INTRODUCCIÓN
La medida de antígenos asociados a tumores en suero utilizando anticuerpos monoclonales se ha convertido en una herramienta importante en el tratamiento de pacientes con cáncer. Concretamente, el marcador tumoral CA 125 se utiliza en la práctica habitual en los laboratorios para el seguimiento de pacientes con cáncer de ovario.
El CA 125 es una glucoproteína de elevado peso molecular, descrita por Bast et al1. Mediante inmunohistoquímica se ha comprobado su presencia en las estructuras derivadas de los conductos de Müller (trompa de Falopio, endocérvix y fondo vaginal), así como en mesotelios: pleura, pericardio y peritoneo.
La principal utilidad del CA 125 es el control del cáncer de ovario. El aumento de las concentraciones de CA 125 también se ha relacionado con otras enfermedades malignas y benignas; entre las malignas, casos de cáncer de mama, endometrio, gastrointestinal, pulmonar y hematológico2, y entre las benignas, enfermedades de útero, hígado, tracto gastrointestinal, pulmonar y cardíacas3.
En la actualidad, la utilización del CA 125 en el cribado de cáncer de ovario es el aspecto que más controversia genera, fundamentalmente debido a la baja incidencia de la enfermedad. De hecho, el cribado en mujeres no menopáusicas no está recomendado por el National Institutes of Health (NIH) Consensus Panel, excepto para mujeres con una historia familiar de primer grado de cáncer de ovario o individuos con uno de los síndromes de cáncer hereditario4. En mujeres menopáusicas, las diferentes estrategias diagnósticas han sido criticadas por el bajo valor predictivo positivo resultado de las bajas sensibilidad y especificidad en programas de cribado y la observación de que sólo alrededor de la mitad de las mujeres en estadios tempranos de cáncer de ovario presenta valores elevados de CA 125.
A pesar de las bajas especificidad y sensibilidad del CA 125 en la detección precoz del cáncer de ovario, su cuantificación se utiliza ampliamente para el diagnóstico diferencial de masas anexales5, el control de la progresión de la enfermedad, la respuesta al tratamiento del cáncer de ovario y en la recurrencia de la enfermedad tras intervención quirúrgica o quimioterapia del cáncer de ovario.
El valor de referencia más frecuentemente utilizado del CA 125 fue el establecido por Bast et al6, en 35 U/ml. Se calculó utilizando el p99, a partir de 888 de terminaciones realizadas a 537 varones y 351 mujeres aparentemente sanos donantes de sangre con una media de edad de 34 años. El valor de referencia (valor límite) fue validado en un grupo (n = 101) de mujeres con cáncer de ovario demostrable quirúrgicamente. Sin embargo, no fue diseñado para el diagnóstico precoz. Los primitivos radioinmunoensayos, incluido el original, podían dar resultados discordantes e incluso discrepantes entre ellos. En el momento actual se dispone de una segunda generación que se fundamenta en el uso de dos tipos diferentes de anticuerpos, con los que se han mejorado la sensibilidad y la especificidad del ensayo. Estos estudios se han calibrado de tal forma que producen valores similares a los de la primera generación7.
Cada sujeto tiene unas características específicas que pueden predecir diferencias respecto a los valores de CA 125 considerados normales. Por ello, la mejoría de los conocimientos relativos a los factores que influyen en las concentraciones séricas de CA 125 ha conducido a que diversos autores8,9 se cuestionen la validez de un único valor límite y a proponer el uso de otros en función de la edad, el estado hormonal o situaciones clínicas específicas de las mujeres a las que se les determine la concentración de este marcador.
Este estudio tiene como objetivos valorar la concentración del marcador tumoral sérico CA 125 en función de: a) la edad; b) la presencia o ausencia de menopausia; c) el índice de masa corporal (IMC); d) el hábito tabáquico; e) el número de hijos; f) la variabilidad del CA 125 durante las distintas fases del ciclo menstrual, y g) la variabilidad biológica intraindividual (CVw), interindividual (CVb) y total (CVT), el índice de individualidad y la diferencia crítica de este marcador tumoral.
