metricas
covid
Buscar en
Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica
Toda la web
Inicio Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica Onicomicosis por hongos filamentosos no dermatófitos en Cádiz
Información de la revista
Vol. 18. Núm. 7.
Páginas 319-324 (agosto 2000)
Compartir
Compartir
Más opciones de artículo
Vol. 18. Núm. 7.
Páginas 319-324 (agosto 2000)
Acceso a texto completo
Onicomicosis por hongos filamentosos no dermatófitos en Cádiz
Onychomycosis caused by non-dermatophytic filamentous fungi in Cádiz (Spain)
Visitas
34004
Pedro García-Martosa, Inmaculada Domíngueza, Pilar Marína, Mario Linaresb, José Mirb, Joaquín Calapb
a Microbiología. Hospital Universitario Puerta del Mar. Cádiz.
b Dermatología. Hospital Universitario Puerta del Mar. Cádiz.
Este artículo ha recibido
Información del artículo
Resumen
Texto completo
Bibliografía
Estadísticas
;Scopulariopsis spp. es un importante agente de onicomicosis. Deberían realizarse estudios epidemiológicos en cada país para determinar las especies fúngicas responsables de onicomicosis.
Palabras clave:
Onicomicosis
Hongos no dermatófitos
Micosis ungueal
Mohos

Background: The incidence and clinical significance of other than dermatophytes fungi or moulds causing onychomycosis is unknown, because they may be colonising organisms rather than pathogen. This report presents the results of a study conducted between 1997 and 1999 to determine the incidence and aetiology of onychomycosis by non-dermatophytic filamentous fungi in the population of Cádiz (Spain).

Patients and methods: Diagnosis of onychomycosis was performed by direct microscopic examination, culture and, some times, by histologic examination, on samples from 610 patients with clinical suspected fungal nail infections.

Results: Among 196 (32%) cases of ungual mycosis detected, 29 (15%) of them were caused by non-dermatophytic filamentous fungi, presenting positive direct microscopy and repeated cultures. Superficial and distal onychomycosis were the most frequent clinical types. Twenty two patients had onychomycosis of toenails. The highest incidence was found in women and subjects over the age 40. Scopulariopsis spp. (n = 11), Aspergillus spp. (n = 6), Alternaria spp. (n = 5) and Fusarium spp. (n = 4) were the most common fungi. Occasionally, Acremonium spp. and Scedosporium spp. were isolated.

Conclusion: The incidence of onychomycosis caused by opportunistic fungi is not well known. For their diagnosis, it is important to select correctly the appropriate site for specimen collection, as well as direct microscopy and fungal cultures. The incidence of onychomycosis is high in Cádiz (Spain), being higher in women and older people. Predisponent factors are not always identified in the patients. Toenails were infected more than fingernails in both sexes. The results of our study suggest that Scopulariopsis spp. is an important agent of onychomycosis. Epidemiological investigations should be performed in every country in order to determine the fungal species responsible of onycho

mycosis.
Keywords:
Onychomycosis
Non-dermatophytic fungi
Ungual mycosis
Moulds
Texto completo

Introducción

La onicomicosis es la causa más común de enfermedad ungueal (20-50%) y una de las más frecuentes de consulta dermatológica ambulatoria1,2. Su incidencia general no es bien conocida, pero se estima que afecta a un 2-13% de la población, alterando de alguna manera la calidad de vida de los pacientes3-8. Comprende cualquier infección de la uña producida por hongos y ha sido considerada como la micosis superficial más difícil de diagnosticar y tratar9-11.

Tradicionalmente se ha considerado a los dermatófitos y a algunas levaduras como agentes productores de onicomicosis, pero en los últimos años y cada vez más se refieren casos de infección ungueal ocasionadas por un grupo heterogéneo de hongos filamentosos no dermatófitos, sin características comunes sobresalientes que permitan agruparlos. Según los criterios de la International Society for Human and Animal Mycology, se propone emplear el término de tiña ungueal o tinea unguium para la infección por dermatófitos, el de onixis o candidiasis ungueal para la afección producida por levaduras, y se reserva el de micosis ungueal u onicomicosis para la infección producida por mohos u hongos filamentosos no dermatófitos12.

Los hongos dermatófitos son responsables de un 30-65% de los casos de micosis ungueal, principalmente en mujeres y en las uñas de los pies, llegando hasta un 85% de los casos según algunos autores13-22. Se trata de un grupo de hongos filamentosos que tienen en común una afinidad especial por la queratina y capacidad queratolítica mediante la producción de enzimas. Entre los dermatófitos, el más frecuente es Trichophyton rubrum, seguido por T. mentagrophytes y, más raramente, Epidermophyton floccosum, Microsporum spp. y otras especies de Trichophyton.

Las candidiasis ungueales suponen de un 20-75% de las micosis ungueales, según diversos autores10,16,17,19,20,22-24. Afectan preferentemente a las uñas de las manos, por invasión de la lámina ungueal a través del eponiquio. Las levaduras pueden encontrarse en las uñas como saprofitas, no son queratofílicas y no suelen infectar a uñas sanas; son patógenas oportunistas en uñas alteradas, produciendo onicólisis distal y paroniquia crónica25. Destacan por su frecuencia Candida albicans y C. parapsilosis, siendo más raras otras especies.

La incidencia de onicomicosis por hongos filamentosos no dermatófitos o mohos está aumentando últimamente, y la descripción de nuevas especies implicadas es constante26-31. En nuestro país no se ha establecido bien su etiología y epidemiología, por lo que es de interés la realización de estudios que permitan conocer su incidencia y distribución en cada zona. La importancia de esta micosis tampoco es despreciable, teniendo en cuenta que su correcto diagnóstico etiológico es fundamental para instaurar un tratamiento específico contra el agente responsable, ya que muchos mohos oportunistas son resistentes a algunos antifúngicos eficaces para hongos dermatófitos.

El objetivo de este trabajo es conocer la incidencia y etiología de la micosis ungueal por hongos filamentosos no dermatófitos en nuestra área sanitaria, así como efectuar una amplia revisión de la bibliografía mundial para comparar nuestros resultados con los publicados hasta el momento.

