba o se pagaba poco, y donde ahora no hay predisposición a ir a trabajar.
- 3.
Abandono por las instituciones profesionales y académicas
Esta es la gran diferencia con la profesión veterinaria dedicada a la tauromaquia, que en la mayoría de las Comunidades Autónomas tiene el respaldo de los Colegios Profesiones de Veterinarios con bolsas de trabajo para los festejos taurinos y regulación de los honorarios a percibir. Sin embargo, en la cirugía taurina no existe este apoyo ni regulación por parte de los Colegios Profesionales de Médicos. Además, la mayoría de las instituciones, aunque no muestran su rechazo, tampoco manifiestan su apoyo. Llama la atención el caso de la Asociación Española de Cirujanos (AEC), institución que ha logrado una mejora de la atención sanitaria y una alta calidad científica en todas sus secciones y grupos de trabajo. Sin embargo, la cirugía taurina no ha conseguido su atención y se ha relegado a otras instituciones que no tienen ni el prestigio ni la calidad que puede aportar la AEC. Hay que reflexionar sobre qué prejuicios hacen que una actividad quirúrgica asistencial, en la que hay días que están implicados más de 2.000 cirujanos y al año millones de personas expuestas a potenciales lesiones en festejos, no tenga el aval de la AEC. Hay que decir, que no sólo es un problema institucional, sino que en gran parte es culpa de los cirujanostaurinos, que por diferentes motivos, ni se animan ni favorecen esta implicación.
- 4.
Falta de un cuerpo de doctrina
A diferencia de cualquier otra super-especialidad derivada de la Cirugía General y del Aparato Digestivo, la cirugía taurina, a pesar de su antigüedad y trayectoria de siglos, carece de guías y un cuerpo de doctrina propio. A esta falta de un cuerpo de doctrina contribuyen tres situaciones:
- 1.
Escasa formación científica en un alto porcentaje de cirujanos taurinos. Si se excluye un reducido grupo de cirujanos con formación científica, es excepcional que los cirujanos taurinos tengan tesis doctoral, hayan escrito artículos científicos en revistas de impacto, o tengan habilitación por Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) para la universidad. Esto va en contra de estar en condiciones de realizar investigación en este campo y generar un cuerpo de doctrina, tan necesario, sobre todo actualmente que se están incorporando tantos cirujanos nóveles sin formación específica sobre este tema1.
- 2.
Falta de apoyo de las sociedades científicas. Esta situación dificulta la realización de guías específicas. Hay que recordar que la generación de una guía sanitaria implica unos costes económicos que en el campo de la cirugía taurina es muy difícil que ninguna empresa, farmacéutica o no, se implique en su financiación. Además, la falta de patrocinio de las sociedades científicas retrae a las editoriales, ya que esta situación dificulta su posterior venta y por lo tanto suele conllevar pérdidas económicas. En todo este contexto, no contribuye el tipo de publicación clásica de los cirujanos taurinos, llena de términos folclóricos, arte y con frecuencia poca ciencia y método.
Una prueba de todas estas dificultades ha sido una de las pocas guías sanitarias sobre festejos taurinos que se ha realizado y que he tenido la suerte de poder editar, con el apoyo de otros 67 profesionales de España, Francia, y los países latinoamericanos con tradición taurina1. En ella, se han presentado todos los problemas indicados anteriormente: 1) La falta de apoyo de las asociaciones científicas condicionó que la guía fuera financiada en un 90% por ayuntamientos y centros sanitarios de poblaciones taurinas, y el 10% restante por donaciones de profesionales de equipos de cirugía taurina. 2) La falta de formación científica, condiciono que además de los 67 profesionales implicados, hubo otros 33 profesionales invitados que abandonaron el proyecto ante su poca experiencia en la escritura científica. Todo esto dificultó el proyecto, y fue la implicación de cirujanos con experiencia científica lo que hizo posible poder finalizarla con los estándares de calidad de las guías de la AEC1.
- 3.
Falta de implicación en las universidades. Esta actividad sanitaria no está implicada en la docencia universitaria. En la mayoría de las universidades, es como mucho un capítulo único en la parte general de la cirugía que se imparte en tercero de carrera. En los últimos años han surgido de forma aislada cursos sobre cirugía taurina avalados por determinadas universidades, como los realizados en Murcia9, Santander10 y Valencia11. En este sentido la universidad de Valencia en el año 2019 presentó el primer posgrado en asistencia médico-quirúrgica a las heridas por astas de toro. Se trata de cursos de calidad que afrontan temas importantes, pero la mayoría se centran en la atención en festejos en plazas de toros, que tal y como se indicaba anteriormente son festejos minoritarios. El objetivo debería centrarse en la realización de cursos para poder atender con garantías a la gran mayoría de los afectados, que ocurren en los festejos populares9.
