Estudios previos muestran que el incremento en la categoría del índice de masa corporal(IMC) se asocia a un mayor riesgo de complicaciones obstétricas.
ObjetivoInvestigar el impacto que tiene el incremento del IMC durante el embarazo en los resultados obstétricos en el Hospital Clínico de la Universidad de Chile.
Material y métodosEstudio retrospectivo que incluye a embarazadas atendidas en el hospital entre el año 2001 y 2006. Las mujeres con embarazos únicos fueron clasificadas en las distintas categorías de IMC. El incremento del IMC se calculó como la diferencia entre el IMC del inicio y el del final de la gestación. Para comparar las variables categóricas se usó el test exacto de Fisher y para las variables continuas el test de la t para comparación de 2 medias.
ResultadosEl estudio incluyó a 5.478 mujeres: 568 (10,48%) no incrementaron su categoría de IMC y 4.910 (89,51%) aumentaron su IMC en 1 o más categorías. El incremento del IMC se asoció a mayor riesgo de preeclampsia (p=0,004) y operación cesárea (p=0,009) en las pacientes con sobrepeso, no así en las pacientes con normopeso al inicio del embarazo. Las pacientes obesas presentan mayor riesgo de preeclampsia (p=0,008), diabetes gestacional (p<0,001), operación cesárea (p<0,001) e infección posparto (p=0,009).
ConclusiónEl incremento en la categoría de IMC se asocia a un aumento del riesgo de complicaciones obstétricas.
Previous studies have shown that an increase in body mass index (BMI) is associated with a greater risk of obstetric complications.
AimTo investigate the effect of an increase in BMI category on obstetric outcomes in Hospital Clínic of the University of Chile.
Material and methodsA retrospective study was conducted of women followed-up in the hospital from 2001 to 2006. Women with singleton pregnancies were placed in standard BMI categories. Increases in BMI were calculated as the difference between initial BMI and that at delivery. Fisher's exact test was used to compare categorical variables and the t test between two means was used for continuous variables.
ResultsThis study included 5,478 women: 568 (10.48%) had no change in BMI category and 4.910 (89.51%) increased their BMI by ≥ 1 category. An increase in BMI category was associated with higher rates of preeclampsia (p=0.004) and cesarean delivery (p=0.009) in overweight women but not in women with a healthy weight at the beginning of pregnancy. Obese women had a higher risk of preeclampsia (p=0.008), gestational diabetes (p<0.001), cesarean delivery (p<0.001), and postpartum infection (p=0.009).
ConclusionsAn increase in BMI category is associated with a greater risk of obstetric complications.
La incidencia de obesidad y sobrepeso ha presentado un marcado aumento en las últimas décadas, alcanzando, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), caracteres de epidemia mundial. En Chile, han ocurrido importantes cambios epidemiológicos con relación a los hábitos alimenticios de su población. La mortalidad por enfermedades asociadas al sedentarismo y una dieta hipercalórica, como por ejemplo la diabetes mellitus tipo 2, ha aumentado considerablemente. Así, en los últimos 30 años se ha duplicado la mortalidad por cáncer de mama y triplicado la mortalidad por cáncer de vesícula y próstata, siendo todas ellas enfermedades asociadas al exceso de peso1,2. La OMS y el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, definen el peso normal con un índice de masa corporal (IMC) de 18,5-24,9, sobrepeso con un IMC de 25-29.9, y obesidad con un IMC ≥ 30. La obesidad se clasifica según el IMC en clase I (30-34,9), clase II (35-39,9), y clase III u obesidad extrema o mórbida (≥ 40)3,4. La Encuesta Nacional de Salud 20035 muestra que un 22% de la población chilena es obesa, un 38% presenta sobrepeso y un 1,3% tiene obesidad mórbida.