MATERIAL Y METÓDO
Sujetos
Se incluyó a 65 mujeres que se distribuyeron en dos grupos (no menopáusicas y menopáusicas). El primer grupo estaba constituido por 30 mujeres que presentaban las siguientes características: edad (media ± desviación estándar [DE], 37,62 ± 8,83 años), ciclos menstruales regulares, dieta mediterránea, 20 tenían uno o más hijos, ninguna tomaba anticonceptivos orales ni otras medicaciones de interés, 7 eran fumadoras, el IMC fue de 22,16 ± 3,02 kg/m2 y todas eran de raza caucásica. El segundo grupo estuvo cons tituido por 35 mujeres y presentó las siguientes características: edad (53,82 ± 4,77 años), eran menopáusicas (valores de hormona foliculostimulante [FSH] superiores a 50 mU/ml), ninguna estaba en tratamiento hormonal sustitutorio ni otras medicaciones de interés, seguían una dieta mediterránea, 26 tenían uno o más hijos, 8 eran fumadoras, el IMC fue de 24,44 ± 3,09 kg/m2 y eran de raza caucásica.
Con el objeto de excluir la presencia de una situación patológica, a todas las mujeres se les había realizado recientemente un examen médico y ginecológico. Finalmente, se realizaron las determinaciones de FSH y CA 125.
Obtención de muestras
Se obtuvo una muestra de sangre mediante venopunción a las 8.00 h de la mañana en ayunas y en fase lútea (día 22) del ciclo menstrual de cada una de las 30 mujeres del primer grupo con ciclos menstruales regulares. Además, a 21 de estas 30 mujeres, se les extrajo muestras de sangre los días 5 (fase folicular temprana) y 14 (fase lútea temprana) del mismo ciclo menstrual.
También se obtuvo una muestra de sangre de las 35 mujeres pertenecientes al grupo de menopausia, en las mismas condiciones que en el grupo anterior.
Posteriormente, las muestras se dejaron durante un período de 30 min a temperatura ambiente para permitir la formación del coágulo y a continuación se centrifugaron a 3.000 r.p.m. durante 15 min. Tras la separación de los sueros obtenidos, se alicuotaron y se congelaron a 80 °C hasta el momento de su análisis.
Metodología analítica
La determinación de CA 125 se realizó en el anali zador ADVIA Centauro® (Bayer) mediante un inmuno ensayo intercalado con tecnología quimioluminométrica directa, que usa dos anticuerpos monoclonales de ratón específicos del CA 125. El primer anticuerpo está dirigido contra el dominio antigénico M11, y está marcado con éster de acridinio. El segundo anticuerpo está dirigido contra el dominio antigénico OC 125, y está marcado con fluoresceína. El inmunoclomplejo formado con el CA 125 es capturado por el anticuerpo monoclonal de ratón antifluoresceína unido a partículas paramagnéticas de la fase sólida. El ensayo mide concentraciones de CA 125 hasta 600 U/ml con una concentración mínima detectable de 2 U/ml.
La determinación de FSH se realizó en el mismo analizador mediante un inmunoensayo intercalado con tecnología quimioluminométrica directa, que usa cantidades constantes de dos anticuerpos con especificidad para la molécula de FSH intacta. El primer anticuerpo, presente en el reactivo lumínico, es policlonal de oveja anti-FSH marcado con éster de acridinio. El segundo anticuerpo es monoclonal de ratón anti-FSH unido de forma covalente a partículas paramagnéticas. El ensayo mide concentraciones de FSH hasta 200 mU/ml con una concentración mínima detectable de 0,3 mU/ml.
En cada serie analítica se incluyeron tres materiales de control de calidad interno con diferentes concentraciones, y para aceptar o rechazar la serie se utilizó una multirregla de control de Westgard10. Los resultados del control de calidad se utilizaron para estimar la imprecisión analítica interserie (CVa%) de estas magnitudes, que en ambos casos fue de un 6%. Todas las determinaciones se realizaron en la misma serie analítica.