Llegado a este punto, hay una pregunta interesante a responder: ¿qué motiva a un cirujano a ir a un festejo taurino como profesional sanitario? Sobre todo si se tienen en cuenta todos los inconvenientes que presenta esta actividad:
- a)
Muchas horas de festejo. El equipo sanitario tiene que llegar al menos una hora antes del festejo para certificar toda la documentación, debe estar todo el festejo, y al terminar debe emitir a las autoridades competentes la documentación oficial requerida en función de la normativa nacional y autonómica vigente en cada momento1.
- b)
Actividad laboral generalmente en días festivos.
- c)
Remuneración económica escasa.
- d)
Poco o nulo reconocimiento social.
- e)
Poco o nulo reconocimiento profesional.
- f)
Manifestaciones anti-taurinas. Cada vez es más frecuente encontrarse con manifestaciones anti-taurinas a la llegada a los festejos. Lo cual conlleva a situaciones incómodas con insultos, pintadas, etc., que incomodan la realización de la actividad sanitaria.
Con todos estos inconvenientes, se pueden distinguir tres situaciones en las que un cirujano accede a ser cirujano en un festejo taurino:
Por prestigio social y profesional. Esta situación es cada vez más minoritaria, pero algunas plazas de primer nivel y festejos taurinos reconocidos socialmente, como por ejemplo las Fiestas de San Fermín, continúan siendo foros donde sigue siendo prestigioso optar por ellos.
Por motivos sociofamiliares. Un grupo de cirujanos tiene compromisos de amistad, sociales y familiares, con ciertas poblaciones, existiendo cierto arraigo para la realización de dicha actividad. Sin embargo, esta situación cada vez es más anecdótica.
Por motivos económicos. A la gran mayoría de festejos los equipos de cirugía taurina van por el incentivo económico. El hecho de que el incentivo económico sea poco, condiciona que el perfil del cirujano que va al festejo sea un adjunto recién acabado con situación laboral precaria.
Intrusismo en la cirugía taurinaToda esta problemática de la cirugía taurina condiciona la falta de motivación de los cirujanos para ir a festejos taurinos y favorece la aparición del intrusismo profesional. Así, han sido denunciados equipos de cirugía taurina en varios puntos de España, sobre todo en la zona de Castilla la Mancha y Andalucía por no ser equipos de cirujanos12,13. En otras ocasiones, se han detectado equipos que firmaban varios festejos simultáneamente, alentados por la laxitud clásica en el control de los equipos sanitarios.
Todas estas irregularidades suelen ser descubiertas ante una persona herida grave, que no puede controlar el equipo médico de traslado del festejo, y donde no aparecen los cirujanos taurinos. Esto tiene consecuencias en primer lugar para los heridos, que en ocasiones quedan con secuelas o incluso fallecen, en segundo lugar para los equipos «intrusos» que con frecuencia acaban en prisión13, en tercer lugar para las autoridades encargadas del control del festejo (delegado del gobierno y guardia civil) que acaban con sanciones administrativas y sanciones laborales sin sueldo, y finalmente existen repercusiones políticas ya que la mayoría de los organizadores son ayuntamientos o instituciones públicas. En consecuencia, todo esto conlleva poco a poco a una regulación más rigurosa y estricta, y a la desconfianza en los equipos sanitarios. Así, a modo de anécdota, indicar que personalmente tuve la opción de asistir como cirujano en uno de estos pueblos tras un escándalo previo de intrusismo, y la situación fue «fría y tensa» con un control exhaustivo, y dado que el festejo duró cinco horas, tengo que indicar que ha sido la única vez en mi vida que he sido escoltado al aseo por la Guardia Civil.
Conflictos entre cirujanos taurinosOtro tema espinoso es el enfrentamiento entre cirujanos taurinos, que en muchos casos acaban en la prensa14. Sin entrar en polémicas, puesto que todos los implicados tienen su parte de razón, los cirujanos deberíamos de ser capaces de gestionar la cirugía taurina sin presentar peleas o discusiones que generan mucha desconfianza hacia los equipos de cirugía taurina.
Por un lado, se entiende perfectamente a los cirujanos a los que se les pide una segunda opinión a los días de la cirugía inicial y se encuentran con heridas complejas, con mala evolución y que requieren una reintervención. Por otro, también se entiende la problemática de los cirujanos que realizan la primera atención, ya que son heridas complejas y muy contaminadas. Si a ello se le suma que la mayoría de los centros de salud e instituciones que controlan estas heridas no tienen la suficiente experiencia en su manejo, es habitual que estas heridas requieran reexploración. Sobre todo, si se tiene en cuenta que los que piden segunda opinión suelen ser los que evolucionan desfavorablemente.
