Hemos leído con atención el editorial de Martínez García et al1, de la Sección de Patología Mamaria de la Asociación Española de Cirujanos, sobre la formación en reconstrucción mamaria y cirugía oncoplástica. Estamos de acuerdo sobre el actual enfoque oncoplástico del tratamiento del cáncer de mama, que engloba técnicas resectivas y reconstructivas en un solo concepto2.
A nuestro entender, el editorial abogaría por la formación integral y el concepto de cirujano oncológico de la mama, capacitado para realizar resecciones oncológicas y técnicas de oncoplastia con igual pericia; al no existir dicha especialidad, debería abordarse desde la cirugía general o desde la ginecología con una formación especial3.
La realidad es que el cirujano plástico tiene la formación y la capacitación adecuadas para efectuar la cirugía oncoplástica con éxito. Nuestra propia experiencia nos remite a la creación de un equipo multidisciplinario formado por miembros de cirugía general, de ginecología y de cirugía plástica en el marco de la unidad de patología mamaria, que nos permite ofrecer a nuestras pacientes el mejor resultado estético posible con la máxima garantía oncológica en el mismo acto quirúrgico. Creemos que esta convivencia quirúrgica, no exenta de dificultades, es factible y más económica y satisfactoria para las pacientes y para los profesionales que la alternativa de formación propuesta por los autores del editorial.