Análisis estadísticos
Tras la comprobación de la normalidad mediante la prueba de Kolmogorov-Smirnov (K-S), para la comparación de medias se utilizó la prueba estadística de la t de Student para datos independientes. Los resultados se expresan como media ± DE. Se calculó el percentil 95 (p95)11,12 para calcular el valor límite del CA 125 en ambos grupos de mujeres. Los cambios de las concentraciones de CA 125 durante los ciclos hormonales fueron evaluados mediante la prueba del análisis de la varianza (ANOVA). El cálculo del CVT se realizó mediante la fórmula CVT = (CVw2 + CVb2)1/2 utilizando las tres determinaciones realizadas durante el ciclo menstrual. El índice de individualidad se calculó mediante el cociente: CVw2/ CVb2 que valora la utilidad de los límites de referencia poblacionales para una magnitud, que se consideran realmente útiles si el índice de individualidad es > 1,4 e inaceptables si se sitúa por debajo de 0,6. La diferencia crítica para que un cambio de los valores de CA 125 entre dos determinaciones consecutivas se pueda considerar biológicamente significativo se calculó mediante la fórmula 2,77 (CVa2 + CVw2)1/2. Las correlaciones entre el CA 125 y la edad, el IMC, el hábito tabáquico y el número de hijos se analizaron mediante la prueba de Pearson. Se consideró una diferencia estadísticamente significativa cuando p < 0,05.
RESULTADOS
Edad
La distribución de los valores de CA 125 en la población estudiada es gausiana. El efecto de la edad sobre las concentraciones de CA 125 queda reflejado en la figura 1. Puede observarse una relación estadísticamente significativa (p < 0,001) entre estas dos variables, con un coeficiente de correlación de Pearson (r) de 0,5856.
Fig. 1. Efecto de la edad sobre los valores de CA 125 en mujeres aparentemente sanas.
Mujeres con y sin menopausia
En el grupo de mujeres sin menopausia que presentaban ciclos regulares la concentración (media ± DE) de CA 125 fue de 16,18 ± 6,75 U/ml, el intervalo de concentraciones fue de 6,00-31,40 U/ml. Los valores de FSH fueron de 3,49 ± 2,96 mU/ml y el rango de concentraciones fue de 0,26-14,60 mU/ml. La concentración de CA 125 en mujeres con menopausia fue de 10,26 ± 3,72 U/ml y el intervalo de concentraciones fue de 5,00-19,90 U/ml. Los valores de FSH fueron de 86,04 ± 19,66 mU/ml y el intervalo de concentraciones, de 51,20-139,02 mU/ml. La diferencia fue estadísticamente significativa (p < 0,001) (fig. 2). El p95 para el grupo de mujeres sin menopausia fue de 30,52 U/ml y de 18,30 U/ml para el grupo de mujeres con menopausia.
Fig. 2. Efecto de la menopausia sobre las concentraciones de CA 125 en mujeres aparentemente sanas.
Índice de masa corporal
No se detectó correlación entre las concentraciones de CA 125 (U/ml) y el IMC (r = 0,175; p = 0,273).
Hábito tabáquico
En el grupo de mujeres sin menopausia, el 73% no fumaba y presentó una concentración media de CA 125 de 16,60 U/ml, mientras que las fumadoras, un 27%, presentaron una concentración media de 17,38 U/ml. En el grupo de mujeres con menopausia, el 71% no era fumadora y presentó una concentración media de CA 125 de 9,20 U/ml, mientras que las fumadoras, un 29%, presentaron una concentración media de 9,40 U/ml. La diferencia entre los resultados de ambos grupos no fue estadísticamente significativa (p > 0,05).
Número de hijos
En el grupo de mujeres sin menopausia, el 67% había tenido uno o más hijos, mientras que el resto de las mujeres eran nulíparas. Las concentraciones medias de CA 125 en las primeras fueron de 16,11 U/ml, mientras que en el segundo grupo fueron de 17,83 U/ ml. En el grupo de mujeres con menopausia el 71% había tenido uno o más hijos, mientras que el resto de las mujeres eran nulíparas. Las concentraciones medias de CA 125 en las primeras fue de 9,63 U/ml, mientras que en el segundo fueron de 8,26 U/ml.
La diferencia entre los resultados de ambos grupos no fue estadísticamente significativa (p > 0,05).
Variabilidad del CA 125 durante las distintas fases del ciclo menstrual
En el grupo de mujeres con ciclos menstruales regulares, las concentraciones de CA 125 se determinaron tres veces en un mismo ciclo. Hubo una diferencia de 2,66 U/ml entre las medias de las concentraciones de CA 125 medidas en la fase folicular temprana (día 5 desde el inicio de la menstruación), 20,79 U/ml, y la fase lútea (día 22 desde la menstruación), 18,13 U/ml. Esta diferencia no resultó ser estadísticamente significativa (p > 0,05).