Esto tiene especial importancia en las embarazadas, pues muchos estudios sugieren que el sobrepeso y obesidad de la madre se asocian a mayor riesgo de complicaciones obstétricas y mayor morbilidad para ambos, madre e hijo. Incluso se cree que el ambiente intrauterino afectaría a la futura incidencia de obesidad, y que el hijo de una embarazada obesa tendría un mayor riesgo de obesidad durante su vida. De hecho, el 29-33% de los hijos de embarazadas obesas está en el percentil 90 para la edad, y el hijo de una madre con sobrepeso tiene 3 veces más posibilidades de tener sobrepeso a los 7 años de edad6.
En Chile, el informe acerca del estado nutricional de las mujeres embarazadas, publicado en el año 2006 por el Departamento de Estadísticas e Información de Salud del Ministerio de Salud, muestra que el 19,4% de las embarazadas en control obstétrico presenta obesidad y el 31,6% tiene sobrepeso7.
Weiss et al8 realizaron un estudio prospectivo multicéntrico con más de 16.000 mujeres embarazadas y encontraron que la obesidad de clases I y II se asociaron a un mayor riesgo de hipertensión en el embarazo, preeclampsia, diabetes gestacional, macrosomía fetal y operación cesárea en comparación con embarazadas con IMC < 30. Hay varios estudios que muestran resultados equivalentes9-12, además de mayor frecuencia de complicaciones durante el embarazo, el nacimiento (parto o cesárea) y el posparto13-17. Una reciente revisión6 señala que las embarazadas con sobrepeso u obesas reciben oxitocina con más frecuencia y progresan en forma más lenta durante el trabajo de parto: 7,9h para las embarazadas obesas frente a 6,2h para las de peso normal. Además, requieren operación cesárea con el doble de frecuencia que las no obesas, y la mayoría son por la indicación de distocia del parto y distrés fetal6.
El objetivo de este estudio es investigar cómo influye el aumento en la clase de IMC de la madre en las complicaciones perinatales de las pacientes de nuestro hospital.
MATERIAL Y MÉTODOSEste estudio incluye a 7.294 de las 8.396 pacientes embarazadas atendidas en el Hospital Clínico de la Universidad de Chile entre mayo de 2001 y mayo de 2006. Las variables se obtuvieron de la base de datos del Departamento de Obstetricia y Ginecología almacenadas en un software File Maker 8.0. Se excluyeron las pacientes con embarazos múltiples y las con IMC < 20. Lo anterior debido a su asociación a un mayor riesgo de parto prematuro, bajo peso al nacer y anemia, así como un menor riesgo de preeclampsia, diabetes gestacional, intervención obstétrica y hemorragia posparto18. El IMC de cada paciente se calculó en 2 oportunidades: el primer control prenatal y al final del embarazo. No se consideró el peso previo al embarazo por ser un dato poco fiable o desconocido en la mayoría de las pacientes. Según el IMC de la primera visita, las pacientes fueron agrupadas en las categorías de IMC definidas por la OMS y el Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos3,4. La categoría inicial de IMC de cada paciente se comparó con la categoría de IMC al momento del nacimiento, identificándose 2 grupos de pacientes: un grupo que mantiene la categoría de IMC durante el embarazo y otro que aumenta en 1 o más categorías de IMC. La variable dependiente fue el incremento en la categoría de IMC. Las variables independientes incluidas fueron: tasa de diabetes gestacional, retardo del crecimiento intrauterino (RCIU), preeclampsia, fracaso de inducción, desgarro vaginal de tercer y cuarto grados, corioamnionitis, operación cesárea (en mujer sin miomectomía o cesárea anterior), parto instrumental (fórceps), infección posparto y la media de pesos de los recién nacidos. RCIU se consideró como los recién nacidos con peso bajo el Pc 10 de acuerdo a la edad gestacional, inducción fracasada cuando la inducción termina en una cesárea e infección posparto a la presencia de endometritis, infección de herida operatoria o infección urinaria. Las distintas variables se analizaron mediante el software estadístico STATA 8.0 a través del test de la t de comparación de 2 medias y test de Fisher para proporción de medias. Las diferencias fueron consideradas estadísticamente significativas con p < 0,01.
