Sr. Director: Actinobacillus spp. son bacilos gramnegativos fermentadores lentos. En la 6.a edición del Manual de la Sociedad Americana de Microbiología1 aparecen en el capítulo de «bacterias inusuales gramnegativas», junto con Eikenella spp., Pasteurella spp., Streptobacillus spp., y Capnocytophaga spp. Todas tienen en común su rareza y la dificultad para detectarlos. Su lento crecimiento dificulta las pruebas de identificación; por ejemplo, no hay hemólisis si se usa sangre de cordero en vez de conejo, la oxidasa es negativa con reactivo dimetil en vez de tetrametil (más sensible), no fermentan los azúcares si el medio de peptona no es suplementado con suero de conejo, etc.1.
Actinobacillus incluye varias especies, no todas patógenas para el ser humano. Actinobacillus ureae ha sido incluido recientemente en este género, estando antes clasificada como Pasteurella spp.2. Se trata de cocobacilos gramnegativos, inmóviles, oxidasa positiva, catalasa negativa y que acidifican tanto el pico como el fondo del medio triple Sugar Iron (TSI). A. ureae se distingue por ser lactosa y xilosa negativas, además de urea fuertemente positiva.
El hábitat natural de esta bacteria se creyó que era el ganado vacuno1, pero posteriormente se le ha relacionado con otros animales, comunicándose infecciones tras mordeduras de corderos y caballos3. En humanos es un comensal raro del tracto respiratorio superior4,7 aunque se le ha aislado en sangre, peritoneo y líquido cefalorraquídeo. Se han publicado 11 casos de meningitis, en inmunodeprimidos y postraumáticas4,5. Asímismo, se ha encontrado en aspirado de médula ósea en un paciente con artritis reumatoide y fiebre crónica6.
Varón de 28 años, heroinómano, infectado por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), diagnosticado previamente de infección VIH categoría clínica C3, con incumplimiento de su tratamiento antirretrovírico desde 5 meses antes, que ingresó en el hospital por fiebre elevada, que se acompañaba de escalofríos, sudación y malestar general, tos con expectoración mucopurulenta, disnea y sibilantes de 2 días de evolución. En la exploración el paciente presentaba fiebre (40 °C), taquipnea, no cianosis, tórax con buen murmullo vesicular, crepitantes en bases, sibilancias y roncus diseminados. Se apreciaban tonos rítmicos o taquicárdicos. El abdomen y las extremidades eran normales. En la analítica destacaban anemia (hematócrito 29,8%, hemoglobina 10,4 g/dl, hematíes 3,25 * 106/U, leucopenia 2,28 * 103/U con 27% de neutrófilos, plaquetas 106.000 U, LDH 944 U/l, fosfatasas alcalinas 641 U/l). Gasometría arterial con hipoxemia pO2 57 mmHg, pCO2 39 mmHg. La serología frente a VIH y virus de hepatitis C era positiva y el recuento de linfocitos CD4+ era de 7 /µl, la carga vírica fue de 313.000 copias/ml. La radiografía de tórax puso de manifiesto una imagen de condensación basal posterior compatible con neumonía.
Se envió una muestra de esputo al laboratorio de urgencias para realización de tinción de Gram, que reveló abundante número de leucocitos y un 99% de cocobacilos gramnegativos, que parecían Haemophillus sp. Con esta sospecha se realizó un cultivo en agar sangre con estría de Staphylococcus aureus. Al día siguiente se obtuvo un cultivo puro, de un microorganismo lento (1 mm a las 24 h), sin satelización, mucoso, y que en días posteriores tomó un aspecto dimórfico, haciendo pensar en flora mixta. Sucesivos pases descartaron esta posibilidad. Desde el punto de vista bioquímico el microorganismo era oxidasa positiva, con TSI alcalino en fondo y base, que hacía pensar en un bacilo no fermentador, pero a los 2-3 días acidificaba todo el TSI sin producción de gas lo que, añadido al dimorfismo, sugería algún tipo de contaminación. El crecimiento en las pruebas de azúcares era irregular o fallaba totalmente. El único rasgo que aparecía de modo claro y constante era una urea fuertemente positiva en cualquier tipo de panel, ya sea API no enterobacterias, API enterobacterias o Microscan de gramnegativos. Con la sospecha de A. ureae, se envió la cepa al laboratorio del Dr. Alexander von Graevenitz en la Universidad de Medicina de Zürich, donde se confirmó la identificación.
Los cultivos de muestras respiratorias y estudios serológicos para otros patógenos, hongos, nocardias, micobacterias, rickettsias y legionellas fueron negativos. Muestras de exudados faríngeos confirmaron la sospecha clínica de candidiasis oral y faríngea. Los hemocultivos fueron negativos. Nuestro paciente hizo tratamiento con ceftriaxona 2 g/día intramuscular en una dosis, durante 12 días, experimentando una total mejoría, con resolución de las lesiones radiográficas a las dos semanas de ingreso.
Las infeciones causadas por especies de Actinobacillus son poco frecuentes y A. ureae en especial. Su identificación es lenta y compleja y puede ser confundidos con contaminantes y saprofitos. El tratamiento de elección es la penicilina y los betalactámicos en general, no habiéndose encontrado resistencias5-7. En el antibiograma realizado en nuestro laboratorio el microorganismo fue sensible a penicilina y a todos los betalactámicos, así como a eritromicina, quinolonas y aminoglucósidos. Con nuestra carta queremos llamar la atención sobre su aparición en inmunodeprimidos y en muestras donde pueden pasar desapercibidos.