La artritis séptica en los niños afecta mayoritariamente a menores de 3 años de edad1,2. Es más frecuente en articulaciones de miembros inferiores, principalmente en cadera y rodilla. El diagnóstico de confirmación se obtiene mediante el cultivo bacteriano del líquido articular. En muchas ocasiones no hay crecimiento bacteriano, especialmente cuando hay uso de antibióticos previo a la recogida de cultivos.
Presentamos el caso de una lactante de 7 meses de edad, previamente sana y con vacunación al día según el calendario vacunal de la Comunidad de Madrid, que fue atendida en urgencias por presentar un cuadro de fiebre de hasta 38,5°C de 12h de evolución, acompañado de inmovilidad, evitación del apoyo, y dolor a la palpación y a la movilización pasiva del miembro inferior derecho en las últimas 24h. La analítica completa realizada mostró signos de infección bacteriana aguda (23.690 leucocitos, 53% neutrófilos y 35% linfocitos; proteína C reactiva 26mg/dl, PCT 0,55ng/ml), y la ecografía de rodilla derecha evidenció una colección articular. El traumatólogo de guardia no realizó punción, pues estimó que no había suficiente líquido articular. Ingresó con cefotaxima y cloxacilina iv, y 12h después se realizó en quirófano lavado de la articulación obteniendo líquido articular purulento que se envió para cultivo y citoquímica (211.000 leucocitos/mm3, 95% polimorfonucleares, glucosa 40mg/dl). Inicialmente evolucionó de manera lenta manteniendo fiebre durante 7 días con importante limitación a la movilidad articular, por lo que se colocó una férula posterior y se cambió la cloxacilina por clindamicina el día 7. La fiebre remitió al octavo día de ingreso y fue dada de alta en el décimo, con tratamiento domiciliario con cefuroxima axetilo, estando afebril y sin dolor a la movilización, aunque con leve limitación a la extensión de la rodilla. Los resultados del hemocultivo y del cultivo de líquido articular para bacterias fueron estériles. Una vez conocidos estos resultados se extrajo el ADN a partir del sedimento del líquido articular mediante kit comercial (Quiagen®). A continuación se llevó a cabo una reacción en cadena de la polimerasa (PCR)-secuenciación del gen ARNr 16S, que detectó la presencia de Neisseria meningitidis (N. meningitidis). Posteriormente, se realizó PCR a tiempo real dirigida frente al gen ctrA de la cápsula de N. meningitidis3, la cual confirmó el resultado.
En las artritis sépticas, cuando los cultivos son tomados correctamente, el microorganismo es aislado en el líquido sinovial hasta en el 80% de los casos2 y en la sangre en un 25-35%4. En nuestra paciente ambos cultivos fueron negativos, el hemocultivo fue tomado antes del inicio de antibioticoterapia, sin embargo el cultivo del líquido articular se realizó después de recibir una dosis de antibiótico. El compromiso articular en la enfermedad meningocócica puede darse por invasión directa de forma aguda después de una bacteriemia o en el contexto de meningococcemia crónica; también por afectación indirecta mediada por inmunocomplejos durante la fase de recuperación de la meningococcemia, siendo esta la forma más frecuente5. La incidencia de artritis meningocócica primaria según diversos autores es del 2%6. La afectación monoarticular de grandes articulaciones es más probable y la rodilla es la articulación más frecuentemente afectada7,8. Su resolución suele ser lenta, con una media de 9 días, y el límite máximo, de 4 semanas8,9.
En nuestro caso, el diagnóstico etiológico se realizó mediante PCR-secuenciación del gen ARNr 16S y posterior PCR específica para N. meningitidis. La relevancia de este caso radica en ilustrar la importancia del uso de la identificación molecular basada en el ARNr 16S para hacer posible el diagnóstico bacteriano en aquellos casos en los que la identificación por otro tipo de técnicas resulta difícil o imposible, o en casos de tratamiento antibiótico previo10. Debemos tener en cuenta a N. meningitidis como posible agente etiológico en el diagnóstico diferencial de la artritis séptica, aun cuando su incidencia sea baja.