Pacientes y métodos

Hemos estudiado los casos de onicomicosis por hongos filamentosos no dermatófitos detectados en Cádiz durante los años 1997, 1998 y 1999.

En este período procesamos en nuestro laboratorio 610 muestras ungueales obtenidas de diferentes pacientes de nuestra área sanitaria, que comprende algo más de 300.000 habitantes, atendidos en las consultas dermatológicas. La toma de muestras se realizó antes de instaurar tratamiento antifúngico o 2 semanas después de suspenderlo en caso de existir, previa desinfección de la zona afectada. Las muestras se obtuvieron por raspado enérgico, mediante bisturí o cucharilla estériles, de las zonas periféricas de las lesiones ungueales, de la tabla interna y de las áreas con hiperqueratosis, recogiéndose el material en un contenedor también estéril.

En todas las muestras se realizó examen microscópico directo con KOH al 40% y/o azul de lactofenol, así como cultivo en agar de Sabouraud con cloramfenicol (0,005%) y agar de Sabouraud con cloramfenicol y cicloheximida (0,04%), incubando las placas a 25-30 °C durante 14 días antes de descartar el cultivo como negativo. En algunas muestras se efectuó, además, estudio histológico por biopsia, mediante tinción con blanco de calcoflúor.

La identificación de los hongos se llevó a cabo de acuerdo con su morfología macro y microscópica, tras subcultivo en agar extracto de malta y agar patata glucosa para favorecer la conidiogénesis. Los criterios taxonómicos considerados para la identificación fueron: tiempo de crecimiento, características de la colonia (tamaño, color, textura, disposición, presencia de esclerocios y esporodoquios), características de las hifas, conidióforos y fiálides, tipo de conidiogénesis y conidias, producción de clamidosporas, ascosporas y otras estructuras diferenciadoras.

En los pacientes con cultivo positivo para hongos filamentosos no dermatófitos se estableció la relación entre el hongo aislado y su significado clínico de acuerdo con los criterios recomendados por English: demostración del hongo en el examen directo, crecimiento en cultivo puro y abundante (al menos 5 de 20 inóculos), ausencia de crecimiento de dermatófitos, cultivos seriados positivos al mismo hongo y curación o mejoría con tratamiento específico32.

Resultados

De las 610 muestras analizadas durante el período estudiado, encontramos 196 pacientes con micosis ungueal confirmada mediante examen directo y cultivo, lo que supone un 32% del total de pacientes con sospecha clínica de infección fúngica ungueal. En 29 de estos pacientes (14,8%), la onicomicosis se atribuyó a hongos filamentosos no dermatófitos.

En la tabla 1 se exponen los datos epidemiológicos de estos pacientes y los hongos causantes de la infección. El grupo de estudio estaba constituido por 17 mujeres y 12 varones, con edades comprendidas entre 36 y 80 años (media de 53 años). La onicomicosis afectaba a las uñas de los pies en 22 de los casos. Los hongos aislados fueron 11 del género Scopulariopsis (38%), 6 Aspergillus spp. (21%), 5 Alternaria spp. (17%), 4 Fusarium spp. (14%), 2 Acremonium spp. (7%) y un Scedosporium spp. (3%).

La mayoría de los pacientes presentaba lesiones ungueales de larga evolución y refería no haber acudido antes al dermatólogo por considerar su afección poco importante; cuando la onicomicosis se localizaba en las manos y afectaba a mujeres, el tiempo de evolución era más corto. Desde el punto de vista clínico, 17 pacientes presentaban onicomicosis superficial, 11 onicomicosis subungueal distal y solamente en un paciente se observó onicomicosis subungueal proximal por Aspergillus niger. Los factores predisponentes para contraer la infección fueron indeterminados en 14 pacientes; de los restantes, 13 padecían deformidades anatómicas en los pies, 6 eran diabéticos y dos presentaban algún tipo de inmunodeficiencia.

Discusión

La incidencia de onicomicosis por hongos filamentosos no dermatófitos varía notablemente en distintos países e incluso en diferentes áreas geográficas de un mismo país. Se han referido porcentajes que oscilan desde un 2 a un 18% de las infecciones fúngicas ungueales1,4,10,17,19-21,26-28,33,34, y algunos autores comunican hasta un 22%35. El porcentaje encontrado por nosotros en Cádiz, un 15%, es algo elevado y similar al descrito en algunos países cálidos. Es posible, pues, que esta incidencia pueda tener relación con la benignidad climática de nuestra ciudad.

La onicomicosis por mohos suele afectar más a las uñas de los pies, principalmente al primer dedo, aunque puede afectar a varias uñas de forma simultánea. Ocurre más en personas mayores, sobre todo a partir de los 40 años, y es excepcional en la adolescencia. La distribución por sexos no presenta diferencias significativas, aunque predomina ligeramente en mujeres. Los pacientes la padecen durante largo tiempo antes de acudir a consulta dermatológica, excepto cuando afecta a las uñas de las manos, posiblemente por motivos estéticos.

Siguiendo la clasificación de Zaias36, los mohos pueden producir cualquier tipo de onicomicosis, siendo la más frecuente la onicomicosis u onicopatía blanca superficial por especies de Acremonium, Aspergillus, Fusarium y Scopulariopsis37, en la cual la invasión empieza en la superficie de la lámina ungueal dando lugar a pequeñas manchas blancas, a veces de otras coloraciones (amarillas, marrones, negruzcas), opacas y confluentes, bien delimitadas, sin alteración aparente de la superficie de la placa. También se han referido algunos mohos, como Acremonium spp., Aspergillus spp., Fusarium spp., Scopulariopsis spp. y Nattrassia spp., que producen onicopatía subungueal distal y lateral, que comienza por la invasión inaparente del borde libre de la uña y penetra por el hiponiquio produciendo una hiperqueratosis subungueal y despegamiento de la lámina del lecho. Se han observado igualmente algunos casos de onicopatía subungueal proximal por Acremonium spp., Aspergillus spp., Fusarium spp. y Nattrassia spp., forma poco frecuente de onicomicosis37. Estos 3 tipos de onicomicosis pueden desembocar finalmente en onicopatía distrófica total. En nuestra casuística, la onicomicosis superficial fue la más frecuente, seguida de la onicomicosis subungueal distal; solamente observamos un caso de onicomicosis subungueal proximal por A. niger.

