Objetivos: Los cambios en la atención sanitaria derivados de la pandemia han afectado de forma especial a las enfermedades crónicas como la diabetes. Aunque la repercusión en las personas con diabetes tipo 1 ha sido evaluada, existen menos datos en diabetes tipo 2 (DM 2). El objetivo fue evaluar el impacto del confinamiento y de los cambios en la atención sanitaria en personas con DM 2.

Material y métodos: Estudio observacional transversal (encuesta online de 34 preguntas) dirigida a personas con diabetes y a sus cuidadores, difundida a través de redes sociales (26 abril al 3 de mayo de 2020).

Resultados: De las 868 personas que contestaron la encuesta, 99 de ellas reportaron tener DM 2 (10% tratados con medidas de estilo de vida, 42% terapia oral, 13% terapia oral + arGLP1, 35% insulina). Un 30% reportaron no salir de casa durante este periodo. Solo un 17% habían recibido información sobre diabetes y COVID-19, y a un 84% le hubiera gustado recibir esta información. Las fuentes de información relativas a COVID-19 y diabetes referidas, en orden de frecuencia, fueron: consejos del Ministerio de Sanidad (46,5%), profesionales sanitarios en televisión (44%), en redes sociales (38%), sociedades científicas (37%) y asociaciones de pacientes (22%). Las dificultades más frecuentes encontradas durante el confinamiento para el cuidado de la diabetes fueron: estrés que dificulta control glucémico (30%), deseo de recibir soporte emocional (19%), prescripciones (13%), dudas acerca del tratamiento (10%). Un 43% de los pacientes no presentaron ninguna dificultad. Casi la mitad (49,5%) no referían cambios del control glucémico durante el tratamiento, un 25% reportó control glucémico inestable, un 22% más alto de lo habitual, y un 2% más bajo. Un 23% habían aumentado la dosis de insulina y/o de otras terapias antidiabéticas. Al preguntar sobre otras actitudes, un 35% reportaron mayor estrés e ingesta, y un 60% afirmaron estar cuidando la dieta la mayor parte de los días. La mitad de ellos reportaron haber aumentado de peso durante el periodo de confinamiento evaluado, y solo un 16% reconocieron estar haciendo más actividad física. En cuanto a la comunicación con el equipo sanitario durante la crisis sanitaria, 3 de cada 10 habían tenido algún contacto (teléfono, 30%), un 99% se mostraron de acuerdo en realizar las consultas de forma telemática. Como método preferido destacaron el teléfono (87%), la videollamada (57%) y el email (44%).

Conclusiones: Durante el periodo analizado, se detectan cambios en el control glucémico, la adherencia a dieta y el nivel de actividad física en personas con DM 2. Las preferencias reportadas en lo relativo a la asistencia sanitaria pueden ayudar al desarrollo futuro de estrategias sanitarias.