Sobre la base de que la hipercolesterolemia es un factor de riesgo precoz para la enfermedad de Alzheimer, el objetivo de este trabajo ha sido conocer si en una población con hipercolesterolemia familiar heterocigótica, en la que existe una disfunción en los receptores para las LDL, es posible reconocer un deterioro cognitivo asociado a dicho trastorno.
Se ha estudiado una cohorte de 47 pacientes con hipercolesterolemia comparando los resultados con un grupo de 70 pacientes sin hipercolesterolemia genética. Todos los pacientes tenían más de 50 años. A todos ellos se les realizaron tests neuropsicológicos.
Los pacientes con hipercolesterolemia familiar evidenciaron una mayor incidencia de deterioro cognitivo de grado medio comparado con aquellos sin hipercolesterolemia familiar (21,3% versus 2,9%). Los autores concluyen que en los pacientes con hipercolesterolemia familiar, en comparación con aquellos con hipercolesterolemia esporádica, la exposición precoz a niveles elevados de colesterol por una disfunción del receptor para LDL puede constituir un factor de riesgo
ComentarioAlgunos estudios recientes han puesto en evidencia que existe una asociación entre el metabolismo del colesterol y la enfermedad de Alzheimer. Por este motivo, los autores se han planteado el presente trabajo en el que intentan determinar si los pacientes con hipercolesterolemia familiar tienen anomalías en la esfera cognitiva.
Los autores han empleado para el diagnóstico de hipercolesterolemia familiar unos criterios basados en la cifra de colesterol, la transmisión vertical de la hipercolesterolemia, la cardiopatía isquémica precoz en el caso índice y/o en los familiares en primer grado, y la presencia de xantomas tendinosos1. En estas condiciones, el diagnóstico se realiza cuando se alcanza una cierta puntuación: posible (3-5 puntos), probable (6-7 puntos), cierta (≥8 puntos). En el presente estudio solo se han considerado pacientes con diagnóstico cierto, a los que se ha realizado estudio genético (microarray y secuenciación) para detectar las mutaciones del receptor de LDL, lo que fue posible en aproximadamente el 50% de los casos.
Dado que se excluyeron los pacientes con antecedentes de enfermedad cerebrovascular (ictus o ataque isquémico transitorio), historia de consumo excesivo de alcohol u otras enfermedades que se acompañan de deterioro cognitivo, se pudo valorar la asociación entre el trastorno metabólico y el neurológico. De esta forma fue posible constatar que el riesgo de padecer un deterioro cognitivo de grado medio en los pacientes con hipercolesterolemia familiar fue de 7,45. De hecho, el 21,3% de los pacientes con hipercolesterolemia familiar presentaban un trastorno de la esfera cognitiva de grado medio, y solo el 2,9% de los pacientes sin hipercolesterolemia de origen genético.
Los hallazgos pueden ser relevantes por varias razones. En primer lugar porque el porcentaje de sujetos con deterioro cognitivo que evolucionan hacia una enfermedad de Alzheimer puede ser hasta del 15% anual2. En segundo lugar porque en la enfermedad de Alzheimer hay dos aspectos de la hipercolesterolemia familiar que pueden influir: la exposición precoz y mantenida a niveles elevados de colesterol, y la disfunción del receptor para LDL, que se ha involucrado en la patogenia de las alteraciones sinápticas de la enfermedad de Alzheimer3.
Los autores, basados en los resultados de su estudio, proponen la hipótesis de que, en efecto, la exposición a los niveles elevados de LDL y la disfunción del receptor de tallipoproteína pueden estar implicados en el deterioro cognitivo que se ha visto asociado a la hipercolesterolemia familiar, y más allá en la patogenia de la enfermedad de Alzheimer.