Cuando se revisan estas noticias14, siempre hay recriminaciones que se centran en dos aspectos, que son las malas condiciones de trabajo en el punto de asistencia de primera atención y la falta de experiencia de los equipos. Sin embargo, no se trata el tema fundamental, y es que los gérmenes no se adquieren como consecuencia de la atención inicial, sino porque las astas de los animales contienen millones de gérmenes, que son la causa principal de la mala evolución1. Hay que recordar a modo de anécdota, que el colectivo sanitario taurino fue uno de los primeros en realizar un monumento a Fleming, en los aledaños de la Plaza de toros de las Ventas de Madrid, como reconocimiento a la penicilina para luchar contra los gérmenes de estas heridas.
Se deberían evitar todas estas polémicas y sobre todo su difusión en la prensa, ya que genera desconfianza hacia los equipos de cirugía taurina. En todo caso, hay que regular y controlar que se realice de forma legal y con calidad asistencial, como es de esperar en cualquier actividad médica. Sería bueno recordar que el cirujano jefe del equipo de atención sanitaria taurina da su consentimiento al festejo e informa a las autoridades que se cumplen los requisitos sanitarios necesarios para la realización del festejo (material asistencial, equipo sanitario completo, etc.). Por lo tanto, si los medios son precarios, el cirujano es el responsable1. Por ello, cuando se lee el libro clásico de José Bergamin «la música callada del toreo»15 y se habla de la enfermería taurina como el «cuartucho que sólo tenía un ventanuco con una reja carcelera, que apenas dejaba entrar el aire polvoriento…», y los profesionales taurinos en más o menos grado nos podemos sentir identificados con ello, hay que recordar que se acepta legalmente ante el delegado del gobierno que se puede trabajar en ellas y que presentan las condiciones adecuadas para realizar la actividad profesional.
¿Qué patología debe saber tratar un equipo de cirugía taurina?El abanico de tipos de festejos taurinos es enorme1, y por ello la simplificación habitual a la típica cornada en la ingle es peligrosa. La realidad es muy compleja y obliga a conocer el tipo de festejo al que se va como cirujano1,16–18. En este sentido, hay festejos taurinos, como el toro embolado, donde son frecuentes las quemaduras, y es preciso estar preparados y tener los medios para ese primer tratamiento efectivo. En el sentido contrario, están los festejos de toros a la mar, donde en vez de quemados se tendrán ahogados. En festejos como encierros, suelta de reses bravas, etc. son frecuentes las avalanchas de gente con personas que sufren procesos de aplastamiento. Es decir, el abanico de potenciales lesiones es muy grande, y por ello es fundamental conocer bien los festejos que se realizan y los medios que se deben tener para controlarlos1,19–21.
Por último, hay que destacar que el éxito de la asistencia a los pacientes afectados en festejos taurinos está en realizar un tratamiento integral del herido. Recordar, que la primera atención está encaminada para salvar la vida del paciente. Sin embargo, el pronóstico final depende de la atención continuada posterior1. Así, son frecuentes las secuelas físicas, sobre todo pérdida de movilidad en miembros inferiores con relación en las cornadas complejas y lesiones óseas. Pero, además, son frecuentes las secuelas psicológicas como consecuencia del estrés post-traumático que se genera en muchos de estos pacientes1. Por ello, es importante la existencia de equipos de trabajo multidisciplinares donde además del cirujano, el anestesista y el personal de enfermería, se incluya el rehabilitador y el psicólogo clínico para el abordaje posterior de estos pacientes. También debe contarse con el veterinario para el asesoramiento previo sobre potenciales lesiones en función del morfotipo, raza y edad de los animales participantes en los festejos1.
Implicaciones legales de la cirugía taurinaLa cirugía taurina, como la sociedad en general, no es ajena a la situación actual donde casi todo se denuncia. Esta actividad, donde hay muchos heridos, y mucha población implicada, conlleva muchas denuncias y por lo tanto mucha labor legal por parte del cirujano jefe del equipo de cirugía taurina1. La mayoría de las demandas van dirigidas contra los promotores y los organizadores del festejo, pero siempre tiene que ir al juzgado el cirujano jefe del equipo de cirugía taurina para declarar sobre la lesión ocurrida, etc. Todo esto obliga a llevar un registro de todos los atendidos en estos festejos, ya que los aspectos judiciales suelen llegar con un retraso de al menos dos años. Hay que recordar que defectos formales, déficits en los equipos de cirugía taurina, etc., pueden conllevar a una sanción indirecta al equipo de cirugía taurina.