No se conocen realmente los factores predisponentes para contraer la enfermedad, pero se han citado como condiciones asociadas a infección ungueal los trastornos periféricos circulatorios, alteraciones anatómicas, traumatismos, diabetes, inmunodeficiencias, endocrinopatías, dermatosis previas y otras causas como el uso de zapatos deportivos, el calor y la humedad1,4,5,17,26,27,29,38,39. Nosotros encontramos como principales factores relacionados con la onicomicosis las alteraciones anatómicas, la diabetes y, en menor proporción, las inmunodeficiencias, siendo imposible en muchos casos establecer la causa de la infección.

Los mohos son microorganismos muy ubicuos, presentes en el suelo y restos de vegetales en descomposición, y se aíslan con frecuencia como simples contaminantes o colonizadores de la superficie de uñas alteradas32. En general, no se consideran patógenos primarios sino colonizadores de uñas distróficas o acompañantes de dermatófitos en infecciones mixtas, siendo debatido el papel que desempeñan en la iniciación o empeoramiento de la distrofia15. Sin embargo, no cabe duda de que, en algunos casos, los mohos son verdaderos patógenos y pueden producir invasión primaria de la uña, como se ha demostrado en algunas especies, como Nattrassia y Scopulariopsis, y degradar la queratina, como Scytalidium y Fusarium40.

El diagnóstico de onicomicosis por mohos se basa en la sospecha clínica y la confirmación microbiológica41. El estudio micológico es fundamental para establecer la etiología. Ya en los años sesenta, English32 sentó las bases para definir la relación entre el aislamiento de hongos filamentosos en los cultivos de uñas y su significado clínico. Estos criterios incluyen la demostración de elementos fúngicos en el examen directo de la uña o en el examen histológico, el aislamiento en cultivo puro (las infecciones mixtas son raras) con desarrollo del mismo hongo en al menos cinco de 20 inóculos, la obtención de la misma especie en cultivos repetidos distanciados en el tiempo, la ausencia de crecimiento para dermatófitos y la curación o mejoría de las lesiones tras tratamiento específico. Las pruebas in vitro tendentes a demostrar la acción queratolítica y proteolítica de los hongos oportunistas también se han considerado a la hora de valorar a estos agentes como causantes de onicomicosis27. El cultivo es importante para establecer el diagnóstico, pero en un porcentaje de aproximadamente el 30% suele ser negativo en relación con el examen directo, ya sea por la poca viabilidad de los hongos, el escaso material obtenido o el bajo número de elementos fúngicos en la muestra1,38,42; el examen histológico también ha demostrado ser un método complementario de gran utilidad para el diagnóstico43,44.

Se han descrito casos de onicomicosis por una gran variedad de mohos, aunque algunos no están suficientemente documentados. Scopulariopsis brevicaulis parece ser la especie más habitual4,19-22,31,34,45-56, y son frecuentes especies del género Acremonium (Cephalosporium)4,27,38,57,58, del género Alternaria (A. alternata, A. tenuis59-64, A. chlamydospora62, A. humicola65, A. plurisectata65), del género Aspergillus (A. candidus66-68, A. clavatus-nanicus69, A. flavus31,70, A. fumigatus28,71, A. glaucus72, A. hollandicus73, A. nidulans28,74, A. niger17,19,65,75, A. restrictus68, A. sclerotiorum76, A. sydowii31,68,72,77-79, A. terreus4,10,17,80,81, A. unguis68,73, A. versicolor10,38,82,83), del género Fusarium (Fusarium spp.28,38,84, F. oxysporum18,85-92, F. solani16,93-95), del género Penicillium17,27,56,96, y otras especies de Scopulariopsis (S. acremonium97, S. asperula97, S. brumptii98, S. flava99, S. fusca68,97, S. koningii)68,97, y teleomorfos de este mismo género: Microascus cinereus100, M. cirrosus68,101 y M. manginii (teleomorfo de S. candida)97,102. En zonas tropicales y subtropicales se han comunicado casos debidos a Nattrassia mangiferae (Hendersonula toruloidea)31,103-112, teleomorfo de Scytalidium dimidiatum, y S. hyalinum31,106,113-118, predominantes en Jamaica (40%). Onychocola canadensis se ha encontrado en Canadá, Nueva Zelanda y, en casos aislados, en Europa119-123.

En menor proporción se han referido otros hongos filamentosos no dermatófitos en casos de onicomicosis: Arthrographis kalrae124, Aureobasidium spp.56, Bipolaris spp. (Drechslera)125,126, Botryodiplodia theobromae (Lasiodiplodia)28,127-130, Chaetomium globosum131,132, Cladophialophora carrionii (Cladosporium)133, Cladosporium spp.17, Cladosporium sphaerospermum134, Curvularia lunata125,135,136, Exophiala spp.125, Geomyces pannorum68, Gymnascella dankaliensis31, Myxtrichum deflexum137, Paecilomyces lilacinus138,, Phialophora spp.10, Pseudoerotium ovale139, Phyllostictina sydowii140, Pyrenochaeta unguis-hominis141,142, Scedosporium prolificans (S. inflatum)143, Stemphylium macrosporoideum125, Uloclaudium chartarum125 y Wangiella dermatitidis144.

Las especies causantes de onicomicosis son también muy variadas en nuestra ciudad. El género Scopulariopsis es el más frecuente, seguido de Aspergillus, Alternaria y Fusarium, como describen algunos auto res4,19-22,31,34,45-56,59-95; los géneros Acremonium y Scedosporium son ocasionales. A. alternata, S. brevicaulis y S. koningii son las especies mayoritarias. Hemos encontrado, así mismo, algunas especies no descritas o poco descritas en la bibliografía, como son: Acremonium hyalinulum, Acremonium potronii, Alternaria tenuissima, Aspergillus oryzae, A. sclerotiorum, Fusarium sacchari, S. prolificans, Scopulariopsis brumptii, Scopulariopsis candida y S. flava.

