Pasteurella pneumotropica (P. pneumotropica) es un bacilo gramnegativo que se encuentra presente en la flora orofaríngea y respiratoria de numerosos animales, incluyendo perros, gatos y roedores. La infección en humanos ha sido descrita de forma excepcional en la literatura, motivo por el que decidimos comunicar el siguiente caso clínico de un paciente inmunocompetente que desarrolló una infección bacteriémica por P. pneumotropica.
Caso clínicoUn varón de 67 años ingresa en el hospital por un cuadro de dos días de evolución de fiebre, escalofríos y dolor lumbar bajo de características mecánicas no irradiado a miembros inferiores. Entre sus antecedentes personales destacaba la existencia de HTA a tratamiento con candesartán, fibrilación auricular permanente anticoagulado con acenocumarol, diverticulosis de sigma y colocación de prótesis de St Jude 5 años antes por insuficiencia mitral severa. En la exploración física general no se apreciaban alteraciones significativas, ni tampoco tenía déficits neurológicos. El paciente vivía en el área rural y convivía con varios animales domésticos, aunque en el interrogatorio dirigido refería no haber recibido ninguna mordedura o arañazo previamente. Los análisis de sangre mostraban leucocitosis con desviación izquierda (15.100 leucocitos/mm3, 11.630 neutrófilos/mm3, 1.060 cayados/mm3). El examen en fresco de los hemocultivos mostró cocobacilos que se tiñeron como negativos en la tinción de Gram. Los hemocultivos se sembraron en placas de Agar sangre, Agar chocolate y Agar MacConkey, y se obtuvo crecimiento en las dos primeras placas de unas colonias grises, lisas y no hemolíticas. Las pruebas bioquímicas realizadas con el sistema API2ONE (Biomérieux) resultaron en la identificación de P. pneumotropica, confirmado en el Centro Nacional de Microbiología. Las reacciones de oxidasa, catalasa, indol y ureasa fueron positivas, produjo descarboxilación de la ornitina, acidificación de la xilosa, maltosa y sacarosa y redujo los nitratos a nitritos. El microorganismo resultó sensible a ampicilina (CIM ≤ 8), cefalosporinas (cefalotina ≤ 8, cefuroxima ≤ 4, cefotaxima ≤ 1), aminoglucósidos (gentamicina ≤ 4), quinolonas (ciprofloxacino ≤ 0,12) y trimetroprim-sulfametoxazol (≤ 2/38). Se realizó RM de columna lumbar, en la cual se observó un absceso epidural anterior a nivel L4-L5, con afectación del músculo psoas-ilíaco izquierdo, así como de los platillos inferior de L5 y superior de S1 (fig. 1). Se pautó tratamiento con ciprofloxacino durante 4 semanas, por vía intravenosa la primera semana (400mg/12 horas), y posteriormente oral (750mg/12 horas). No fue necesario el drenaje quirúrgico o percutáneo de los abscesos. La evolución clínica fue favorable con resolución completa de la sintomatología, y en una RM posterior realizada 6 semanas después se confirmó la resolución de los abscesos previamente descritos.
RM de columna vertebral ponderada en T1 con supresión grasa tras administración de contraste. Colección epidural de 3,4×2,9cm en sentidos craneocaudal y anteroposterior, colección de psoas-ilíaco izquierdo de 5,5×0,8cm, y afección de los platillos inferior de L5 y superior de S1 en su región posterior.
La mayoría de las infecciones en humanos por especies del género Pasteurella están causadas por P. multocida, la cual representa aproximadamente el 70% de las infecciones1. La tasa de incidencia anual de infecciones por microorganismos pertenecientes al género Pasteurella se ha estimado en un 0,19/100.000/año2. Los aislamientos identificados por otras especies como P. pneumotropica son mucho menos frecuentes. Habitualmente P. pneumotropica es únicamente patógeno para los animales, aunque ocasionalmente puede producir infecciones potencialmente graves en humanos como un absceso epidural espinal3. En el hombre se comporta por tanto como patógeno accidental, y el mecanismo más probable de entrada en el organismo es la vía orofaríngea tras contacto con animales domésticos, si bien debemos destacar que no se ha podido identificar un antecedente de contacto directo con animales en todos los pacientes descritos con infección por este microorganismo.
Las manifestaciones clínicas posibles son muy diversas, y de hecho se ha implicado en celulitis secundaria a mordedura de animales, meningitis, osteomielitis, infección respiratoria, shock séptico o endocarditis4–9. En los casos publicados hasta el momento es muy frecuente la existencia de una enfermedad crónica subyacente, como cirrosis, neoplasia o SIDA, aunque ésta no resulta imprescindible como es evidente en nuestra descripción. Habitualmente P. pneumotropica es sensible a betalactámicos y quinolonas, por lo que estos antimicrobianos representan opciones terapéuticas eficaces demostradas en nuestro caso clínico y publicaciones previas. En la mayoría de los pacientes con absceso epidural es preciso el tratamiento quirúrgico asociado, el cual obviamos en nuestro paciente debido a la ausencia de compromiso medular y la respuesta clínica favorable.