INTRODUCCION
Hoy día la histeroscopia se ha convertido en una valiosa opción diagnóstico-terapéutica.
En concreto, en el tratamiento de la metrorragia secundaria al pólipo endometrial se considera la mejor opción terapéutica, ya que ofrece la doble ventaja de la eficacia terapéutica y de la seguridad de un diagnóstico histológico completo.
Los embarazos son en principio una contraindicación para la histeroscopia. Los embarazos en el segundo y tercer trimestres constituyen una contraindicación absoluta, aunque a veces se realiza una histeroscopia en un embarazo incipiente, como es el caso que nos ocupa. Antes de las 7 semanas, el riesgo de infección y de rotura accidental del huevo parece poco elevado. El embarazo continúa habitualmente sin incidentes. La histeroscopia puede ser incluso un acto deliberado para buscar un DIU perdido. En el caso de embarazo, el DIU podrá ser retirado sin ningún riesgo si se encuentra lejos del huevo, o con riesgo de un aborto espontáneo si está situado debajo. Se ha propuesto incluso la histeroscopia como acto diagnóstico complementario en algunos casos en que se sospecha un embarazo ectópico (embarazo ectópico ultraprecoz con duda en la laparoscopia)1,2.
CASO CLINICO
Presentamos el caso de una mujer de 33 años, nuligesta, en estudio por esterilidad primaria. Se le rea lizó una histeroscopia diagnóstica por presentar metrorragias intermenstruales y se observó la presencia de 3 pólipos endometriales, el mayor de ellos de 4 * 2 cm (fig. 1).
A las 5 semanas de amenorrea, apareció metrorragia, y el resultado de la prueba de embarazo fue po sitiva. Durante todo el primer trimestre presentó metrorragia persistente, y en la semana 12 de amenorrea se confirmó ecográficamente la existencia de un hematoma retrocorial (fig. 2).
En la semana 21 se realizó una nueva ecografía, que demostró la resolución del hematoma (fig. 3).
En la semana 27 +1 fue ingresada por amenaza de parto prematuro, y se instauró tratamiento con ritodrine intravenoso y betametasona intramuscular, precisando 2 unidades de concentrado de hematíes por anemia intensa.
La paciente fue dada de alta en la semana 28, por mejoría del cuadro, y continuó en reposo debido a la presencia de metrorragias intermitentes hasta la semana 36 + 6, cuando ingresó en el área de partos por metrorragia abundante. Al ingreso presentaba un Bishop de 1, con hiperdinamia en el registro cardiotocográfico e imagen ecográfica compatible con desprendimiento de placenta. Se realizó una cesárea urgente por sospecha de desprendimiento, que se confirmó en el examen posterior de la placenta, y el resultado fue un recién nacido varón de 2.980 g, con una puntuación de Apgar de 9-10 y pH de cordón de 7,33, totalmente normal en la exploración.
COMENTARIOS
Hemos presentado un raro caso de realización de una polipectomía histeroscópica en una gestación ya implantada (en el día 30 del ciclo, aproximadamente a los 14-16 días de la concepción), inadvertida en el momento en que se efectuó la técnica.
A pesar de tener constancia de la realización de histeroscopias durante el embarazo, bien para la extracción de DIU3-5, en investigaciones experimentales en animales6-9 o para el tratamiento de gestaciones ectópicas10-12, no hemos encontrado en la bibliografía casos de histeroscopias quirúrgicas que nos permitan ver los efectos secundarios de dicha técnica en un embarazo incipiente.
En este caso clínico, a pesar de que la tasa de metrorragia del primer trimestre en nuestro medio es elevada, concretamente de un 25%13, podríamos sospechar una posible relación entre la realización de la histeroscopia quirúrgica y la aparición de la metrorragia del primer trimestre.
En segundo lugar, teniendo en cuenta el estudio publicado por Eriksen et al en 199114, en el que se aprecia una tasa más alta de hematoma retroplacentario en pacientes que habían presentado hemorragia en el primer y segundo trimestres, podríamos también suponer una relación causa-efecto entre la metrorragia del primer trimestre que presentó nuestra paciente tras ser sometida a la histeroscopia quirúrgica y el desprendimiento prematuro de placenta que tuvo lugar en el tercer trimestre.
Como comentario final podríamos decir que, dada la escasa bibliografía sobre el tema, creemos interesante este caso, en el que, a pesar del efecto yatrogénico de la histeroscopia en una fase muy precoz de la gestación, de la evolución tórpida del embarazo por metrorragia persistente y de su finalización con una cesárea urgente debida a desprendimiento de placenta, el resultado fue un recién nacido normal y sano.