Las onicomicosis por mohos son infecciones crónicas, salvo excepciones en las que existe curación espontánea, por lo que es necesario el uso de antifúngicos para su resolución. La terapia específica sólo debe comenzarse si ya se ha identificado el agente etiológico. Es semejante a la de las tiñas ungueales y plantea, en general, los mismos problemas. Consiste en la avulsión o eliminación de la lámina ungueal mediante procedimientos quirúrgicos o químicos (bifonazol al 1% más urea al 40-50%, o bien ácido salicílico al 30%) más la administración de antifúngicos tópicos y sistémicos11,26,145-147. Un problema importante en este tipo de onicomicosis es la recidiva en un alto porcentaje de pacientes tras finalizar el tratamiento, debido en parte a la presencia de factores predisponentes que conviene controlar si no pueden ser eliminados11,17,36. Muchos mohos son resistentes a la griseofulvina y terbinafina27,38,94, efectivas en el tratamiento de dermatofitosis, y algunas especies pueden presentar resistencia a imidazoles, siendo necesario comprobar la sensibilidad in vitro antes de comenzar el tratamiento.

El tratamiento tópico tiene el problema de la deficiente absorción de los antifúngicos a través de la lámina ungueal, que en la onicomicosis presenta hiperqueratosis adicional, por lo que debe asociarse a otras formas de tratamiento, excepto en la onicomicosis superficial que puede responder al tratamiento tópico exclusivo36. Se realiza con derivados imidazólicos y ciclopiroxolamina, la cual presenta mayor capacidad de penetración38. El tratamiento sistémico se realiza con imidazoles como el ketoconazol, fluconazol e itraconazol11,26,54,148,149, pero la deficiente irrigación ungueal impide una buena difusión en la zona de los antifúngicos1,150 y obliga a instaurar terapias prolongadas; los nuevos antifúngicos pueden acortar el tiempo de tratamiento.