Futuro incierto de la cirugía taurinaLa cirugía taurina va ligada a la realización de festejos taurinos, y por tanto su futuro va directamente relacionado con el futuro de la tauromaquia1,2. Actualmente, han surgido legislaciones anti-taurinas en diferentes países y comunidades. Sin embargo, en las zonas tradicionalmente taurinas el apoyo social es muy importante, y los grupos anti-taurinos son minoritarios, si bien habrá que esperar a las próximas décadas para poder hacerse una idea de la importancia que realmente pueden alcanzar.
Un hecho peculiar del año 2020 ha sido la pandemia por la COVID-19, ya que ha supuesto un cese casi total de los festejos taurinos, y sobre todo de los festejos populares donde es imposible garantizar la distancia de seguridad. Este cese brusco de toda la cadena empresarial vinculada a la tauromaquia ha propiciado el cierre definitivo de varias ganaderías y empresas de servicios relacionados, y ha roto la cadena de financiación de los festejos. Por ello, es incierta la recuperación que se pueda producir en este sector cuando se pueda recuperar una normalidad social que permita todo este tipo de festejos taurinos.
Por último, hay que recordar que la organización de un festejo taurino es económicamente muy costosa. El cese de la actividad durante más de un año y la desaparición de empresas de tauromaquia y ganaderías, van a encarecer más este tipo de festejos y en ocasiones condicionará su desaparición. Se debe tener en cuenta que en muchas plazas y poblaciones los festejos taurinos no desaparecieron por falta de afición, sino por falta de financiación que condicionó a que los empresarios no realizaran festejos en dichos foros.
Necesidades actuales de la cirugía taurinaSon años de incertidumbre para la cirugía taurina y son necesarios cambios para que exista una atención sanitaria de calidad, ya que la situación actual incide directamente en la calidad asistencial prestada e indirectamente en la morbimortalidad de la población herida1. Aunque las soluciones no son fáciles, y las propuestas pueden ser variadas, a nivel general las grandes necesidades de la cirugía taurina que precisan ser abordadas son:
- 1.
Regulación de los profesionales que realizan esta profesión. No es fácil abordar este tema, pero evitaría el intrusismo profesional y garantizaría que los festejos taurinos están atendidos por profesionales con la titulación adecuada. Aunque no es equiparable, la solución aportada por los veterinarios ha solucionado este tema en su colectivo, así en varias Comunidades Autónomas los colegios profesiones de veterinarios han generado bolsas de trabajo para los festejos taurinos. Posiblemente, los Colegios de Médicos puedan ser la mejor opción para regular este aspecto, y disponer del listado de cirujanos que se inscriban para realizar estos festejos.
- 2.
Reconocimiento por las sociedades científicas. En este caso sería fundamental la incorporación a la AEC como una sección más dentro de su organigrama. Todas las secciones y grupos de trabajo de la AEC han logrado una mejora de la atención sanitaria y una alta calidad científica tras su desarrollo en la misma.
- 3.
Generación de un cuerpo de doctrina. Aunque en los últimos años se ha publicado una guía sobre asistencia en festejos taurinos de ámbito internacional, es preciso una supervisión y actualización de dichos conocimientos1. Por ello, como en cualquier otra super-especialidad derivada de la Cirugía General y del Aparato Digestivo, la cirugía taurina precisa de un apoyo institucional que permita la generación actualizada de un cuerpo de doctrina y de guías clínicas, sin depender del esfuerzo personal e individual de un solo grupo. Además, esta situación generaría las condiciones mínimas necesarias para poder desarrollar la investigación en este campo.
- 4.
Regulación de los honorarios de la actividad. Sería necesario regular los honorarios a recibir por la atención sanitaria en festejos taurinos, al menos se deberían establecer los honorarios mínimos en función del tipo de festejo y duración del mismo. Actualmente, hay mucha variabilidad en cuanto a los honorarios, y en un alto porcentaje no hay constancia de ningún pago oficial. Todo esto debería regularse y clarificarse, para evitar que sea una actividad infrapagada, y a la vez evitar pagos irregulares.
- 5.
Inclusión de la formación básica en atención sanitaria en festejos taurinos durante el período universitario. La docencia universitaria debe incluir los aspectos teóricos básicos y las prácticas para adquirir las habilidades necesarias básicas para el manejo de estos pacientes, tanto para la atención urgente inicial como para la atención continuada posterior. La formación desde el período universitario mejoraría el manejo sanitario de estos pacientes a todos los niveles, corrigiendo no sólo los déficits básicos en la atención inicial sino también en los cuidados sanitarios posteriores. Esto debería incluirse, al menos, en las universidades de Comunidades Autónomas donde se realizan festejos taurinos.
Los autores manifiestan no tener ningún conflicto de intereses.
A los profesionales sanitarios de España, México y Venezuela que han colaborado en la realización de este artículo.