Se trata de una mujer, de 71 años de edad, tratada de una litiasis renal derecha múltiple mediante litotricia extracorpórea, con la colocación posterior de un catéter doble J pielovesical postratamiento (fig. 1).
Figura 1. Catéter doble J pielovesical en el postoperatorio de litotricia extracorpórea por litiasis renal derecha. Nótese que el extremo distal del catéter doble J se ha retirado de la vejiga, estando probablemente localizado en el uréter distal derecho.
Trascurridos 15 días de la litotricia, sin incidencias reseñables, se intenta la extracción del catéter doble J con técnica endoscópica, extracción que resulta técnicamente imposible. Ante esta situación, se plantea su extracción percutánea.
TécnicaPrevia sedación por parte del servicio de anestesia, se efectúa, en primer lugar, una nefrostomía percutánea, según la técnica estándar en nuestro hospital (set de punción de COPE) (fig. 2). Se procede a recambiar la guía fina de nefrostomía por un catéter guía de 7F precurvado (fig. 3). A través del catéter guía precurvado, se avanza un catéter lazo, tipo Goose-neck, de 10 mm de diámetro en su circunferencia, y, tras varios intentos, se consigue atrapar el extremo distal del catéter doble J (fig. 4). Una vez firmemente sujeto el catéter doble J con el lazo, sólo queda traccionar de forma suave, pero firme, el lazo y el catéter guía de una forma solidaria (fig. 5). Con esta tracción, se consigue extraer el conjunto por la incisión cutánea efectuada previamente (fig. 6). Tras concluir esta maniobra, se deja una nefrostomía percutánea de seguridad, que se extrae transcurridas 24 h sin incidencias reseñables.
Figura 2. Guía fina de nefrostomía (0,018) colocada en el riñón derecho a través de infundíbulo de cálices de grupo inferior renal.
Figura 3. Catéter guía de 7 F precurvado, con el extremo distal radioopaco, apuntando en dirección al extremo más distal del catéter doble J.
Figura 4. El catéter lazo ha conseguido atrapar el extremo del doble J a unos 3 cm de su punta y, mediante tracción del catéter lazo y empuje simultáneo de la vaina precurvada, se ha logrado mantener el conjunto solidario.
Figura 5. Se comienza la tracción del conjunto catéter lazo-vaina precurvada hacia la superficie cutánea del paciente.
Figura 6. Se consigue extraer el catéter a través de la piel del paciente, quedando sólo una pequeña parte del doble J intraureteral. Sólo queda avanzar una guía metálica a través del doble J, extraerlo en su totalidad y dejar una nefrostomía de descarga temporal, a través de la guía.
DiscusiónHay 2 grandes grupos de enfermedades en los que está indicada la colocación de catéteres doble J pielovesicales.
A la vista del presente caso clínico, queríamos apuntar la posibilidad de extraer catéteres doble J pielovesicales por vía percutánea cuando, por distintos motivos, no es factible su extracción por vía cistoscópica.
*Autor para correspondencia. Correo electrónico: agustin.azpiazualonso-urq@osakidetza.net (A. Azpiazu).