Bibliografía
[1]
Ramesh V, Reddy BS.N, Singh R..
Onychomycosis..
Int J Dermatol, 22 (1983), pp. 148-152
[2]
Schlefman BS..
Onychomycosis: a compendium of facts and a clinical experience..
J Foot Ankle Surg, 38 (1999), pp. 290-302
[3]
Scher RK..
Onychomycosis is more than a cosmetic problem..
Br J Dermatol, 130 (1994), pp. 15-18
[4]
Midgley G, Moore MK..
Onicomicosis..
Rev Iberoam Micol, 15 (1998), pp. 113-117
[5]
Roberts DT..
Prevalence of dermatophyte onychomycosis in the United Kingdom: results of an omnibus survey..
Br J Dermatol, 126(Supl39) (1992), pp. 23-27
[6]
Sais G, Jucgla A, Peyri J..
Prevalence of dermatophyte onychomycosis in Spain: a cross-sectional study..
Br J Dermatol, 132 (1995), pp. 758-761
[7]
Heikkila H, Stubb S..
The prevalence of onychomycosis Finland..
Br J Dermatol, 133 (1995), pp. 699-703
[8]
Williams HC..
The epidemiology of onychomycosis in Britain..
Br J Dermatol, 129 (1993), pp. 101-109
[9]
Zaias N, Glick B, Rebell G..
Diagnosing and treating onychomycosis..
J Fam Pract, 42 (1996), pp. 513-518
[10]
Rubio Calvo MC, Rezusta López A, Grasa Jordan MP, Salvo S, Gil J, Gómez Lus R..
Micopatología ungueal. Estudio micológico de onicomicosis y tinea unguium..
Rev Iber Micol, 5 (1988), pp. 90-99
[11]
Sánchez Carazo JL, Millán Perrilla E..
Tratamiento actual de las onicomicosis..
Piel, 6 (1991), pp. 489-493
[12]
Nomenclatura de las enfermedades fúngicas..
En: Informe y recomendaciones del Subcomité de la Sociedad Internacional de Micología Humana y Animal (SIMHA-ISHAM) 1991..
Rev lberoam Micol, 9 (1992), pp. 4-34
[13]
Haneke E..
Fungal infections of the nail..
Sem Dermatol, 10 (1991), pp. 41-53
[14]
Andre J, Achten G..
Onychomycosis..
Int J Dermatol, 26 (1987), pp. 481-490
[15]
Omychomycosis. Rev Iberoam Micol 1998; 113-117
[16]
Luque AG, Ramos LL, Amigot SL, Riccomi AE..
Estudio micológico de 100 casos de lesiones ungueales de la ciudad de Rosario - República Argentina..
Rev Iberoam Micol, 14 (1997), pp. 164-167
[17]
Arreaza F, Urrestarazu MI..
Estudio de la flora micótica y bacteriana en pacientes con lesiones de las uñas..
Med Cutan Iber Lat Amer, 16 (1988), pp. 285-290
[18]
Review of dermatophytosis in Galicia from 1951 to 1987, and comparison with other areas of Spain. Mycopathologia 1991, 113: 65-78.
[19]
Mercantini R, Marsella R, Moretto D..
Onychomycosis in Rome, Italy..
Mycopathologia, 136 (1996), pp. 25-32
[20]
Nsanze H, Lestringant GG, Mustafa N, Usmani MA..
Aetiology of onychomycosis in Al Ain, United Arab Emirates..
Mycoses, 38 (1995), pp. 421-424
[21]
Rigopoulos D, Katsiboulas V, Koumantaki E, Emmanouil P, Papanicolau A, Katsambas A..
Epidemiology of onychomycosis in southern Greece..
Int J Dermatol, 37 (1998), pp. 925-928
[22]
Madrenys-Brunet N, Torres-Rodríguez JM, Urrea-Arbeláez A..
Estudio epidemiológico de las micosis ungueales en Barcelona..
Rev Iberoam Micol, 14 (1996), pp. 14-17
[23]
Hay RJ, Barace R, Moore MK, Willianson JD..
Candida onychomycosis and evaluation of the role of Candida species in nail disease..
Br J Dermatol, 118 (1988), pp. 47-58
[24]
Watanabe S, Seki Y, Shimozuma M, Takizawa K..
Nail candidiasis..
J Dermatol, 10 (1983), pp. 189-203
[25]
Qamar AG..
Candida onychomycosis an evaluation of the candida species as primary keratinolytic yeast in nail disease..
J Pak Med Assoc, 42 (1992), pp. 140-143
[26]
Maestre Vera JR, Almagro Sánchez M..
Onicomicosis por hongos no dermatófitos..
Piel, 6 (1991), pp. 479-488
[27]
Negroni R, Briz C..
Agentes oportunistas de micosis de las uñas..
Rev Arg Micol, 7 (1984), pp. 2-4
[28]
Vélez H, Díaz F..
Onychomycosis due to saprophytic fungi..
Mycopathologia, 91 (1985), pp. 87-92
[29]
Ramani R, Srinivas CR, Ramani A, Kumari TG, Shivananda PG..
Molds in onychomycosis..
Int J Dermatol, 32 (1993), pp. 877-878
[30]
Greer DL..
Evolving role of nondermatophytes in onychomycosis..
Int J Dermatol, 34 (1995), pp. 521-524
[31]
Summerbell RC, Kane J, Krajden S..
Onychomycosis, tinea pedis and tinea manuum caused by non-dermatophytic filamentous fungi..
Mycoses, 32 (1989), pp. 609-619
[32]
English MP..
Comment nails and fungi..
Br J Dermatol, 94 (1973), pp. 697-701
[33]
Zaror L, Negroni R, Moreno MI, Frick P, Siegmund I, Norambuena K..
Micología e histopatología de la uña..
Rev Arg Micol, 6 (1983), pp. 6-13
[34]
Vélez A, Linares MJ, Fernández-Roldan JC, Casal M..
Study of onychomycosis in Cordoba, Spain: prevailing fungi an pattern of infection..
Mycopathologia, 137 (1997), pp. 1-8
[35]
Ramani R, Ramani A, Kumari TG.R, Shivananda PG, Srinivas GR..
Molds in onychomycosis..
lnt J Dermatol, 32 (1993), pp. 877-878
[36]
Zaias N..
Onychomycosis..
Dermatol Clin, 3 (1985), pp. 445-460
[37]
Gupta AK, Elewski BE..
Nondermatophyte causes of onychomycosis and superficial mycoses..
Curr Top Med Mycol, 7 (1996), pp. 87-97
[38]
Badillet O..
Les onixis..
Drugs of Today, 25(Supl9) (1989), pp. 79-86
[39]
Levy LA..
Epidemiology of onychomycosis in special-risk populations..
J Am Podiatric Med Assoc, 87 (1997), pp. 546-550
[40]
Oyeka CA..
Gugnani HC. Keratin degradation by Scytalidium species and Fusarium solani..
Mycoses, 41 (1997), pp. 73-76
[41]
Daniel CR..
Diagnóstico de las infecciones micóticas de las uñas..
