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Clínica e Investigación en Ginecología y Obstetricia
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Vol. 27. Núm. 8.
Páginas 289 (octubre 2000)
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Con frecuencia relativamente creciente acuden a la consulta ginecológica pacientes jóvenes afectadas de amenorrea cuyo origen se halla en la existencia de anorexia nerviosa.

Como es bien sabido, la anorexia nerviosa es una compleja enfermedad psicosomática propia, en la mayoría de ocasiones, de adolescentes y de mujeres jóvenes. Se trata de un proceso psiquiátrico, que habitualmente, se acompaña de importantes alteraciones ginecológicas, hecho que explica la gran frecuencia con la que es el ginecólogo quien atiende en un principio a estas pacientes. De ahí la gran responsabilidad que recae sobre el especialista a la hora de efectuar un diagnóstico precoz de la enfermedad.

Junto a la evidente pérdida de peso, la anorexia nerviosa provoca numerosas alteraciones de orden médico y endocrinológico. La mayoría de mujeres que presentan una pérdida de peso superior al 10-15% del peso normal presentará también amenorrea secundaria, pero es preciso insistir en el hecho de que en más del 20% de pacientes anoréxicas la amenorrea precede a la pérdida de peso. No es pues de extrañar que se haya enfatizado la importancia de la aparición de amenorrea secundaria en mujeres jóvenes para el diagnóstico precoz de la anorexia. La amenorrea en casos de anorexia nerviosa es el resultado de una disfunción hipotalámica. Las principales anomalías endocrinas en estos casos son la baja concentración de gonadotrofinas con hipoestronismo producido por inhibición de la pulsatilidad de la hormona estimuladora de la selección y dominancia folicular. También se ha sugerido que la rápida disminución de la concentración de leptina, debido a la limitación de la ingesta, podía ser responsable de la precocidad de la amenorrea en estas pacientes, al desempeñar la leptina un cierto papel en la regulación del funcionalismo del eje hipotálamo-hipófiso-ovárico.

De cualquier forma, parece fuera de toda duda que ante la presencia de amenorrea secundaria en muchachas jóvenes, el ginecólogo debe investigar la posibilidad de que se halle ante los primeros síntomas de una anorexia nerviosa.

Se trata de una grave enfermedad cuyo diagnóstico precoz es fundamental para el inicio de un tratamiento médico, nutricional y psiquiátrico inmediato que permita prevenir las graves complicaciones que pueden presentarse a medio y largo plazo. No se puede olvidar que el pronóstico de la enfermedad guarda estrecha relación con el tiempo de duración de la misma y con la intensidad de la pérdida de peso.

La rehabilitación nutricional, establecida con precocidad, consiente la reversibilidad de la mayoría de las complicaciones de la anorexia nerviosa.

Como advierten muchos autores, la anorexia nerviosa es mucho más que un trastorno de la alimentación. Es un trastorno de la mente y del cuerpo que acarrea graves alteraciones si el tratamiento no se inicia precozmente.

Y señalemos una vez más que con gran frecuencia es el ginecólogo quien tiene la oportunidad de orientar un diagnóstico precoz que evite la evolución posterior de esta grave anomalía del comportamiento.

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