No obstante, se pudo constatar que una de las mujeres (n = 17) presentó el día 5 una concentración de CA 125 superior al valor límite considerado clásico de 35 U/ml (48,90 U/ml), el día 14 una concentración de 36,20 U/ml y el día 22 una concentración de 29 U/ml. Mientras que otra mujer (n = 8), a pesar de no superar en las tres determinaciones del ciclo el valor de 35 U/ml, presentó un descenso muy evidente de las concentraciones de CA 125 los días 14 (12,70 U/ml) y 22 (14,10 U/ml) respecto al día 5 (32,20 U/ml). El resto de variaciones de los valores de CA 125 durante el ciclo menstrual puede verse en la figura 3.
Fig. 3. Concentraciones séricas de CA 125 durante el ciclo menstrual de 21 mujeres aparentemente sanas.
Variabilidad biológica, índice de individualidad y diferencia crítica del CA 125
Los porcentajes de CVT, CVw e CVb, así como el índice de individualidad y la diferencia crítica entre dos determinaciones consecutivas se describen en la tabla I.
DISCUSIÓN
Edad
Nuestros resultados demuestran de una forma clara la dependencia de las concentraciones de CA 125 respecto a la edad de las mujeres. Esta dependencia está lógicamente ligada a la presencia o ausencia de la actividad ovárica, como ponemos de manifiesto en el siguiente apartado. En un estudio13 se ha propuesto que el valor límite de CA 125 debería ser mucho menor que el convencional de 35 U/ml, situándose entre 15 y 20 U/ml dependiendo de la edad de la mujer. Zurawski et al14 también encontraron que un 93% de la población mayor de 60 años estudiada presentaba concentraciones de CA 125 menores de 20 U/ml. Bonfrer et al12 determinaron que en mujeres menores de 45 años el p95 es de 31 U/ml, mientras que en mujeres mayores de 55 el p95 es de 21 U/ml. Davelaar et al15 observaron, en un estudio de evaluación analítica y clínica de cuatro ensayos disponibles comercialmente, que la edad es un factor importante para calcular los valores límite de mujeres sanas.
El efecto de la edad sobre los valores de CA 125 constituye un fuerte argumento para no aplicar un único rango de referencia a toda la población. Un ajuste cuidadoso de los valores límite en función de la edad puede permitir una mejoría para la identificación de subgrupos con un riesgo incrementado de presentar un carcinoma epitelial de ovario.
Mujeres con y sin menopausia
Nuestros resultados indican que las mujeres sin menopausia presentan mayores concentraciones séricas de CA 125 que las mujeres con menopausia, lo que posiblemente refleja la mayor actividad ovárica de las primeras. Estos resultados podrían utilizarse para establecer dos valores límite: 31 U/ml en mujeres sin menopausia y 18 U/ml en mujeres con menopausia, teniendo en cuenta la metodología analítica utilizada, la población estudiada y considerando el p95. Otros autores ya han propuesto disminuir el valor límite del CA 125 en función de esta situación; así, Skates et al13, proponen disminuir el valor límite a valores de 15-20 U/ml dependiendo de la edad de la mujer; Suriyama et al16 proponen utilizar un valor límite de 16 U/ml. En la misma línea, Alagoz et al17, proponen un valor límite de 20 U/ml como límite de normalidad para realizar el seguimiento tras el tratamiento quirúrgico de mujeres con adenocarcinoma de ovario. Vuento et al18 también proponen en mujeres con menopausia asintomáticas un valor límite de 15-20 U/ml, que representan el p95 y p97,5, respectivamente, para el cribado, incluso sin necesitar la ultraso nografía. Bon et al19,20 también encuentran diferencias entre ambos grupos utilizando el p95, que es de 47 U/ml en mujeres sin menopausia y de 26 U/ml en mujeres con menopausia. Van Ingen et al11, utilizando el p95, encuentran asimismo diferencias entre el grupo de mujeres sin y con menopausia, 38 frente a 31 U/ml, respectivamente. Im et al21 citan que el American College of Obstetricians and Gynecologists (ACOG) y la Society of Gynecologic Oncologists (SGO), en una guía de práctica clínica22 realizada por ambas sociedades, establecen que para realizar el diagnóstico diferencial de masas pélvicas, entre otros parámetros, clasifica a las mujeres en no menopáusicas y menopáusicas y el valor de CA 125. El propio trabajo de Im et al propone una modificación de los valores de CA 125 en ambos grupos de mujeres, superiores a 50 U/ml respecto a 200 U/ml y mantiene el valor de 35 U/ml para las mujeres con menopausia. En definitiva, nuestros resultados indican que las mujeres con menopausia presentan concentraciones de CA 125 mucho más bajas que las mujeres sin menopausia y, por lo tanto, en un contexto de cribado, el valor límite podría disminuir con el objeto de incrementar la sensibilidad de la prueba sin una pérdida inaceptable de especificidad.