Arch Dermatol, 127 (1991), pp. 1566-1567
[42]
Denning DW, Evans EG.V, Kibbler CC, Richardson MD, Roberts MM, Rogers TR et al..
Fungal nail disease: a guide to good practice (report of a Working Group of the British Society for Medical Mycology)..
Br Med J, 311 (1995), pp. 1277-1281
[43]
Mehregan DA, Mehregan DR, Rinker A..
Onychomycosis..
Cutis, 59 (1997), pp. 247-248
[44]
Suarez SM, Silvers DN, Scher RK, Pearlstein HH, Auerbach R..
Histologic evaluation of nail clippings for diagnosing onychomycosis..
Arch Dermatol, 127 (1991), pp. 1566-1567
[45]
Martin-Scott IM..
Onychomycosis caused by Scopulariopsis brevicaulis..
Trans Br Mycol Suc, 37 (1954), pp. 38-43
[46]
Cairns WJ, Close HG..
Onychomycosis caused by Scopulariopsis brevicaulis..
Br J Dermatol, 67 (1955), pp. 264-265
[47]
Franks AG, Taschdjian CL, Gutiérrez GT..
Onychomycosis due to Scopulariopsis brevicaulis..
Arch Dermatol, 74 (1956), pp. 241-244
[48]
Huriez C, Biguet J, Andrien S, Agathe P..
Onychomycosis à Scopulariopsis brevicaulis..
Bull Soc Fr Dermatol Syph, 70 (1963), pp. 474-482
[49]
Onychomykosen hervorgernfen durch Scopulariopsis brevicaulis. Hausartz 1965; 16; 258-264.
[50]
Bazex A, Pasant M, Ferrese S, Bazex J, Berger M..
Infections à Scopulariopsis brevicaulis..
Ann Dermatol Venereol, 104 (1977), pp. 254-255
[51]
Zaror L, Frick P, Moreno M..
Micosis ungueal por Scopulariopsis brevicaulis..
Rev Arg Micol, 5 (1982), pp. 12-15
[52]
Cox NH, Irving B..
Cutaneous ringworm lesions of Scopulariopsis brevicaulis..
Br J Dermatol, 129 (1993), pp. 726-728
[53]
Tosti A, Piraccini BM, Stinchi C, Lorenzi S..
Onychomycosis due to Scopulariopsis brevicaulis: clinical features and response to systemic antifungals..
Br J Dermatol, 135 (1996), pp. 799-802
[54]
De Donker PR, Scher RK, Baran RL, Decroix J, Degreef HJ, Rosseuw DI et al..
Itraconazole therapy is effective for pedal onychomycosis caused by some nondermatophyte molds and in mixed infection with dermatophytes and molds: a multicenter study with 36 patients..
J Am Acad Dermatol, 36 (1997), pp. 173-177
[55]
Delgado V, Abad Romero-Balmas J, Armijo Moreno M, Dulanto F..
Scopulariopsis brevicaulis como agente de onicomicosis..
Actas Dermatol Sifoliograf, 9 (1976), pp. 693-700
[56]
Lim JT, Chua HC, Goh CL..
Dermatophyte and non-dermatophyte onychomycosis in Singapore..
Australas J Dermatol, 33 (1992), pp. 159-163
[57]
Zaias N..
Onychomycosis..
Arch Dermatol, 105 (1972), pp. 263-274
[58]
Thiers H, Coudert J..
Onychomycose a Cephalosporium cordoniformis..
Bull Soc Fr Derm Syph, 62 (1955), pp. 375
[59]
Delacrétaz J, Grigoriu D, Grigoriu A..
Alternaria tenuis en pathologie cutanée..
Ann Dermatol Syphilol, 97 (1970), pp. 15-20
[60]
Boticher WW..
Alternaria as a possible human pathogen..
Sabouraudia, 4 (1965), pp. 256-258
[61]
Pritchard RC, Muir DB..
Black fungi: a survey of dermatiaceous hyphomycetes from clinical specimens identified over a five year period in a reference laboratory..
Pathology, 19 (1987), pp. 281-284
[62]
Singh SM, Naidu J, Pouranik M..
Ungual and cutaneous phaeohyphomycosis caused by Alternaria alternata and Alternaria chlamydospora..
J Med Vet Mycol, 28 (1990), pp. 275-278
[63]
Arrese JE, Pierard-Franchimont C, Pierard GE..
Onychomycosis and keratomycosis caused by Alternaria sp. A bipolar opportunistic infection in a wood-pulp worker on chronic steroid therapy..
Am J Dermatopathology, 18 (1996), pp. 611-613
[64]
Gianni C, Cerri A, Crosti C..
Ungual phaeohyphomycosis caused by Alternaria alternata..
Mycoses, 40 (1997), pp. 219-221
[65]
Wadhwani E, Srivastava AK..
Some cases of onychomycosis from North India in different working environments..
Mycopathologia, 92 (1985), pp. 149-155
[66]
Zaror L, Moreno M..
Onicomicosis por Aspergillus candidus..
Rev Arg Micol, 3 (1980), pp. 13-15
[67]
Zaben V..
Aspergillus candidus link als. Erreger einer Onychomykose..
Z Hant Geschlechtskrauk, 32 (1962), pp. 50-53
[68]
Schönborn C, Schmoranzer H..
Untersuchungen über Schimmelpilzinfektionen der Zehennägel..
Mykosen, 13 (1970), pp. 253-272
[69]
Batista AC, Maia HS, Alecrim IC..
Onicomicose produzida por Aspergillus clavato-nanicus, n. sp..
An Fac Méd Recife, 15 (1955), pp. 197-203
[70]
Bereston ES, KeiI H..
Onychomycosis due to Aspergillus flavus..
Arch Dermatol Syphilol, 44 (1941), pp. 420-425
[71]
Rosenthal SA, Stritzler E, Villafane J..
Onychomycosis caused by Aspergillus fumigatus..
Arch Dermatol, 97 (1968), pp. 685-687
[72]
Walshe MM, English MP..
Fungi in nails..
Br J Dermatol, 78 (1966), pp. 198-206
[73]
Grigoriu D, Grigoriu A..
Les onychomycoses..
Rev Med Suisse Romande, 95 (1975), pp. 839-849
[74]
Bereston ES, Waring WS..
Aspergillus infections of the nails..
Arch Dermatol Syphilol, 54 (1946), pp. 552-557
[75]
Tosti A, Piraccini BM..
Proximal subungual onychomycosis due to Aspergillus niger: report of two cases..
Br J Dermatol, 139 (1998), pp. 156-157
[76]
Fenilhade de Chauvin M, Biévre C..
Onyxis et perionyxis à Aspergillus sclerotiorum..
Bull Soc Fr Mycol Méd, 14 (1985), pp. 77-79
[77]
Barde AK, Singh SM..
Aspergillus sydowii infection of human nail..
Indian J Derm Leprol Venerol, 47 (1981), pp. 273-276
[78]
Achten G, Want-Rovard J, Wiame L, Van Hoof F..
Les onychomycoses à moisissures..