RESULTADOSSe identificaron 7.294 pacientes en la base de datos del Departamento de Obstetricia y Ginecología del Hospital Clínico de la Universidad de Chile. Según la categoría de IMC de la primera consulta prenatal, se excluyeron 568 pacientes del análisis, 522 por presentar IMC < 20, 34 por ser embarazos múltiples y 12 por disminuir en su categoría de IMC. En el primer control prenatal 1.248 embarazadas presentaron IMC > 30, que corresponde al 17,10% del total. De las 5.478 embarazadas no obesas, 568 (10,48%) se mantuvieron en la categoría de IMC y 4.910 (89,51%) aumentaron en 1 o más categorías el IMC. Las características demográficas y prenatales se muestran en la tabla I. Hubo diferencias significativas (p < 0,001) en la media de edad (30,18 ± 6,72 frente a 28,76 ± 6,26), paridad (2,35 ± 1,27 frente a 2,09 ± 1,10) y edad gestacional (38,73 ± 2,30 frente a 38,91 ± 1,58) de las pacientes que aumentaron su IMC comparado con las que se mantuvieron, siendo estas últimas más jóvenes, con menor paridad y mayor edad gestacional. En las pacientes con IMC normal al inicio del embarazo (tabla II), el incremento de categoría se asoció a un menor riesgo de RCIU y mayor peso del recién nacido (p < 0,001). El incremento del IMC en las pacientes con sobrepeso se asoció a más complicaciones (tabla III), que incluyen preeclampsia (p < 0,004), operación cesárea (p < 0,009) y operación cesárea por falta de progreso de trabajo de parto (p < 0,002). Por otro lado, el riesgo de RCIU también fue significativamente menor en las embarazadas con sobrepeso que aumentaron 1 o más categorías su IMC.
Características demográficas y clínicas de las pacientes
SIN CAMBIO DE CATEGORÍA DE IMC | INCREMENTO EN 1 O MÁS CATEGORÍAS DE IMC | P | |
Edad | 30,18 ±6,72 | 28,76 ± 6,26 | < 0,001 |
Edad gestacional | 38,73 ±2,30 | 38,91 ± 1,58 | 0,001 |
Paridad | 2,35 ±1,27 | 2,09 ±1,10 | < 0,001 |
HTA crónica | 22 (1,58%) | 42 (1,04%) | 0,115 |
Diabetes preexistente | 20 (1,43%) | 28 (0,69%) | 0,019 |
Cesárea anterior | 286 (20,57%) | 789 (19,59%) | 0,517 |
HTA: hipertensión arterial; IMC: índice de masa corporal.
Resultados obstétricos asociados al incremento de la categoría de índice de masa corporal en mujeres con peso normal en el primer control prenatal
SIN CAMBIO DE CATEGORÍA DE IMC (n = 297), n (%) | INCREMENTO EN 1 O MÁS CATEGORÍAS DE IMC (n = 2.463), n (%) | P | |
Preeclampsia | 6 (2,02) | 84 (3,41) | 0,295 |
Diabetes gestacional | 12 (4,04) | 103 (4,18) | 1,000 |
RCIU | 26 (8,75) | 77 (3,12) | < 0,001 |
Corioamnionitis | 8 (2,69) | 69 (2,80) | 1,000 |
Fracaso de inducción | 15 (5,05) | 125 (5,07) | 1,000 |
Desgarros de tercer-cuarto grados | 70 (23,50) | 607 (24,64) | 0,782 |
Distocia de hombros | 2 (0,67) | 30 (1,21) | 0,571 |
Parto con fórceps | 26 (8,75) | 216 (8,76) | 1,000 |
Cesárea | 83 (27,94) | 801 (32,52) | 0,256 |
Cesárea por FPTP* | 29 (9,76) | 245 (9,94) | 1,000 |
Infección posparto | 2 (0,67) | 19 (0,77) | 0,767 |
Peso del recién nacido | 3.181,0 ± 469,33 | 3.354,0 ± 478,73 | < 0,001 |
IMC: índice de masa corporal; FPTP: falta de progreso de trabajo de parto; RCIU: retardo del crecimiento intrauterino.
