Hemos leído con interés el excelente trabajo de Marín et al1 sobre factores pronósticos tras la resección hepática por metástasis de cáncer colorrectal. No obstante, nos gustaría realizar algunos comentarios. El primero es la ausencia de una definición clara de microsatelitosis en el material y los métodos, punto muy importante dado que es uno de los factores pronósticos en el análisis multivariante. Además, en la serie destaca un 15,5% de casos detectados (hay una pérdida de 3 pacientes sobre 210, no sobre 273 resecciones hepáticas, es decir, especímenes). Con esa tasa de microsatelitosis, que se aleja de los resultados de Kokudo et al2 con un 2%, en nuestra casuística se detecta un 8,7%, la serie tiene un 19,8% de margen R1 y un 52,7% de margen subcentimétrico. Aunque los trabajos de Pawlik y de De Haas ya valoran la resección R1 como sin contraindicación quirúrgica y alcanzan supervivencias similares a las R0; quizá ese dato nos obligaría a valorar el margen de resección como factor pronóstico3,4.
Otro punto que nos gustaría señalar es el período de tiempo de estudio. El período 1996–2006 debería hacernos pensar que las series, aunque grandes, como es el caso, no son uniformes. En estos momentos en los que el patólogo está testando K–RAS para valorar si hay o no mutación y poder decidir el uso de cetuximab en primera línea, deberíamos sospechar que quizá es el patólogo el que tiene la llave del tratamiento quimioterapéutico que mejor se “adapte” no sólo al caso, sino también a las opciones quirúrgicas de éste. Es conocido que la introducción de oxaliplatino e irinotecan en el esquema terapéutico supuso un porcentaje de mejores respuestas, lo mismo ha sucedido con la entrada de tratamientos biológicos (cetuximab o bevazucimab), pero estas moléculas o no estaban disponibles en todo el tiempo del estudio o no se había difundido su uso, por lo que no todos los pacientes tenían la misma “posibilidad” de resecabilidad que en los últimos años, ni de estabilizar su enfermedad, ni de microsatelitosis, ni de downstage4.
Por tanto, tenemos 2 puntos del análisis que podrían hacernos variar o cambiar los resultados cuando hablamos de factores pronósticos, uno de ellos es la biología del tumor: la expresión de Ki 67, los marcadores de células madre tumorales (CD44, CD133 y CD 166), la microsatelitosis o la presencia de seudocápsula en la metástasis hepática. El otro punto sería el esquema quimioterapéutico que se ha seguido, porque no todos los pacientes pueden ni reciben el mismo esquema5,6.
Los trabajos como el de Marín et al, que suponen un gran esfuerzo de recopilación de información, podrían aportar más luz en el rapidísimo desarrollo de terapéuticas medicoquirúrgicas del cáncer colorrectal metastásico ayudándonos a seleccionar y a decidir mejor a nuestros pacientes y el tratamiento.