Con ocasión de la Declaración de Cracovia1, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, a través del Área de conocimiento del tiroides (TiroSEEN), recordó las necesidades para el consumo de yodo de la población2. Entre otros objetivos, en este documento se recomienda el uso rutinario de sal yodada para garantizar que la mayor parte de la población consuma la cantidad adecuada de yodo y llevar a cabo un sistema de vigilancia epidemiológica que permita comprobar que las medidas de prevención están siendo cumplidas y que son efectivas1.
Es conocido que la ingesta adecuada de yodo garantiza el correcto funcionamiento del tiroides, y es primordial durante el embarazo y la lactancia. La mayoría de alimentos carecen de yodo, por lo que es capital añadir suplementos de yodo en la dieta3,4. A diferencia de otros países donde es obligatorio por ley el uso de la sal yodada en España no lo es5. Tampoco existe una regulación sobre la fortificación con sal yodada de los alimentos procesados. Por ser la deficiencia de yodo un problema global y fácilmente prevenible, desde TiroSEEN se han dado indicaciones al respecto3. Afortunadamente, gracias a estos esfuerzos, la nutrición de yodo en España ha mejorado en los últimos años, pero aún no se ha alcanzado el objetivo3.
Con ánimo de evaluar el seguimiento de las recomendaciones europeas y de TiroSEEN, nos propusimos analizar el consumo de sal yodada entre los pacientes que acudieron a la consulta de alta resolución de nódulo tiroideo entre abril de 2016 y octubre de 2021 en nuestro hospital, a los que se les preguntó como parte de la anamnesis sobre el consumo de yodo. Por ser nuestro hospital un centro de referencia, la procedencia de los pacientes abarca gran parte del territorio nacional, si bien la mayoría de la muestra procede de las zonas limítrofes. Se entrevistaron un total de 274 pacientes. Los resultados se agruparon en 3 cohortes: consumidores habituales (CH), no consumidores (NC) y no saben si la consumen (NS). La enfermedad de base comprendía pacientes con bocio multinodular (162), nódulo tiroideo (63) y quistes o tiroiditis sin lesión estructural (49) (tabla 1).
Consumo de sal yodada en pacientes atendidos en una consulta de nódulo tiroideo
N (%) | Edad (años; media±DE) | CH | NC | NS | |
---|---|---|---|---|---|
Total | 274 | 49,4±13,7 | 107 (39,1) | 156 (56,9) | 11 (4,0) |
Mujeres | 199 (72,6) | 49,2±13,9 | 84 (42,2) | 109 (54,7) | 6 (3,0) |
Varones | 75 (27,4) | 49,9±13,2 | 23 (30,6) | 47 (62,6) | 5 (6,6) |
Regiones de origen | |||||
Navarra | 59 | 28 (47,4) | 30 (50,8) | 1 (1,7) | |
País vasco | 42 | 17 (40,5) | 23 (54,7) | 2 (4,7) | |
La Rioja | 28 | 13 (46,4) | 15 (53,6) | — | |
Madrid | 18 | 2 (11,1) | 16 (88,8) | — | |
Zaragoza | 9 | 6 (66,6) | 3 (33,3) | — | |
Burgos | 9 | 3 (33,3) | 6 (66,6) | — | |
Asturias | 7 | 1 (14,2) | 6 (85,7) | — | |
Otras | 102 | 37 (36,2) | 57 (55,8) | 8 (7,8) |
CH: consumidores habituales de sal yodada; DE: desviación estándar; NC: no consumidores habituales de sal yodada; NS: no saben si consumen sal yodada.
Se concluye que, a pesar de las recomendaciones de la SEEN y de las sociedades científicas internacionales sobre la conveniencia de consumir habitualmente sal yodada, entre los pacientes con enfermedad nodular tiroidea este porcentaje es alrededor del 40%. Esta proporción es mayor entre las mujeres, y probablemente existan importantes diferencias entre las comunidades autónomas. Sigue siendo necesario un mayor esfuerzo para que el mensaje de la conveniencia del consumo de yodo alcance a la población general.