La hemodiálisis se puede considerar una terapia sustitutiva renal que garantiza resultados razonables a corto plazo. Sin embargo, los resultados clínicos a largo plazo podrían ser mejorados. La desnutrición es común, la hiperfosforemia, la hipertensión y el control de la insuficiencia cardíaca son pobres, la rehabilitación y la calidad de vida son subóptimas y las tasas de hospitalización y mortalidad son altas. La causa más común de mortalidad de los pacientes en hemodiálisis de forma crónica es la enfermedad cardiovascular, aproximadamente en el 50 % de los pacientes. Depner1 definió esta situación como el síndrome residual, que incluye mayor susceptibilidad a infecciones, disminución del consumo de oxígeno durante el ejercicio, trastornos del sueño o de la capacidad de concentración, depresión, menor capacidad de resistencia y un riesgo aumentado de presentar complicaciones cardiovasculares. El síndrome residual ha sido atribuido a una incompleta depuración de solutos potencialmente dializables y al acúmulo de solutos de gran peso molecular que son difíciles de eliminar por diálisis convencional. Muchas de las complicaciones de los pacientes en hemodiálisis pueden relacionarse con la acumulación de sustancias urémicas de mayor tamaño. La hemodiafiltración con elevado líquido de reposición proporciona una manera óptima de eliminar sustancias urémicas con un amplio intervalo de peso molecular, desde pequeños solutos a proteínas de bajo peso molecular2,3.
Indicaciones de hemodiafiltraciónLa hemodiafiltración se puede indicar a todos los pacientes en hemodiálisis. Las técnicas de hemodiafiltración con grandes volúmenes de convección constituyen un nuevo avance hacia un tratamiento renal sustitutivo lo más parecido al riñón nativo. Estas técnicas ofrecen una depuración mayor de sustancias urémicas de tamaños moleculares en un intervalo más amplio, requieren el uso de membranas biocompatibles y de líquido de diálisis ultrapuro, lo que se ha relacionado con ventajas clínicas adicionales. Recientes estudios observacionales de gran tamaño ajustados para factores de confusión demográficos y de comorbilidad han demostrado una asociación con un riesgo más bajo de mortalidad para hemodiafiltración con más de 15 l de líquido de reposición4,5. Asimismo, una serie de estudios han reseñado el potencial papel de los solutos de mayor tamaño o proteínas de bajo peso molecular en complicaciones relacionadas con la diálisis y las ventajas clínicas potenciales ofrecidas por terapias de alta convección. La hemodiafiltración se ha considerado eficaz en determinadas indicaciones específicas como hiperfosforemia, desnutrición, insomnio, irritabilidad, síndrome de piernas inquietas, polineuropatía, anemia, prurito y dolor articular, y puede prevenir la amiloidosis asociada a diálisis.
– Hiperfosforemia. La hemodiafiltración mejora la eliminación de fósforo y se podría considerar una opción para el tratamiento de la hiperfosforemia6. Lornoy et al7 describieron que el tratamiento con hemodiafiltración en línea postdilutional resultaba en una mayor depuración del fósforo que la hemodiálisis convencional.
– Desnutrición. La anorexia en pacientes urémicos se ha relacionado con la acumulación de sustancias urémicas. En ratas urémicas, Anderstam et al8 aislaron e identificaron toxinas de 1.000-5.000 Da en el plasma urémico que suprimían el apetito de forma dependiente de la dosis. La administración de leptina, 16.000 Da, en monos disminuía la ingesta de comida e incrementaba el gasto de energía, por lo que al acumularse en los pacientes en diálisis podría tener un efecto supresor del apetito9.
– Anemia. La hemodiafiltración en línea puede mejorar la respuesta a la eritropoyetina como resultado de la depuración de moléculas medias y de gran tamaño que pueden inhibir la eritropoyesis. Bonforte et al 10 demostraron una mejoría en la anemia de 32 pacientes con altos volúmenes de convección. Osawa et al11 pudieron disminuir las dosis de eritropoyetina en pacientes con push/pull hemodiafiltración. Maduell et al12 comprobaron una corrección de la anemia en 37 pacientes con dosis más bajas de eritropoyetina cuando se cambió de hemodiafiltración convencional (4 l) a hemodiafiltración en línea (24 l). Ward et al13 y Wizemann et al14 no pudieron confirmar estas observaciones en 24 y 23 pacientes, respectivamente, tratados con hemodiafiltración en línea comparados con 21 pacientes tratados con hemodiálisis de alto flujo y 21 pacientes tratados con hemodiálisis de bajo flujo.
