Pacientes y Método. Han sido intervenidos 155 casos de recidivas herniarias en 131 pacientes, 124 varones y 7 mujeres, con un número de recidivas entre una y tres y con una media de edad de 57,7 años. Fueron intervenidos por los autores, utilizando, en principio, técnicas herniorráficas en los casos considerados de bajo riesgo de recidiva y protésicas en el resto, usando un anclaje protésico al ligamento de Cooper cuando existió deterioro del plano superficial y abordaje preperitoneal si existía cirugía protésica inguinal previa y en algunos casos de bilateralidad.
Resultados. El índice de recidiva en las técnicas simples fue del 23% y en las protésicas del 7,42%. Las recidivas ocurrieron durante los primeros 50 casos salvo tres ocurridas en procedimientos preperitoneales durante los 105 casos restantes; el análisis de todos los casos nos ha conducido a introducir cambios de procedimiento y material en nuestro protocolo inicial.
Conclusión. La alta frecuencia de recidiva en el tratamiento de la hernia inguinofemoral reproducida con el uso de procedimientos no protésicos aconseja el uso de prótesis en todos los casos. En nuestra experiencia, el uso de prótesis de propilpropileno, suturadas con idéntico material, con adecuada protección del orificio inguinal profundo y con abordaje virgen en caso de inserción protésica previa, ofrece los mejores resultados
Patients and method. One hundred thirty-one patients (124 men and 7 women; mean age: 57.7 years) were treated surgically for 155 recurrent hernias. Each patient presented between 1 and 3 recurrences. Surgery was performed by the authors of this report, who employed herniorrhaphy in those cases in which there appeared to be a low risk of recurrence, and prostheses were placed in the remainder. The prosthesis was attached to Cooper's ligament when the tissue plane was deteriorated and a preperitoneal approach was used when the patient had undergone previous inguinal prosthetic surgery and in certain cases of bilateral hernia.
Results. The rate of recurrence associated with herniorrhaphy was 23% and that of prosthesis placement was 7.42%. Recurrences developed in the first 50 cases; among the remaining 105 cases, there were only 3 recurrences, all of them involving a preperitoneal approach. The analysis of our series led us to introduce changes in the procedure and materials employed in our initial protocol.
Conclusion. The high recurrence rate associated with groin hernia when not repaired by prosthesis placement suggests that prostheses should be employed in every case. In our experience, the use of propylpropylene prostheses sutured with the same material, with proper protection of the deep inguinal ring and using a new approach in cases of previous prosthesis placement, produces the best results.