El género Candida puede causar infecciones oportunistas en el ser humano1, aunque solo algunas especies son patógenas. En el año 1995 se relacionó Candida dubliniensis (C. dubliniensis) con candidiasis orales en pacientes infectados por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH)2 y, en ocasiones, aparecían resistencias a fluconazol3; sin embargo, la ausencia de coinfección por VIH coincide con el incremento de aislamientos de C. dubliniensis procedentes de muestras de pacientes no infectados por VIH4. Existen pocos estudios acerca de la prevalencia de C. dubliniensis en España5, si bien se reconoce como un constituyente minoritario de la microbiota oral humana. Representa un 7% de las candidemias6 y se aísla en todo tipo de muestras clínicas, destacando la cavidad oral o la mucosa vaginal. Debido a su parecido fenotípico con Candida albicans (C. albicans) en medios cromógenos se han desarrollado sistemas más precisos de identificación, como la aglutinación con partículas de látex Bichro-Dubli® (Fumouze Diagnostics, Levallois-Perret, Francia), que permite diferenciar ambas especies de manera sencilla y ágil7.
Los objetivos de este estudio son determinar, prospectivamente, la prevalencia de C. dubliniensis entre las especies a priori identificadas como C. albicans en muestras clínicas procesadas en un hospital terciario de Madrid y valorar las diferencias con C. albicans en la sensibilidad in vitro a los antifúngicos más empleados.
Se analizaron las muestras remitidas, durante los meses de octubre a diciembre de 2009, al Servicio de Microbiología del Hospital Universitario La Paz, para cultivo de hongos. Se seleccionaron 129 cultivos consecutivos, procedentes de 100 pacientes, como aislamientos presuntivos de C. albicans/C. dubliniensis debido a la tonalidad verdosa de sus colonias en agar CHROMagar Candida (Tec-Laim S.A., España). De cada aislamiento se analizaron 3-5 colonias mediante aglutinación con látex Bichro-Dubli®. A todos los aislamientos identificados como C. dubliniensis, así como a los 2 de C. albicans clínicamente significativos (procedentes de hemocultivo y bilis) se les realizó estudio de sensibilidad frente a anfotericina B, anidulafungina, micafungina, caspofungina, posaconazol, voriconazol, itraconazol, fluconazol y 5-fluorocitosina, mediante el sistema Sensititre Yeast One® 09 (Trek Diagnostic Systems, Reino Unido). C. dubliniensis se identificó en 4 muestras respiratorias, procedentes de pacientes adultos derivados de diversas áreas hospitalarias y sin coinfección por VIH. Dichos aislamientos fueron sensibles a todos los antifúngicos analizados según criterios del Clinical and Laboratory Standard Institute (CLSI), presentando un rango de concentraciones mínimas inhibitorias frente a fluconazol de 0,125-1,0μg/mL. Entre las cepas estudiadas de C. albicans no se encontró una mayor tasa de resistencia a fluconazol, a diferencia de lo descrito por otros autores8; tampoco se hallaron diferencias de sensibilidad con otros aislamientos clínicos previos de C. dubliniensis no incluidos en el estudio (datos no publicados). La prevalencia observada de los aislamientos identificados previamente como C. albicans fue del 3% (IC 0,95-7,97), inferior a lo observado por otros autores, que hallaron una prevalencia de C. dubliniensis en candidemias del 7%. Sin embargo, en nuestra serie, no se pudo identificar ningún aislamiento en hemocultivo, todos provinieron de vías respiratorias y su papel fue probablemente más como colonizador que como verdadero patógeno.
La prevalencia de C. dubliniensis en España no es muy elevada y los aislamientos no mostraron diferencias de sensibilidad frente a los antifúngicos habituales en comparación con C. albicans. No obstante, se requieren más estudios para obtener conclusiones en este punto, dado el bajo número de especímenes analizados.
A Mercedes Durán y Rocío Hernando por su colaboración y apoyo en la realización del estudio.