– Complicaciones infecciosas. Los pacientes urémicos tienen un riesgo significativo de complicaciones infecciosas. De hecho, estas complicaciones son la primera causa de hospitalización y la segunda causa de muerte en pacientes con hemodiálisis. Varias proteínas inhibidoras de los granulocitos presentes en los pacientes urémicos pueden contribuir a la alta incidencia de complicaciones infecciosas. Las proteínas inhibidoras de desgranulación I (DIP I) y las proteínas inhibidoras de los granulocitos (GIP II) inhiben in vitro la captación de glucosa y la quimiotaxis de leucocitos polimorfonucleares. El factor D del complemento disminuye el aclaramiento de inmunocomplejos e inhibe la desgranulación de los granulocitos. Todas estas toxinas urémicas se eliminan mejor con hemodiafiltración con alto volumen convectivo13,15.
–Dolor articular. Maeda et al16 observaron un aumento significativo en la amplitud del movimiento del brazo y la mejoría del dolor de la articulación del hombro en 30 pacientes después de cambiar el tratamiento sustitutivo renal de hemodiálisis a push/pull hemodiafiltración (30 l de volumen convectivo). Las observaciones clínicas de Kim et al17 apoyan la hipótesis de que las sustancias relacionadas con el dolor articular pueden tener un tamaño molecular mayor que la beta-2-microglobulina. Estos autores investigaron la relación entre la mejoría del dolor articular y el patrón de depuración de proteínas de menor peso molecular, y observaron índices más altos de depuración de alfa-1-microglobulina y alfa-1-glucoproteína ácida con hemodiafiltración en línea que con hemodiálisis de alto flujo. Sato et al18 también observaron una disminución del dolor articular y mejoras significativas en la amplitud de los movimientos de aducción y abducción de las extremidades superiores cuando cambiaron hemodiálisis a hemodiafiltración en línea en 6 pacientes.
–Amiloidosis relacionada con la diálisis. En los pacientes tratados con diálisis durante más de 5 años aparece progresivamente una amiloidois, fundamentalmente osteoarticular, por depósito de fibrillas de beta-2-microglobulina. Basados en datos del registro japonés de pacientes en diálisis, Nakai et al19 investigaron en 1.196 pacientes qué modalidad de tratamiento sustitutivo renal era más eficaz para el tratamiento de la amiloidosis relacionada con la diálisis. Tomando como valor de referencia la hemodiálisis de bajo flujo, el riesgo de síndrome del túnel carpiano se reducía un 51% para los pacientes que utilizaban hemodiálisis de alto flujo, mientras que en el caso de hemodiafiltración en línea fue de un 99 %.
– Tolerancia hemodinámica. Los tratamientos convectivos se caracterizan por proporcionar una mayor estabilidad cardiovascular, ya que reducen la hipotensión intradiálisis incluso en pacientes de alto riesgo cardiovascular20. Donauer et al21 describieron una disminución de los efectos secundarios derivados de la hipotensión durante el tratamiento con hemodiaf iltración en línea y hemodiálisis con baja temperatura. En algunos pacientes con hipotensión grave hemos observado (datos no publicados) una mejoría en la presión arterial antes de la diálisis con tratamientos altamente convectivos.
– Complicaciones neurológicas. El insomnio, la irritabilidad, el síndrome de piernas inquietas, la polineuropatía o el prurito pueden deberse a la acumulación de moléculas de mediano o gran tamaño. La hemodiafiltración con alto volumen de sustitución mejora estos síntomas debido a una mejor depuración22,23.
Los principales factores limitantes para el flujo de infusión (Qi) son el flujo de sangre (Qb) y la presión transmembrana, que se elevan en proporción con el Qi. Aunque algunos monitores tienen el Qi estipulado como un tercio del valor del Qb, el máximo de Qi recomendado es el 25 % del valor de Qb en modo postdilutional. Aunque la hemodiafiltración en línea puede realizarse con cualquier Qb, una prescripción de Qb de 360-500 ml/min permite un Qi de 80-125 ml/min. En un esquema habitual de diálisis de 3 veces por semana, el flujo recomendado para el líquido de diálisis es de 700-800 ml/min, aunque son posibles flujos más bajos.