Dermatologica, 159 (1979), pp. 128-140
[79]
Wadhwani K, Srivastava AK..
Some cases of onychomycosis from North India in different working environments..
Mycopathologia, 92 (1985), pp. 149-155
[80]
Paldrok H, Hollstrom E..
Onychomycosis due tu Aspergillus terreus..
Acta Derm Venerol (Stockh), 29 (1952), pp. 255-260
[81]
Moore M, Weiss R..
Onychomycosis caused by Aspergillus terreus..
J Invest Dermatol, 11 (1948), pp. 215-223
[82]
Torres-Rodríguez JM, Balaguer-Meler J, Martínez AT, Antonell-Reixach J..
Onychomycosis due to Aspergillus versicolor group..
Mycoses, 31 (1988), pp. 579-583
[83]
Torres-Rodríguez JM, Madrenys-Brunet N, Sidat M, López-Jodra O, Jiménez T..
Aspergillus versicolor as cause of onichomycosis. Report of 12 cases and susceptibility testing fo antifungical drugs..
J Eur Acad Dermatol Venereol, 11 (1998), pp. 25-31
[84]
Dordain-Bigot ML, Baran R, Baixench MT, Bazex J..
Onychomycose a Fusarium..
Ann Dermatol Venereol, 123 (1996), pp. 191-193
[85]
Di Salvo AF, Fickling AM..
A case of nondermatophytic toe onychomycosis caused by Fusarium oxysporum..
Arch Dermatol, 116 (1980), pp. 699-700
[86]
Rush-Munro FM, Black H, Dingley JM..
Onychomycosis caused by Fusarium oxysporum..
Australas J Dermatol, 12 (1971), pp. 18-29
[87]
Zaias N..
Superficial white onychomycosis..
Sabouraudia, 5 (1966), pp. 99-103
[88]
Ritchie EH, Pinkerton ME..
Fusarium oxysporum infection of the nail..
Arch Dermatol, 79 (1959), pp. 705-708
[89]
Gianni C, Cerri A, Crosti C..
Unusual clinical features of fingernail infection by Fusarium oxysporum..
Mycoses, 40 (1997), pp. 455-459
[90]
Baran R, Tosti A, Piraccini BM..
Uncommon clinical patterns of Fusarium nail infection: report of three case..
Br J Dermatol, 136 (1997), pp. 424-427
[91]
Romano C, Miracco C, Difonzo EM..
Skin and nail infections due to Fusarium oxysporum in Tuscany, Italy..
Mycoses, 41 (1998), pp. 433-437
[92]
Luque A, Biasoli M, Álvarez D..
Aumento de la incidencia de micosis superficiales producidas por hongos del género Fusarium..
Rev Iberoam Micol, 12 (1995), pp. 65-67
[93]
Girmenia C, Arcese W, Micozzi A, Martino P, Bianco P, Morace G..
Onychomycosis as a possible origin of disseminated Fusarium solani infection in a patient with severe aplastic anemia..
Clin Infect Dis, 14 (1992), pp. 1167
[94]
López-Jodra O, Torres-Rodríguez JM..
Especies fúngicas poco comunes responsables de onicomicosis..
Rev Iberoam Micol, 16(Supl) (1999), pp. 11-15
[95]
Luque AG, Ramos L, Amigot SL..
Onicomicosis producida por Fusarium solani..
Rev Arg Micol, 12 (1989), pp. 22-24
[96]
Ramani R, Ramani A, Shivananda PG..
Penicillium species causing onychomycosis..
J Postgrad Med, 40 (1994), pp. 87-88
[97]
Krempl-Lamprech L..
Scopulariopsis-arten bei Onychomykosen..
Proc 2th Int Symp Med Mycol Poznan, 1967 (1970), pp. 45-86
[98]
Naidu J, Singh SM, Pouranik M..
Onychomycosis caused by Scopulariopsis brumptii. A case report and sensitivity studies..
Mycopathologia, 113 (1991), pp. 159-164
[99]
Piontelli E, Toro MA..
Comentarios biomorfológicos y clínicos sobre el género Scopulariopsis Bainier. Hialohifomicosis en uñas y piel..
II Bol Micol, 3 (1988), pp. 259-273
[100]
Microascus cinereus (Émile-Weil, Gaudin) Curzi, a human pathogen? Mycophatologia 1986; 96: 137-142.
[101]
De Vroey C, Lasagni A, Tossi E, Schroeder F, Song M..
Onychomycosis due to Microascus cirrosus (syn. M. desmosporus). Case report..
Mycoses, 35 (1992), pp. 7-8
[102]
Fragner P..
Mykoflora der Onychomykosen..
Mykosen, 9 (1996), pp. 29-34
[103]
Gugnani HC, Nzelibe JK, Osunkwo IC..
Onychomycosis due to Hendersonula toruloidea in Nigeria..
J Med Vet Mycol, 24 (1986), pp. 239-241
[104]
Gentles JC, Evans EGV..
Infections of the feet and nails with Hendersonula toruloidea..
Sabouraudia, 8 (1970), pp. 72-75
[105]
Campbell CK, Kurwa A, Abdel-Asiz AH, Hodgson C..
Fungal infection of skin and nails by Hendersonula toruloidea..
Br J Dermatol, 89 (1973), pp. 45-52
[106]
Hay RJ, Moore MK..
Clinical features of superficial fungal infections caused by Hendersonula toruloidea and Scytatidium hyalinum..
Br J Dermatol, 110 (1984), pp. 677-683
[107]
Borghi AL, Bracalenti BJC..
Onicomicosis por dematiacea (Hendersonula toruloidea)..
Rev Lat Am Microbiol, 28 (1986), pp. 63-66
[108]
Kurwa A, Campbell C..
Hendersonula toruloidea infection..
Br J Dermatol, 86 (1972), pp. 98-99
[109]
Abramson C..
Athlete's foot and anychomycosis caused by Hendersonula toruloidea..
Cutis, 46 (1990), pp. 128-132
[110]
Liony C, Joly P, Balguerie X, Fusade T, Lauret P..
Infection cutaneo-phanerienne par Hendersonula toruloidea..
Ann Dermatol Venereol, 120 (1993), pp. 226-228
[111]
Elewski BE..
Onychomychosis caused by Scytalidium dimidiatum..
J Am Acad Dermatol, 35 (1996), pp. 336-338
[112]
Frankel DH, Rippon JW..
Hendersonula toruloidea infection in man..
Mycopathologia, 105 (1989), pp. 175-186
[113]
Campbell CK, Mulder JL..
Skin and nail infection by Scytalidium hyalinum sp. nov..
Sabouraudia, 15 (1977), pp. 161-166
[114]
Skin and nail infections by nondermatophytic filamentous fungi. Mykosen 1978; 1; 128-132.
[115]
Moore MK, Del Palacio Hernanz A, López Gómez S..
Scytalidium hyalinum infection diagnosed in Spain..
