Sr. Director: Streptococcus agalactiae (estreptococo grupo B) es la principal causa de sepsis neonatal en España y en otros países desarrollados. En adultos estreptococo del grupo B están frecuentemente implicados en infecciones relacionadas con la gestación y el puerperio, corioamnionitis, endometritis, infección urinaria y sepsis puerperal1. Sin embargo, en los últimos años se observa un incremento de las infecciones por este microorganismo en ancianos y pacientes con factores predisponentes: diabetes mellitus, neoplasias, cirrosis, alcoholismo, insuficiencia cardíaca, insuficiencia renal crónica, úlceras de decúbito y tratamientos inmunodepresores1,2. Las manifestaciones clínicas más frecuentes de estas infecciones son: celulitis e infecciones de partes blandas, bacteriemias sin foco aparente e infecciones urinarias. Son infrecuentes los casos de endocarditis, meningitis, peritonitis, neumonías e infecciones oculares por estreptococo del grupo B, así como las infecciones osteoarticulares. Son excepcionales los casos descritos de infecciones del raquis por este microorganismo1-4. Presentamos un caso de osteomielitis vertebral por estreptococo del grupo B.
Varón de 69 años, con antecedentes de cáncer de laringe intervenido a los 60 años. Ingresó por dolor lumbar bajo de características inflamatorias, de 3 meses de evolución, sin otra clínica acompañante. El paciente estaba afebril y en la exploración refería dolor a la palpación en L5 y sacro. En el tacto rectal se apreció hipertrofia prostática. En la analítica destacaba VSG 109 mm/h, la cifra de leucocitos era 6.300/ µ l con fórmula normal. Los estudios serológicos, hemocultivos y urocultivo resultaron negativos. La intradermorreacción de Mantoux (2 UI RT-23) fue negativa, así como el cultivo de Löwenstein de orina. En la radiografía de columna lumbar se apreció borramiento de la línea interarticular L5-S1 y en la RMN lumbar (fig. 1) se confirmó afectación del disco L5-S1 y de la zona anterior de ambos cuerpos vertebrales, junto a la presencia de una masa prevertebral en L5-S2. Se realizó gammagrafía ósea con tecnecio 99 m, observándose captación anómala del trazador sólo en L5-S1. Se procedió a drenaje quirúrgico y en el material purulento se aisló S. agalactiae sensible a penicilina, ampicilina, cefalosporinas y ciprofloxacino. Se completó el estudio con ecocardiograma y pancolonoscopia, que resultaron normales. Se instauró tratamiento con amoxicilina-ácido clavulánico 875/125 mg/8 h v.o. y ciprofloxacino 500 mg/12 h v.o. durante 3 meses, siendo la evolución favorable con ausencia de secuelas funcionales. Se diagnosticó en la biopsia de próstata un adenocarcinoma para el que recibe hormonoterapia.
La espondilitis piógena es cada vez más frecuente en nuestro medio en relación con la mayor supervivencia de pacientes con enfermedades debilitantes de base, al mayor número de maniobras diagnósticas y terapéuticas agresivas y al uso de drogas por vía parenteral. El microorganismo implicado con mayor frecuencia es Staphylococcus aureus y destaca la importancia creciente de Escherichia coli y otros bacilos gramnegativos5. Son infrecuentes los casos de artritis sépticas por estreptococo del grupo B, en ocasiones descritos en cirróticos6,7, siendo excepcionales las espondilodiscitis por estos microorganismos8-10.
El aumento en la incidencia de infecciones por estreptococo del grupo B en adultos se ha relacionado con los factores antes descritos y también con un cambio en los serotipos prevalentes entre la población y con un mayor rendimiento de las técnicas microbiológicas1. Aunque el modo de transmisión y adquisición de la infección por estreptococo del grupo B en el adulto es desconocido, se asume que la penetración bacteriana ocurre desde sus reservorios en el tubo digestivo y el tracto genitourinario, en casos se relaciona con transmisión sexual, en otros enfermos se confirman lesiones de base como el adenocarcinoma de próstata de nuestro paciente2,4.
Hay una uniforme sensibilidad de estreptococos del grupo B a penicilina, pero son necesarios estudios controlados para definir la mayor eficacia de otros antibióticos en el tratamiento de estas infecciones. Un 4-5% de los pacientes con infecciones invasivas por estreptococo del grupo B presentan recurrencias después del episodio inicial, pese a recibir tratamiento antibiótico, a menudo en forma de endocarditis y/o osteomielitis. La osteomielitis vertebral tiene una elevada morbimortalidad y, asimismo, las infecciones invasivas por estreptococo del grupo B se asocian con una alta mortalidad por lo que es preciso una rápida identificación del proceso y del microorganismo causal para una adecuada antibioterapia1,2,4,9.