Introducción. La disfunción endotelial y la inflamación tienen un papel importante en el desarrollo de la aterosclerosis. El presente estudio evalúa la función endotelial, los parámetros inflamatorios y el grosor íntima-media carotídeo en pacientes dislipémicos con y sin enfermedad coronaria.
Metodología. El perfil metabólico y los parámetros inflamatorios se determinaron en los pacientes dislipémicos con (n = 33) y sin (n = 69) enfermedad coronaria. La función endotelial se evaluó mediante vasodilatación mediada por flujo, así como mediante las concentraciones plasmáticas de nitritos y nitratos. El grosor íntimamedia carotídeo se midió por ultrasonido.
Resultados. No se observaron diferencias significativas en parámetros antropométricos, hemodinámicos o metabólicos entre los distintos grupos. Una vez ajustados por edad y medicación empleada, algunos parámetros inflamatorios fueron superiores en pacientes con enfermedad coronaria; sin embargo, no se observaron diferencias significativas ni en la vasodilatación mediada por flujo ni en las concentraciones plasmáticas de nitritos.
Conclusiones. En sujetos dislipémicos, la presencia de enfermedad coronaria se asocia con la elevación de ciertos parámetros inflamatorios y con un aumento del grosor íntima-media carotídeo, pero no con un empeoramiento de la función endotelial.
COMENTARIOLas enfermedades cardiovasculares son la principal causa de mortalidad en los países desarrollados. La alteración subyacente en este tipo de procesos patológicos es la aterosclerosis, que depende en gran medida de una compleja interacción entre factores genéticos y múltiples factores de riesgo, en particular concentraciones elevadas de colesterol en plasma.
La disfunción endotelial, relacionada estrechamente con la dislipemia, tiene un papel clave en el desarrollo y la progresión de la aterosclerosis1. La disminución de la biodisponibilidad de óxido nítrico, debida a una disminución en su síntesis o a un aumento de su degradación, se considera uno de los factores determinantes de la disfunción endotelial. La evaluación de ésta por dilatación mediada por flujo conlleva, en algunos casos, su detección antes de la aparición de cambios estructurales en la pared vascular.
Además, diversos estudios indican que podría considerarse un marcador pronóstico de la progresión de la enfermedad y de la presentación de eventos cardiovasculares.
La aterosclerosis puede definirse como una enfermedad inflamatoria vascular crónica2,3. Las citocinas inflamatorias son causa, en gran medida, de la activación de las células endoteliales, caracterizadas por la expresión de moléculas de adhesión, como sVCAM-1 y P-selectina, que favorecen el reclutamiento y la migración de monocitos circulantes hacia el interior de la pared vascular. La migración y la diferenciación celular en las capas vasculares subendoteliales son la causa de un incremento en el grosor íntima-media arterial, que se considera un marcador altamente sensible en la progresión de la aterosclerosis.
Las concentraciones elevadas de citocinas proinflamatorias como el factor de necrosis tumoral alfa (TNFα), la in- terleucina 1 beta (IL-1β) y la interleucina 6 (IL-6) se asocian con la aparición de eventos cardiovasculares. La proteína C reactiva (PCR) tiene especial relevancia, ya que se ha descrito su presencia en placas de ateroma y parece estar implicada en la formación de células espumosas y en la quimiotaxis de monocitos, así como en la captación de LDL por los macrófagos. Hay multitud de ensayos clínicos que revelan la importancia de ésta como marcador pronóstico de futuros eventos cardiovasculares.
Aun existiendo evidencias de la estrecha relación entre inflamación y disfunción endotelial, no se ha descrito si ambas reflejan el mismo grado de progresión y severidad en la enfermedad aterosclerótica.
Los resultados del presente trabajo confirman estudios previos en los que se ha descrito que factores de riesgo cardiovascular, como la dislipemia, conllevan alteraciones en la función endotelial y aumento de marcadores de inflamación4. Sin embargo, el presente estudio ha demostrado que la inflamación y la disfunción endotelial se modifican de manera diferente en función de la existencia o no de algún evento cardiovascular. Así, los sujetos dislipémicos con enfermedad cardiovascular concomitante tienen mayores concentraciones plasmáticas de proteína C reactiva, IL-6 y sVCAM que los sujetos dislipémicos sin antecedentes de enfermedad cardiovascular. Esta elevación en determinados parámetros inflamatorios no se relaciona con alteraciones en la función endotelial, pero sí con un aumento del grosor íntima-media carotídeo. Es importante destacar que hay otras citocinas, además de la conocida PCR, implicadas de forma directa en la progresión del proceso aterosclerótico. Estos resultados indican, en primer lugar, que la disfunción endotelial y los marcadores de inflamación no manifiestan el mismo grado en la progresión de la aterosclerosis, así como en la severidad de la enfermedad cardiovascular. Además, la elevación de ciertos parámetros de inflamación no implica necesariamente una alteración de la función endotelial, pero sí un aumento del grosor íntima-media carotídeo. Por lo tanto, estos resultados apuntan a que, una vez que aparece una disfunción endotelial en pacientes dislipémicos, la presencia de un evento cardiovascular no la empeora, al menos en los meses posteriores a la aparición del evento.
Uno de los aspectos interesantes del estudio es que ninguno de los pacientes dislipémicos incluidos en él recibía tratamientos farmacológicos para reducir las concentraciones lipídicas; esto permite evaluar la relación entre la función endotelial, los marcadores de inflamación y los eventos cardiovasculares sin la potencial confusión causada por los bien conocidos efectos pleotrópicos del tipo de medicación.
En resumen, el presente estudio indica que en pacientes dislipémicos la elevación de ciertos parámetros de inflamación se relaciona con un incremento del grosor íntima-media carotídeo, así como con antecedentes de eventos cardiovasculares. Además, parecen ser parcialmente independientes del perfil lipídico y del grado de disfunción endotelial.