Sabouraudia, 22 (1984), pp. 243-245
[116]
Peiris S, Moore MK, Marten RH..
Scytalidium hyalinum infection of skin and nails..
Br J Dermatol, 100 (1979), pp. 579-584
[117]
Moore MK..
The infection of human skin and nail by Scytalidium species..
Curr Top Med Mycol, 4 (1992), pp. 1-42
[118]
Maslen MM, Hogg GG..
Scytalidium hyalinum isolated from the toe nail of an Australian patient..
Australas J Dermatol, 33 (1992), pp. 165-168
[119]
Sigler L, Abbot SP, Woodgyer AJ..
New records of nail and skin infection dur to Onychocola canadensis and description of its teleomorph Arachnomyces nodosetosus sp. nov..
J Med Vet Mycol, 32 (1994), pp. 275-285
[120]
Koenig H, Ball C, de Bievre C..
First European cases of onychomycosis caused by Onychocola canadensis..
J Med Vet Mycol, 35 (1997), pp. 71-72
[121]
Campbell CK, Johnson EM, Warnock DW..
Nail infection caused by Onychocola canadensis: report of the first four British cases..
J Med Vet Mycol, 35 (1997), pp. 423-425
[122]
Gupta AK, Horgan-Bell CB, Summerbell RC..
Onychomycosis associated with Onychocola canadensis: ten case reports and a review of the literature..
J Am Acad Dermatol, 39 (1998), pp. 410-417
[123]
Sigler L, Congly H..
Toenail infection caused by Onychocola canadensis..
J Med Vet Mycol, 28 (1990), pp. 405-417
[124]
Cochet G..
Sur un noveau champignon arthrosporé (Arthrographis langeroni n. g, n. sp.) agent pathogéne d'une onychomycose humaine..
Ann Parasitol Hum Comp, 17 (1939), pp. 97-102
[125]
Ellis DH, Watson AB, Marley JE, Williams TG..
Non-dermatophytes in onychomycosis of the toenails..
Br J Dermatol, 136 (1997), pp. 490-493
[126]
Negroni R..
Drechslera cactivora, nuevo agente de micosis oportunista de las uñas..
Rev Arg Micol, 8 (1985), pp. 17-20
[127]
Restrepo A, Araugo M, Vélez H, Uribe L..
The isolation of Botryodiplodia theobromae from a nail lesion..
Sabouraudia, 14 (1976), pp. 1-4
[128]
Punithaligam E..
Sphaeropsidales in culture from humans..
Nova Hedwigia, 31 (1979), pp. 119-158
[129]
Pasarell L, Garcia MC.C, Baraquer F, McGinnis MR..
Keratitis caused by Lasiodiplodia theobromae: case report and review of the human pathogenic Sphaeropsidales..
Abstr Gen Meet ASM, 94 (1994), pp. 601
[130]
Borelli D..
Botryodiplodia theobromae agente de onicomicosis podal..
Rev lberoam Micol, 12 (1995), pp. 2-5
[131]
Stiller MJ, Rosenthal S, Summerbell RC, Pollack MS, Chan A..
Onychomycosis of the toenails caused by Chaetomium globosum..
J Am Acad Dermatol, 26 (1992), pp. 775-776
[132]
Naidu J, Singh SM, Pouranik M..
Onychomycosis caused by Chaetomium globosum Kunze..
Mycopathologia, 113 (1991), pp. 31-34
[133]
Barde AK, Singh SM..
Cladosporium carrionii Trejós 1954 infection of human nail..
Mykosen, 27 (1984), pp. 366-369
[134]
Badillet G, Biévre C, Spizajzen S..
Isolement de dématiées à partir d'ongles et de squames..
Bull Soc Fr Mycol Méd, 11 (1982), pp. 69-72
[135]
Barde AK, Singh SM..
A case of onychomycosis caused by Curvularia lunata (Wakker) Boedjin..
Mykosen, 26 (1983), pp. 311-316
[136]
Negroni R..
Curvularia lunata agente oportunista de onicomicosis de hallux..
Rev Arg Micol, 7 (1984), pp. 2-4
[137]
De Vroey C..
Sur quelques Ascomycètes isolés de lésions cutanées chez l'homme..
Bull Soc Fr Mycol Méd, 5 (1976), pp. 161-163
[138]
Fletcher CL, Hay RJ, Midgley G, Moore M..
Onychomycosis caused by infection with Paecilomyces lilacinus..
Br J Dermatol, 139 (1998), pp. 1133-1135
[139]
English MP, Harman EM, Turvey JWJ..
Pseudoeurotium ovalis in toenails. Some problems of mycological diagnosis of nails infections..
Br J Dermatol, 79 (1967), pp. 553-556
[140]
Gip L, Paldrok H..
Onychomycosis caused by Phyllostictina sydowii..
Acta Derm Venerol (Stockh), 47 (1967), pp. 186-189
[141]
English MP..
Infection of the fingernails by Pyrenochaeta unguis-hominis..
Br J Dermatol, 103 (1980), pp. 91-93
[142]
Punithalingam E, English MP..
Pyrenochaeta unguis-hominis sp. nov. on human toe-nails..
Trans Br Mycol Soc, 64 (1975), pp. 539-541
[143]
Wood GM, McCormack JG, Muir DB et al..
Clinical features of human infection with Scedosporium inflatum..
Clin Infect Dis, 14 (1992), pp. 1027-1033
[144]
Matsumoto T, Matsuda T, Padhye AA, Standard PG, Ajello L..
Fungal melanonychia: ungual phaeohyphomycosis caused by Wangiella dermatitidis..
Clin Exp Dermatol, 17 (1992), pp. 83-86
[145]
Buchner SA..
Therapy of nail mycoses..
Ther Umsch, 55 (1998), pp. 503-508
[146]
Gupta AK, Scher RK, De Donker P..
Current management of onychomycosis..
Dermatol Clin, 15 (1997), pp. 121-135
[147]
Poyner T..
Treating fungal nail infections..
Community Nurse, 2 (1996), pp. 39-41
[148]
Chiritescu MM, Chiritescu ME, Scher RK..
Newer systemic antifungal drugs for the treatment of onychomycosis..
Clin Podiatr Med Surg, 13 (1996), pp. 741-758
[149]
Katz HI..
Systemic antifungal agents used to treat onychomycosis..
J Am Acad Dermatol, 38 (1998), pp. 48-52
[150]
Grigoriu D, Delacrétaz J..
Les onychomycoses..
Med Hyg, 38 (1980), pp. 1589-1592
Opciones de artículo
es en pt

¿Es usted profesional sanitario apto para prescribir o dispensar medicamentos?

Are you a health professional able to prescribe or dispense drugs?

Você é um profissional de saúde habilitado a prescrever ou dispensar medicamentos