Índice de masa corporal
En nuestro trabajo no hemos encontrado una relación entre las concentraciones de CA 125 y el IMC. Sin embargo, el sobrepeso y la obesidad son un factor de riesgo conocido para desarrollar un cáncer de ovario23. Vuento et al18 no encuentran una relación en mujeres con menopausia. Sin embargo, Erbagci et al24 sí observaron relaciones entre los valores de CA 125 en las fases folicular y lútea con respecto al IMC, que podría deberse al efecto del tejido adiposo sobre el metabolismo del CA 125.
Hábito tabáquico
Al igual que otros autores9,25 que han informado de la ausencia de relación entre el hábito tabáquico y las concentraciones de CA 125, en nuestro trabajo tampoco hemos encontrado tal asociación, aunque sí con otros marcadores, como el antígeno carcinoembrionario.
Número de hijos
Aunque parece claro que durante el primer trimestre de embarazo las concentraciones de CA 125 pueden encontrarse más elevadas8, existe más controversia en cuanto al efecto de la paridad sobre los valores de CA 125. En nuestro estudio no hemos encontrado una relación entre estas dos variables. Tampoco Pauler et al9 encuentran una relación; no obstante, Haga et al26 sí hallaron un efecto de la paridad sobre los valores de CA 125. Por tanto, futuros trabajos tendrán que acabar de descifrar esta cuestión.
Variabilidad del CA 125 durante las distintas fases del ciclo menstrual
No encontramos variaciones de las concentraciones de CA 125 durante el ciclo menstrual. No obstante, existe la probabilidad de encontrar valores de CA 125 superiores al valor límite de 35 U/ml durante la fase folicular del ciclo regular como hemos podido comprobar en una mujer. En nuestra serie representa un 4,8% respecto al valor límite clásico de 35 U/ml.
En el estudio de Bon et al19, realizado en 20 mujeres, se obtiene un porcentaje de un 2,4% de mujeres con valores superiores a 35 U/ml en fase folicular. En un trabajo de Mastropaolo et al27 se presentó una mujer sana que durante la menstruación presentó un CA 125 de 300 kU/l. Se han planteado varios mecanismos para explicar estos aumentos de CA 125 durante la menstruación19,28. Los trabajos más antiguos27 sugerían que podía deberse al más fácil acceso del CA 125 desde el epitelio endometrial a la circulación durante la menstruación. Otra posible explicación sería la menstruación retrógrada29 y, finalmente, otro posible mecanismo30 habla de endometriosis externa.
Ya que la determinación de CA 125 puede solicitarse en estudios de infertilidad, cribado de endometriosis31 y que para la mayoría de determinaciones hormonales femeninas se recomienda la extracción en fase folicular, este hecho debería considerarse como una posible variable preanalítica a tener en cuenta.
Variabilidad biológica, índice de individualidad y diferencia crítica de CA 125
En nuestro estudio la variabilidad biológica intra e interindividual del CA 125 en mujeres sin menopausia es de un 14,23 y un 43,57%, respectivamente, mientras que, como cabía esperar, la variabilidad biológica interindividual en el grupo de mujeres con menopausia fue menor (36,25%). Comparando los datos actuales con los de otras publicaciones, podemos observar que nuestros resultados concuerdan en un mayor grado con la variabilidad biológica interindividual hallada por otros autores. Así, Browning et al32 obtienen una CVw del 36,0% y una CVb del 59,3% en mujeres menores de 40 años. Tuxen et al33 obtienen un CVw del 44,7% y un CVb del 49,8% también en mujeres sin menopausia. En el mismo trabajo, considerando a todas las mujeres, encuentran un CVw del 35,5% y un CVb del 70,6% en mujeres sanas, mientras que en mujeres con cáncer de ovario clínicamente estable34 encuentran un CVw del 24,0% y un CVb del 43,1%. En el grupo de mujeres con menopausia, los trabajos de Browning et al32 y Tuxen et al33 obtienen una CVb del 46,5 y el 84,4%, respectivamente.
