Hace pocas semanas conocíamos la muerte de Umberto Eco, famoso humanista, escritor y pedagogo, del cual no vamos a glosar aquí su figura —lo que estaría fuera de lugar—, pero sí una de sus obras, no de las más conocidas, pero que sí tiene cabida en esta página editorial.
Conocido y alabado por la mayoría de sus famosas novelas El nombre de la rosa y El péndulo de Foucault, y por tantas otras como La estructura ausente, Baudolino, El cementerio de Praga, o sus numerosos ensayos como el Tratado de semiótica, Lector in fabula, y tantos otros. Pero Eco es mucho más que un humanista y un gran escritor; es sobre todo, un maestro y toda su obra va destinada a enseñar.
Creemos que merece comentar aquí su libro Cómo se hace una tesis (Círculo de Lectores, 1989) (en el original Come si fa una tesi di laurea), ya que, como señala su prologuista José Luis Abellán «aunque el autor se dirige reiteradamente a los doctorandos, sus consejos resultan igualmente válidos para cualquier persona que quiera hacer una investigación». En efecto, Umberto Eco, catedrático de semiótica de la Universidad de Bolonia, contempla desde los aspectos más elementales de la redacción de una tesis (hipótesis de trabajo, cómo rellenar una ficha, cómo ordenar la bibliografía, cómo citar a pie de página, etc.) hasta otros aspectos prácticos como la elección del tema, la búsqueda de fuentes, la redacción y otros. Sin olvidar en ningún momento el hecho de querer producir un manual práctico que proporcione consejos que habrán de ser útiles a todo aquel que desee adentrarse en el campo de la investigación, sea cual sea el ámbito elegido para ello.
Bástenos aquí, como muestra fehaciente de la sencilla categoría de este libro, señalar algunas frases entresacadas de sus páginas.
«Cualquiera puede enseñarnos algo...», «Si se quiere investigar no hay que despreciar ninguna fuente, y esto por principio. Esto es lo que yo llamo humildad científica», «Lo que no se ha de hacer jamás es citar una fuente de segunda mano fingiendo haber visto el original», «La investigación debe suministrar elementos para la verificación y la refutación de las hipótesis que presenta…», y tantas otras.
Ha sido el escritor Xavi Ayén el que (La Vanguardia, 21 de febrero de 2016) cita las palabras del propio Umberto Eco referentes a su obra y, específicamente, al libro comentado: «Millones de estudiantes lo han usado en todo el mundo como guía. Sigue siendo útil en la era de Internet aunque yo lo haya escrito a mano. Después de mi muerte ese será el único libro que me sobrevivirá».
Nuestro homenaje, pues, al sabio desaparecido y nuestra recomendación de lectura atenta y pormenorizada de la obra que acabamos de comentar.
A mí también me fue útil.
