En fecha reciente varios miembros de una denominada Agencia de Evaluación de Tecnología e Investigación Médicas han publicado un trabajo titulado «Algunos datos sobre la eficacia y la eficiencia de la FSH-recombinante en relación con la FSH de origen urinario».
No cabe duda de que la valoración de la eficacia y de la eficiencia de cualquier medicamento y/o tecnología de nueva introducción resulta de un valor incalculable a la hora de decidir la utilidad y la relación coste-efectividad del empleo de una nueva posibilidad beneficiosa para el diagnóstico y/o tratamiento.
Con esa finalidad nacieron las denominadas Agencias de Evaluación.
Sin embargo, sólo planteamientos correctos de los trabajos llevados a cabo por dichas Agencias y, por extensión, de cualquier trabajo de índole científica permitirán obtener conclusiones válidas que sean de utilidad a la hora de tomar decisiones.
Una base fundamental de dichos planteamientos es la necesidad de tener en cuenta todas las variables y todos los factores que puedan influir en los resultados, ya que la negligencia en este aspecto de la investigación sólo puede servir para crear confusión y, en el mejor de los casos, para dejar las cosas igual que antes.
En el estudio que comentamos se señala que en el mismo se ha intentado medir las ventajas de la FSH-recombinante en comparación con otras formas urinarias. Los objetivos del estudio, se señala más adelante, fueron valorar la eficacia de la FSH-recombinante, así como la valoración coste-efectividad del consumo del fármaco, en comparación con la FSH-urinaria tanto para la estimulación ovárica controlada como para la inducción de la ovulación por deficiencias del eje hipotálamo-hipofisario.
Veamos seguidamente las conclusiones del citado trabajo. Dicen así: «Según se desprende de los estudios revisados en este informe, la FSH-recombinante es más eficaz que las formas de origen urinario en los dos supuestos clínicos que se han estudiado. A pesar de ello, las diferencias son relativamente menores y no resultan estadísticamente significativas» (sic). «Además, el supuesto exceso de eficacia del fármaco recombinante no parece compensar la diferencia en precios, ya que la FSH-recombinante resulta alrededor de un 40% menos coste-efectiva que la FSH-urinaria, habida cuenta del precio del fármaco como unidad de coste».
A continuación se añade que «de todas formas, las características de los datos analizados en este informe no permiten estimar la efectividad y la relación coste-efectividad de los fármacos en otros contextos. Por ello, es importante valorar el grado de similitud de la práctica habitual en relación con algunas otras variables que influyen en la eficacia (o efectividad) y eficiencia de la técnica, como la edad de los pacientes, los criterios de inclusión en técnicas de reproducción humana asistida, pautas y dosis farmacológicas, uso de agonistas o antagonistas, criterios de maduración folicular o, incluso, la efectividad y eficiencia de los diferentes componentes de las técnicas FSH».
En conclusión, nos hallamos ante un trabajo que nada aporta al esclarecimiento de los objetivos propuestos. Y no porque, como tantas veces ocurre en investigación, los resultados sean negativos, sino por el hecho que no se tuvieron en cuenta, a la hora de plantear el estudio, múltiples factores que influyen de forma notable en los resultados.
La investigación bien hecha, al nivel que sea, requiere un esmero y una precisión en sus planteamientos, en su desarrollo y en la valoración de sus resultados que en muchas publicaciones brillan por su ausencia.