Hemos leído con interés el trabajo de García-San Vicente et al1 sobre descontaminación digestiva selectiva (DDS) que aporta nuevo conocimiento de gran interés sobre los costes generados en el laboratorio de microbiología por el uso rutinario de la DDS. Deseamos hacer algunas consideraciones:
- 1.
El cultivo de muestras de vigilancia en la DDS se realiza con el fin de obtener información sobre el estado de portador de los enfermos y sobre la resistencia antibiótica de su flora. El cultivo microbiológico de las muestras de aspirado traqueal y de contenido gástrico no forma parte del protocolo estándar de la DDS, ya que no proporciona información relevante más allá de la obtenida con el cultivo de las muestras de orofaringe y recto2. La retirada de esas muestras, aspirado traqueal y estómago, disminuiría los costes imputados a la DDS.
- 2.
Los autores no indican si la variación en la carga de trabajo guarda relación con el número de enfermos ingresados y/o con las estancias generadas durante los periodos de estudio. Creemos que sería conveniente ajustar esa carga de trabajo por alguno de esos parámetros.
- 3.
Los autores no proporcionan información sobre si el número de cepas aisladas se refiere al de las muestras recibidas o si han excluido las muestras que pueden considerarse «copias», microorganismo aislado en el mismo enfermo con igual antibiotipo. Estas muestras, consideradas copias, deben, a nuestro juicio, excluirse, ya que son duplicados3.
- 4.
La resistencia bacteriana que figura en el artículo no se refiere aparentemente a la comparación de los dos períodos de estudio (mayo 2001–abril 2002 frente a mayo 2002–abril 2003), sino a la evolución de la resistencia antibiótica en el servicio de Medicina Intensiva entre los años 1996–2007. Por ello, no se nos permite conocer la evolución de la resistencia bacteriana en los periodos pre y post DDS.