«El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos es lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad». Víctor Hugo
He leído con detenimiento el artículo escrito por Sitges1, así como las respuestas realizadas al mismo por Targarona et al.2 y Escrig et al.3 en referencia al artículo publicado en nuestra revista por el primero con el título de «¿Tecnología o tecnolatría…?» No puedo más que llamar la atención dado mi asombro (y el de muchos colegas) por la dinámica que ha tomado dicha referencia. Términos como «lado oscuro» de la innovación quirúrgica, «vedetismo», «presbicia quirúrgica», etc., aparecen en dichos escritos denotando, no solo la falta de entendimiento del tema referido entre los autores (el uso auditado o no de las nuevas tecnologías y los personalismos quirúrgicos), sino también una falta de respeto a la trayectoria académica y quirúrgica de alguno de ellos. A mi entender, pienso (como otros muchos) que todos tienen su parte de razón. Sitges llama la atención sobre las desviaciones personales tras la industria farmacéutica, sobre cierto «cultismo» personal en algunos compañeros a la sombra de las innovaciones tecnológicas, sobre el déficit de control y de auditorías en la formación de nuestros residentes, sobre el gasto económico, etc. Targarona hace referencia a la gran labor que realiza la AEC y en concreto la Sección de Endoscopia (de la cual he tenido el honor de ser vocal) en el control, en las auditorías clínico-quirúrgicas, en los registros de los protocolos asistenciales y en la formación de los residentes y los cirujanos noveles. Escrig describe claramente lo que suele ser, desgraciadamente, habitual en nuestro día a día «hay algo nuevo, pido el material (que suele ser caro), lo hago y veo qué pasa».
Está claro que debe primar la evaluación tecnológica auditada y controlada, así como la implementación y difusión científica de aquellos procesos quirúrgico-tecnológicos que sean estandarizables, homologables y socializables a todos (o por lo menos a la mayoría) los profesionales de la Cirugía. Recordemos que la Cirugía no es una ciencia exacta y el respeto debido a la experiencia y maestría profesional de quienes la ejercitamos debe prevalecer.