Resultados obstétricos asociados al incremento de la categoría de índice de masa corporal en mujeres con sobrepeso en el primer control prenatal
SIN CAMBIO DE CATEGORÍA DE IMC (n = 271), n (%) | INCREMENTO EN 1 O MÁS CATEGORÍAS DE IMC (n = 2.386), n (%) | P | |
Preeclampsia | 13 (4,79) | 253 (10,60) | 0,004 |
Diabetes gestacional | 15 (5,53) | 196 (8,21) | 0,188 |
RCIU | 39 (14,39) | 56 (2,34) | < 0,001 |
Corioamnionitis | 13 (4,79) | 118 (4,94) | 1,000 |
Fracaso de inducción | 18 (7,01) | 168 (7,04) | 0,901 |
Desgarros de tercer-cuarto grados | 70 (25,83) | 692 (29,00) | 0,451 |
Distocia de hombros | 2 (0,73) | 43 (1,80) | 0,314 |
Parto con fórceps | 26 (9,59) | 250 (9,22) | 0,754 |
Cesárea | 84 (30,09) | 1,042 (43,67) | 0,009 |
Cesárea por FPTP* | 28 (10,33) | 122 (10,47) | 0,002 |
Infección posparto | 2 (0,73 ) | 25 (1,04) | 1,000 |
Peso del recién nacido | 3.331,3 ±570,3 | 3.387,8 ±636,9 | 0,62 |
IMC: índice de masa corporal; FPTP: falta de progreso de trabajo de parto; RCIU: retardo del crecimiento intrauterino.
Las embarazadas con IMC > 30 en el primer control presentaron mayor riesgo de preeclampsia (p = 0,008), diabetes gestacional (p < 0,001) y operación cesárea por falta de progreso de trabajo de parto (p < 0,001). El riesgo de infección posparto también se ve aumentado en las pacientes con IMC > 30.
DISCUSIÓNLa creciente epidemia de obesidad obliga a analizar en la población chilena la parte superior de la distribución ponderal, donde se presentan diversos problemas de salud asociados al exceso de peso.
En esta serie, un número significativo de embarazadas presenta sobrepeso o son obesas y cerca de dos tercios de ellas aumentan en una o más categorías su IMC.
La mayoría de los resultados del estudio son concordantes con los de otros trabajos que analizan los resultados obstétricos en embarazadas con aumento excesivo de peso o el incremento en la categoría del IMC16,20-22.
El estudio pretende explorar el impacto del incremento de categoría de IMC durante la gestación. Los cambios de categorías de IMC y el IMC en la primera consulta prenatal permiten identificar una serie de factores de riesgo para un pobre resultado perinatal. No obstante, la evaluación del incremento en la categoría de IMC presenta limitaciones, puesto que una embarazada que sube un poco menos de 5kg puede aumentar de categoría o mantenerse dentro de la misma categoría de IMC. Pese a ello, el uso de las categorías de IMC parece ser una herramienta útil para vislumbrar los resultados obstétricos esperables. Los hallazgos del trabajo refuerzan la importancia de la educación materna en el adecuado aumento de peso durante el embarazo. Es necesario enseñar a las mujeres que desean un embarazo que el esfuerzo de lograr un IMC normal debe hacerse en el período preconcepcional y no durante la gestación, donde una restricción calórica importante aumenta los riesgos de mortalidad perinatal23, además de enfatizar el impacto negativo que tiene la obesidad materna previa o una ganancia excesiva de peso, en la evolución del embarazo, el parto y el recién nacido.