Burkholderia cepacia es un conocido patógeno humano que solo excepcionalmente causa infecciones en pacientes inmunocompetentes. A raíz del caso descrito por Rodríguez et al.1 en esta revista sobre una artritis por B. cepacia en un anciano, presentamos un caso de bacteriemia por B. cepacia en una niña de 8 años con fiebre prolongada de origen desconocido.
Ingresó en nuestro centro una niña de 8 años, sin antecedentes patológicos de interés, por fiebre diaria de hasta 40,5°C de 14 días de evolución sin focalidad ni otros síntomas. Al tercer día de fiebre fue diagnosticada por su pediatra de faringoamigdalitis, iniciando tratamiento con amoxicilina a dosis adecuadas para el peso. A los 10días de tratamiento antibiótico, dada la persistencia de la fiebre, consultaron en el servicio de urgencias de nuestro Hospital. La exploración clínica no evidenció ninguna alteración salvo fiebre, manteniendo la paciente un buen estado general. Se realizó analítica sanguínea con hemocultivo (serie roja y plaquetar normales; leucocitos 16.500 con 78% de neutrófilos segmentados, 2% de neutrófilos en bandas, 1% de metamielocitos); extensión sanguínea, funciones renal y hepática y lactatodeshidrogenasa normales; velocidad de sedimentación globular elevada (29mm); proteína C reactiva elevada (56,1mg/l); procalcitonina 0,2ng/ml; Paul-Bunnell, serologías de virus Epstein-Barr, citomegalovius, virus de la inmunodeficiencia humana, toxoplasma, Salmonella typhi y Brucella negativas; sedimento urinario y radiografía de tórax sin alteraciones. Se decidió ingreso en planta con el diagnóstico de fiebre prolongada de origen desconocido. A las 12h del ingreso nos informaron del crecimiento de bacilos gramnegativos (BGN) en el hemocultivo realizado en urgencias, recogiéndose un segundo hemocultivo, y se inició tratamiento con cefotaxima intravenosa. Durante la hospitalización se prosiguió el estudio de fiebre prolongada de origen desconocido por persistencia de la fiebre a pesar del tratamiento con cefotaxima durante los 3 primeros días. Se realizó una prueba tuberculínica, fondo de ojo, ecografía abdominal, ecocardiograma, coprocultivo, urinocultivo y cultivo faríngeo, resultando todos ellos normales o negativos. En los 2 hemocultivos realizados se aisló B. cepacia sensible a ceftazidima, meropenem, levofloxacino y trimetoprim-sulfametoxazol, cambiándose el tratamiento a ceftadizima y quedando la paciente afebril a las 12h de su inicio. Realizamos estudio de inmunidad de primera línea (poblaciones linfoides, complemento e inmunoglobulinas), con resultado normal. No se realizaron estudios de inmunidad de segunda línea, como el funcionalismo neutrofílico, dada la ausencia de infecciones previas, decidiéndose realizar seguimiento clínico tras el alta. Tras completar 7 días de tratamiento antibiótico intravenoso fue dada de alta, con excelente estado general y normalización de los parámetros analíticos alterados.
El grupo Burkholderia cepacia complex (BCC) está constituido por 17 especies genómicas2, y las de mayor virulencia para el ser humano son B. cenocepacia (genomovar III) y B. multivorans (genomovar II)3. B. cepacia, genomovar I del BCC, es un BGN aerobio de distribución universal (agua, suelo y vegetales) con poca exigencia nutricional, pudiendo colonizar líquidos de desinfección, disoluciones farmacológicas, equipos de endoscopia y prótesis. Su mecanismo de transmisión habitualmente es indirecto (fómites), y se ha descrito transmisión directa por contacto estrecho de persona a persona durante semanas o meses4. B. cepacia es un patógeno responsable de infecciones graves con elevada morbilidad a nivel pulmonar en pacientes con fibrosis quística y enfermedad granulomatosa crónica, debiendo ser considerado también como potencial patógeno en pacientes inmunodeprimidos hospitalizados y portadores de accesos vasculares centrales5. La infección en pacientes sin evidencia de alteración inmunitaria es rara, en especial en la edad pediátrica y como causante de bacteriemia oculta, como el caso que describimos. Hasta la actualidad tan solo se han referenciado en la literatura 11 casos de infecciones por B. cepacia en niños immunocompetentes y sin relación con la perfusión intravenosa de fármacos contaminados4,6-8 (tabla 1).
Casos descritos de infección por Burkholderia cepacia en niños inmunocompetentes
Autores | Pacientes | Edad | Patología actual | Cultivo | Comentarios | |
Fajardo et al. (2004)4 | 12 | 19 meses | Faringoamigdalitis | Cultivo faríngeo | B. cepacia | Hermanos gemelos |
Ghazal et al. (2006)6 | 34567 | 12,4 meses (2-48) | Neumonía | Hemocultivo | B. cepacia | Solución de salbutamol para nebulización contaminada |
89 | 6 meses9 meses | NeumoníaBronquiolitis + Neumonía | HemocultivoHemocultivo | B. cepaciaB. cepacia | Procedentes de otro centro (sin contacto con la solución de salbutamol contaminada) | |
Zautner et al. (2009)7 | 10 | 16 años | Tonsilectomía por faringoamigdalitis recurrentes | Muestra post-tonsilectomía | B. cepacia | |
Pujol et al. (1992)8 | 11 | 14 años | Pleuroneumonía | Cepillado broncoalveolarLíquido pleuralHemocultivo | B. cepaciaB. cepaciaB. cepacia |
Nuestra paciente no refería ningún antecedente infeccioso previo ni presentaba signos clínico-analíticos básicos sugestivos de inmunodeficiencia. El cese de la fiebre tan solo tras instaurar el antibiótico adecuado determina a B. cepacia como la responsable del síndrome febril. Se postula la existencia de cierta sinergia patogénica entre B. cepacia y otros gérmenes no identificados, como en las faringoamigdalitis agudas víricas o bacterianas4, antecedente que refería nuestra paciente. B. cepacia presenta importantes resistencias antibióticas3,7, y los patrones de sensibilidades en la bibliografía son variables4,9,10, obligando ello a basar el tratamiento en el patrón de resistencias.