Flujo de infusiónLa hemodiafiltración posdilucional es el modo de infusión más eficiente para obtener los máximos aclaramientos de pequeños solutos o sustancias de mayor peso molecular, aún cuando este modo puede causar un mayor número de complicaciones técnicas (hemoconcentración y elevada presión transmembrana). El modo predilucional, aunque solventa parcialmente los problemas técnicos, reduce la transferencia de solutos como consecuencia de la hemodilución14,24. La hemodiafiltración mixta (predilucional y posdilucional simultáneamente) podría ser una técnica altamente eficaz para depurar toxinas urémicas, al mismo tiempo que elude las desventajas de los modos tradicionales de infusión25. Una alternativa reciente es un dializador diseñado para realizar mid-dilution, donde la sangre entra por la periferia de las fibras capilares y regresa por el haz central, o viceversa, con infusión del líquido de reposición en el haz central26,27.
Acceso vascularLa fístula nativa es la mejor opción de acceso vascular para todas las modalidades de hemodiálisis, así como para la hemodiafiltración. Sin embargo, el uso de fístula nativa o de injertos ha disminuido durante la pasada década, debido a una mayor edad del paciente en diálisis y al predominio creciente de la enfermedad cardiovascular y la diabetes. Por esta razón, el uso de catéteres tunelizados permanentes ha aumentado en los últimos años (el 20-25 % en nuestra unidad de diálisis) y por ello se ha considerado la posibilidad de realizar hemodiafiltración con catéteres permanentes. En 1998 Canaud et al28 publicaron su experiencia con 7 pacientes que recibieron hemodiafiltración en línea con catéteres permanentes de doble luz. En nuestra experiencia, hemos tratado a 8 pacientes (3 varones y 5 mujeres, mayores de 65 años) con hemodiafiltración en línea a través de catéteres tunelizados permanentes de nueva generación. Los parámetros de la diálisis fueron: dializador de helixona de 1,8 m2 de área de superficie, flujo de sangre de 372 (intervalo, 300-450) ml/min, flujo del líquido de diálisis de 800 ml/min, tiempo de diálisis de 289 min y líquido de diálisis con bicarbonato. El volumen medio de reinfusión fue de 20,1 ± 4 (intervalo, 18-25) l.
FrecuenciaLa experiencia con hemodiálisis diaria ha mostrado resultados clínicos excelentes, ya que una frecuencia más alta de diálisis es más fisiológica y disminuye las fluctuaciones en líquidos, solutos y electrolitos en comparación con el esquema clásico de 3 días a la semana. Se ha registrado una mayor sensación de confort durante y entre las diálisis, así como una mejora en los parámetros clínicos y bioquímicos, corrección de la anemia, control de la hipertensión, estado nutricional y calidad de la vida. En un estudio previo combinamos un esquema de diálisis más fisiológico y eficaz (diálisis diaria) con la hemodiafiltración en línea. Pacientes que realizaban hemodiafiltración en línea estándar 3 veces a la semana de 4 a 5 h cambiaron a un esquema de hemodiafiltración en línea de 2 a 2,5 h, 6 veces a la semana. Las principales ventajas observadas fueron: excelente tolerancia clínica del paciente, desaparición de la fatiga tras la diálisis, mejora de los trastornos del sueño, reducción de los quelantes del fósforo, mejora del estado nutricional (aumento del peso corporal de más de 3 kg después del primer año), mejor control de la presión arterial sin medicación antihipertensiva y regresión parcial de la hipertrofia ventricular izquierda29. En un ensayo experimental en niños, también con hemodiafiltración en línea diaria30, pasaron de hemodiafiltración en línea estándar (4 h, 3 veces/semana) a hemodiafiltración en línea diaria (3 h, 6 veces/semana). Esta estrategia condujo a una reducción en la presión arterial y una mejora en el tamaño y la función ventricular izquierda, normalización de la fosforemia prediálisis y mejora en el bienestar y la aceptación general del tratamiento de diálisis.
Los autores no declaran conflictos de intereses.
Correspondencia: Dr. F. Maduell. Servicio de Nefrología. Hospital Clínic. Villarroel, 170. 08006 Barcelona. España. Correo electrónico: fmaduell@clinic.ub.es
Recibido el 3-12-2007; aceptado para su publicación el 3-12-2007.