El trasplante hepático de donante vivo representa una alternativa válida que puede permitir ofrecer este tratamiento a un mayor número de pacientes y, al mismo tiempo, reducir la mortalidad en las listas de espera. Los resultados apuntan a un riesgo aceptable para el donante, aunque en opinión de algunos autores falta por demostrar su verdadera eficacia y una supervivencia adecuada para el receptor. La complejidad de la intervención tanto en el donante como en el receptor hace que haya que ser muy prudente a la hora de iniciar un programa de este tipo, y sólo los grupos con experiencia probada en resecciones hepáticas y a su vez en trasplante hepático pueden abordar este reto con suficientes garantías
Living donor liver transplantation is a valid alternative that may enable a greater number of patients to undergo transplantation and may, in turn, reduce mortality among patients on the waiting list. The results show that the risk to the donor is acceptable survival for the recipient remain to be demonstrated. Because of the complexity of the intervention, both in the donor and in the receptor, caution should be exercised before initiating a program of this type. Only surgical teams with proven experience in hepatic resection and liver transplantation can approach this challenge with sufficient guarantees