INTRODUCCIÓN
Alrededor de los 47 años, se produce en todas las mujeres un evento puntual: la menopausia. Este suceso es el resultado de una secuencia de cambios que ocurren en el eje hipófisis-hipotálamo-ovario y que van a reflejar la característica fundamental del climaterio, que es el cese de la función ovárica y con ello la caída o disminución de la cantidad de estrógeno hemático producido por el ovario1.
Hasta fecha relativamente reciente eran escasos los conocimientos sobre la fisiología del climaterio y los cambios que ocurren y afectan a las mujeres en esta etapa2,3.
La aparición de enfermedades crónicas en la mujer en el climaterio y la menopausia es mucho mayor que la observada en mujeres jóvenes, y entre las entidades más frecuentes están, entre otras, los trastornos psicológicos, los genitourinarios, las enfermedades cerebrovasculares y la hipertensión arterial4. Como dato interesante señalaremos que este padecimiento es más frecuente en el varón hasta los 40 años; a partir de entonces se invierte la correlación, y predomina en la mujer5.
Algunos hábitos y estilos de vida tienen que ver con la hipertensión, como son la práctica de ejercicio físico, el aumento de peso y del panículo adiposo y el hábito de fumar, entre otros6,7.
Observar en nuestro trabajo diario que muchas de nuestras pacientes en esta etapa de la vida presentan cuadros de hipertensión arterial nos ha decidido a precisar algunos factores de riesgo que pueden influir en ellas y que presentamos a continuación.
MATERIAL Y MÉTODOS
Estudio transversal en 8 consultorios médicos seleccionados al azar del Policlínico Docente 26 de Julio, de las mujeres hipertensas esenciales comprendidas entre las edades de 40 a 59 años, que fueron estudiadas desde el 1 de enero al 31 de diciembre de 2002. Se estudió a 60 pacientes hipertensas y 60 normotensas.
En cada consultorio médico se partió del registro de visitas y en él se incluyó a todas las mujeres hipertensas esenciales. Para cada mujer hipertensa visitada se escogió un control de igual raza aparente. Como criterio de exclusión se estableció no incluir a mujeres diabéticas con complicaciones renales o del sistema nervioso central, como tampoco a pacientes nefrópatas, con el fin de evitar hipertensas secundarias en el estudio. Tampoco se incluyó a las mujeres no visitadas como hipertensas, pero que en el momento del estudio presentaron cifras altas de presión arterial.
A todas las pacientes se les aplicó un cuestionario que llenó en cada consultorio su médico de familia. En dicho cuestionario se recogieron, entre otros, diferentes datos relacionados con los objetivos de nuestro estudio: edad, principales síntomas referidos, hábito de fumar, valoración ponderal, realización o no de ejercicio físico, etc.
Para buscar las diferencias entre las pacientes hipertensas y normotensas respecto a variables cualitativas, se aplicaron las pruebas de la *2 y de la Z para comparación de proporciones. Se utilizó un nivel de significación de p = 0,05.
Los resultados se muestran en tablas y gráficos para su mejor comprensión.
RESULTADOS
En la tabla I puede verse que en el grupo de las pacientes hipertensas hay un total de 10 (16,6%) perimenopáusicas y 50 (83,3%) posmenopáusicas en este grupo predominan las edades de 55 a 59 años (48,3%). En las normotensas hay 16 (26,6%) perimenopáusicas y 44 (73,3%) posmenopáusicas, y también predominan las edades entre 55 y 59 años (30,0%).
En la figura 1 se observan las principales manifestaciones del síndrome climatérico que se encontraron, donde predominaron los síntomas de bochornos en las hipertensas, con el 81,6 frente al 61,6% en las normotensas, con diferencias significativas entre ambos grupos (p < 0,05); les siguen la ansiedad, con el 76,6% en las hipertensas y el 60,0% en las normotensas, también con diferencias significativas, y la cefalea, con el 76,6% en las hipertensas y el 48,3% en las normotensas. La depresión se encontró en el 68,3% de las hipertensas y el 51,6% de las normotensas, también con diferencias significativas entre ambas (p < 0,05).
Fig. 1. Principales manifestaciones encontradas.
La valoración nutricional, según índice de masa corporal, se muestra en la figura 2, donde resalta que en el grupo de las hipertensas hubo un 66,7% entre sobrepeso y obesas, mientras que en el de las normotensas éstas fueron el 45% del total, con diferencias significativas entre las obesas hipertensas y las normotensas (p < 0,05).
Fig. 2. Valoración nutricional.
Fig. 3. Hábito de fumar.
Fig. 4. Realización de ejercicio físico sistemático.
El hábito de fumar se analiza en la figura 3, donde observamos que la mayoría de las hipertensas fuma, el 56,7 frente al 35% de las normotensas, con diferencias significativas entre ambos grupos (p < 0,05).
Otro aspecto de gran importancia se puede observar en la figura 4, donde se expone la realización o no de ejercicio físico sistemático, también puede verse que la mayoría de las mujeres hipertensas no lo realizan, el 91,6% frente al 80% de las normotensas, sin diferencias significativas entre ambas, pero con predominio en las hipertensas.
DISCUSIÓN
Los resultados obtenidos en nuestro trabajo resaltan varios aspectos que consideramos importante destacar. Es conocido por todos que las manifestaciones del síndrome climatérico son frecuentes en la mayoría de las mujeres en esta etapa de la vida8-10. Aunque no encontramos trabajos que relacionen estas manifestaciones con la hipertensión en estas pacientes, sí creemos importante haber encontrado predominio de los bochornos, ansiedad, depresión y cefalea en las hipertensas. Todos estos síntomas se consideran manifestaciones psicofisiológicas severas del estrés10, y si tomamos en consideración que el individuo enferma fundamentalmente debido a enfermedades crónicas que se manifiestan por su debilitamiento en la lucha contra los agentes estresores, el enfoque del estrés resulta un factor determinante para encontrar la causa y a la vez la prevención de estas enfermedades11,12.
Hay 3 aspectos que se consideran relevantes entre los factores de riesgo de la hipertensión arterial y están presentes en estas mujeres. En la valoración nutricional, según vimos, hubo predominio de mujeres obesas y con sobrepeso entre las hipertensas, y la prevalencia de esta afección es un 50% mayor en este grupo que en las que están en su peso normal5,13, lo que se pone también de manifiesto en éstas.
El otro aspecto es el hábito de fumar. Está bien establecido que también es un factor de riesgo importante de diversas enfermedades, entre ellas la cardiopatía isquémica y la hipertensión arterial, trastorno de alta prevalencia en la mujer posmenopáusica14 que está presente en una parte importante de estas mujeres.
El tercer aspecto es la realización de ejercicio físico sistemático, en cuyos resultados pudimos ver que la mayoría no lo realiza, fundamentalmente las hipertensas. No encontramos muchos estudios realizados específicamente en mujeres en la etapa del climaterio y la menopausia, pero sí se ha señalado el beneficio de ejercicios dinámicos en la normalización de la hipertensión arterial en mujeres en esta etapa15.
Por los resultados obtenidos, podemos considerar que estas mujeres constituyen un grupo con un perfil epidemiológico muy bien definido y muy importante al considerarlas integralmente dentro de lo que llamamos el equilibrio salud-enfermedad, y que hay factores que van desde de las manifestaciones psicofisiológicas del síndrome climatérico hasta los factores biológicos que pueden contribuir directamente al surgimiento o desencadenamiento de la hipertensión arterial en ellas.