En cuanto al índice de individualidad, en nuestro estudio para el CA 125, es de 0,11. Se recomienda, por tanto, la estratificación de los valores límite poblacionales por grupos o subgrupos de población más homogéneos, como por ejemplo la edad. Para Tuxen et al33 el índice de individualidad fue de 0,5 en un estudio realizado en un grupo de 31 mujeres sanas, mientras que en otro estudio, también de Tuxen et al34, realizado en 26 mujeres con cáncer de ovario clínicamente estable, fue de 0,62. Browning et al32 y Tuxen et al33 obtienen un índice de individualidad en mujeres sin y con menopausia de 0,6 y 0,9, respectivamente.
Teniendo en cuenta los datos disponibles en la bibliografía y los obtenidos en este trabajo, el índice de individualidad es siempre inferior a 1, con lo que se demuestra que la elevada interindividualidad de este marcador hace que los valores de referencia poblacionales no sean útiles para el diagnóstico y reafirman su utilidad para el seguimiento del proceso neoplásico. Pero también en un contexto de cribado significaría que determinaciones seriadas, en lo que están de acuerdo otros autores13, permitiría que el CA 125 tuviese un mayor rendimiento diagnóstico para detectar la enfermedad en una fase preclínica.
La diferencia crítica del CA 125 determinada en nuestro estudio es del 42,73%. El cálculo de la diferencia crítica es de gran utilidad en magnitudes como el CA 125, que presentan un bajo índice de individualidad y además porque en la mayoría de las circunstancias el CA 125 se utiliza para realizar el control de la enfermedad o el control de la terapia. Para Tuxen et al33 la diferencia crítica fue del 84,6% en el estudio realizado en mujeres sanas, mientras que en el otro estudio de Tuxen et al34, realizado en mujeres con cáncer de ovario clínicamente estable fue del 62,6%. Para Browning et al32 y para Tuxen et al33 la diferencia crítica es todavía mayor, del 101,0 y el 105,5% en mujeres sin menopausia, mientras que en mujeres con menopausia es mucho menor, del 40,0 y el 50,3%, respectivamente, reflejo de la menor CVb de CA 125 de este último grupo de mujeres.
En conclusión, la adaptación de los valores límite en función de las diferentes situaciones fisiológicas descritas y de otras puede permitir una mejor interpretación e identificación de subgrupos con un riesgo de presentar cáncer de ovario. Por otra parte, la variabilidad biológica del CA 125 crea dificultades en la evaluación de datos seriados y fundamentalmente limita la utilidad de los valores límite, disminuyendo de esta forma la sensibilidad y la especificidad diagnóstica.
RESUMEN
Los conocimientos relativos a los factores que influyen en las concentraciones de CA 125 ha conducido a cuestionarse la validez de un único valor límite. Los objetivos del trabajo fueron valorar los valores de CA 125 en función de la edad, presencia o ausencia de menopausia, índice de masa corporal (IMC), hábito tabáquico, paridad, variabilidad durante el ciclo menstrual, variabilidad biológica, índice de individualidad y diferencia crítica. Se incluyó a 65 mujeres sanas distribuidas en 2 grupos: sin y con menopausia. Los principales resultados demuestran que existe una clara relación entre las concentraciones de CA 125 y la edad, que en mujeres sin menopausia la concentración de CA 125 fue superior respecto a las mujeres con menopausia, con p95 de 30,52 y 18,30 U/ml, respectivamente. No encontramos variaciones durante el ciclo menstrual, aunque existe la probabilidad de encontrar valores superiores al valor límite convencional durante la fase folicular. La variabilidad biológica intra e interindividual en mujeres sin menopausia fue del 14,23 y el 43,57%, respectivamente, mientras que la variabilidad biológica interindividual en mujeres con menopausia fue del 36,25%. La diferencia crítica fue del 42,73% y el índice de individualidad de 0,11. No encontramos diferencias en función de la paridad ni del hábito tabáquico. Tampoco encontramos una relación respecto al IMC.
En conclusión, el conocimiento de factores que influyen en las concentraciones séricas de CA 125, así como la adaptación de valor límite en función de diferentes situaciones fisiológicas y clínicas puede permitir una mejor interpretación e identificación de subgrupos con un riesgo de presentar cáncer de ovario.