La Aeromona hydrophila es un bacilo gramnegativo, anaerobio facultativo, que se asemeja a la familia Enterobacteriaceae, y de la que se han descrito 14 especies1. Esta bacteria es causante de infecciones oportunistas en pacientes inmunodeprimidos con enfermedades tales como neoplasias, cirrosis o enfermos renales crónicos. Las 2 enfermedades más frecuentes que pueden provocar son la gastroenteritis, que generalmente se produce por la ingestión de agua o de alimentos contaminados, o las infecciones de heridas como resultado de la exposición al agua contaminada; aunque también se han descrito otras enfermedades asociadas con este germen, tales como meningitis, síndrome urémico hemolítico, infecciones respiratorias y epiglotitis2,3. La mayoría de las infecciones en personas previamente sanas suelen ser autolimitadas, aunque se han descrito casos de infecciones graves4; sin embargo, si existe una inmunosupresión de base, la morbimortalidad es muy elevada5,6.
Presentamos el caso de un varón de 37 años de edad, sin antecedentes patológicos de interés, que acudió al hospital por tumefacción dolorosa a la altura del glúteo derecho, acompañada de malestar general y fiebre de 24h de evolución. El paciente refería que hacía 4 días había estado recibiendo inyecciones intramusculares de antiinflamatorios, esteroideos y no esteroideos, por parte de personal sanitario debido a una lumbalgia.
A su llegada, el paciente se encontraba con una presión arterial normal, taquicárdico y afebril, destacaba en la exploración física un gran hematoma de aproximadamente 10cm de diámetro en la región glútea derecha, indurado, caliente y doloroso a la palpación, sin signos de crepitación. En la analítica se observaba una creatinina plasmática de 2,54mg/dl (N: 0,6–1,5), bilirrubina total de 5,9mg/dl (N: 0–1), creatinfosfocinasa (CPK) de 7342U/l (N: 21–232), lactato de 7,85mm/l (N: 0,4–2), pH de 7,09, bicarbonato de 8mm/l, exceso de base de −20mm/l, recuento de plaquetas de 69.000/μl (N: 140.000–400.000), índice de Quick del 36% (N: 80–130%), dímero D de 4.320ngr/ml (N: 0–500), antitrombina iii del 27% (N: 80–120%). Se comenzó tratamiento antibiótico de amplio espectro, tratamiento con fluidos, corrección de la acidosis y de la coagulopatía, y se solicitó ecografía abdominal, que sólo informó un aumento de partes blandas en la región glútea derecha sin presencia de colecciones. Seguidamente, se le realizó una tomografía computarizada abdominal donde se observaban signos de fascitis necrosante en la musculatura glútea derecha, con importante cantidad de gas intramuscular (fig. 1) y colección líquida en el tejido celular subcutáneo adyacente, además de alteración de la vascularización en el lóbulo hepático derecho e infarto esplénico masivo. A las pocas horas de su ingreso y en situación de shock y fracaso múltiple orgánico entró en el quirófano, donde se le realizó desbridamiento y fasciotomía de vasto externo y se tomaron cultivos (fig. 2). Tras terminar la cirugía, el paciente entró en situación de shock refractario, tuvo una parada cardíaca y no respondió a las maniobras de reanimación avanzada; falleció 12h tras su ingreso en el hospital. En los cultivos de la herida quirúrgica y en hemocultivos se aisló A. hydrophila.
Se han propuesto 2 mecanismos de actuación de la A. hydrophila: uno por invasión del tejido subcutáneo a través de una herida en la piel, y el otro, una sepsis inducida por esta bacteria que produzca lesiones metastásicas en el tejido celular subcutáneo7. En pacientes sanos que tienen alguna herida, o la tenían previamente, mientras se bañan en aguas infectadas por este germen, la infección suele ser delimitada y responden de forma adecuada a la cirugía o al tratamiento antibiótico; sin embargo, los pacientes inmunodeprimidos pueden desarrollar una fascitis necrosante que les puede comprometer la vida, aun sin observarse una puerta de entrada. Es muy importante destacar la importancia de un diagnóstico precoz y la cirugía urgente de esta enfermedad; incluso hay autores que reportan la amputación como opción terapéutica para poder salvarles la vida8.
En conclusión, la fascitis necrosante por A. hydrophila es una infección grave, aunque poco común, en los pacientes inmunocompetentes —como es el caso que presentamos— y que a veces puede poner en peligro su vida si no se llevan a cabo un diagnóstico y un tratamiento quirúrgico precoz.