Sr. Director: La incidencia de tuberculosis laríngea había ido disminuyendo desde la era preantibiótica a la antibiótica desde el 25 al 12%1,2. Sin embargo, en la última década ha vuelto a reaparecer3. La tuberculo sis en la esfera otorrinolaringológica (ORL) puede afectar faringe, laringe, ganglios cervicales, oído medio, senos paranasales, tráquea y glándulas salivales.
Presentamos un caso de tuberculosis laríngea que clínica y radiológicamente simulaba un tumor laríngeo3-7.
Varón de 44 años que presentaba disfonía sobre todo para líquidos y dificultad respiratoria. Fue remitido al hospital para traqueotomía por luz glótica insuficiente con sospecha de proceso expansivo laríngeo. Entre sus antecedentes personales no refería nada de interés. En la exploración del área otorrinolaringológica se apreció una tumoración de epiglotis, cara lingual y laríngea, repliegue aritenoepiglótico derecho y posterior, así como luz glótica insuficiente. El paciente ingresó en el servicio de ORL, realizándose traqueotomía reglada y posterior biopsia de tumoración laríngea. El estudio anatomopatológico de la biopsia laríngea fue compatible con mucosa respiratoria con inflamación granulomatosa tuberculoide. Ante este hallazgo se solicitaron radiografía de tórax, en las que se observó afectación de ambos pulmones, simétrica y difusa, de características intersticiales, reticular grosera, con áreas de panalización, y áreas de engrosamiento pleural bilateral, y baciloscopia de esputo, que fue positiva, observándose un moderado número de bacilos ácido-alcohol resistentes e instaurándose tratamiento específico con rifampicina, isoniazida y pirazinamida.
En la exploración física, destacaba un estado de caquexia importante, y el paciente estaba eupneico en reposo. En la auscultación pulmonar se apreciaron crepitantes aislados en las bases, con ventilación globalmente conservada.
Los resultados de la gasometría arterial fueron PO2, 43; PCO2, 50; pH, 7,44; SatO2, 79%; bicarbonato, 35. La hematimetría y bioquímica eran normales. No se le realizó serología de infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) por carecer de factores de riesgo.
Semanas después se aisló de dicha muestra Mycobacterium tuberculosis. Fue sensible a todos los antibióticos testados en el micobiograma, esto es, rifampicina, isoniazida, etambutol, estreptomicina y ácido paraminosalicílico. El tratamiento instaurado fue bien tolerado por el paciente.
Durante la hospitalización el paciente no presentó complicaciones significativas. Las baciloscopias de esputo tras 14 días de tratamiento fueron negativas. En el control ORL se observó mejoría de las lesiones laríngeas recomendándose un nuevo control. En el alta se mantuvo el tratamiento antituberculoso pautado y curas según indicaciones del servicio de ORL.
Tras el control de la enfermedad activa, se realizó microcirugía laríngea para corregir la disfonía.
Los hallazgos clínicos de la tuberculosis laríngea han cambiado desde su clásica descripción, pudiendo presentarse ahora a modo de carcinoma laríngeo, siendo la disfagia dolorosa un síntoma común. Es más frecuente en varones en una proporción según estudios desde 1,5:1 a 3:1 (varón: mujer)5. En relación con la edad de presentación, nuestro caso encaja mejor con las edades que se veían afectadas en el período de mayor incidencia de la tuberculosis laríngea, que en los últimos estudios se señalan en la quinta a sexta década de la vida como la época de mayor incidencia4. El primer síntoma que presentó nuestro paciente fue la disfonía, que se hizo crónica5. Éste es el síntoma más común de la mayoría de las series, además de la disfagia y la caquexia, y en la radiografía de tórax se aprecian evidencias de tuberculosis pulmonar y fibrosis pleural. Sin embargo, es destacable que, sobre todo en los pacientes con serología positiva para el VIH, aunque también según las series en hasta un 33% de no infectados3,4,6, el modo de presentación más frecuente es la afectación laríngea sin que se encuentre implicado el pulmón.
La localización epiglótica, rara vez observada en el pasado, se ha convertido en la actualidad en una de las más frecuentes3,7. En nuestro caso, la afectación laríngea parece relacionarse con una contaminación directa por el esputo infectado, aunque la teoría más actual en relación con el proceso patogénico implicado en los casos que manifiestan al principio sin afección pulmonar, cada día más frecuentes, parece ser la diseminación hematógena desde algún lugar del cuerpo o la tuberculosis laríngea primaria.
La tuberculosis laríngea, localización de tuberculosis más rara en la actualidad que en la era preantibiótica, sigue siendo una complicación de la tuberculosis pulmonar. Hoy día se ha de seguir pensando en ella, sobre todo en pacientes con disfonía y síntomas constitucionales concurrentes con o sin síntomas pulmonares y, como diagnóstico diferencial del tumor laríngeo. Como conclusión recomendaríamos la valoración constante en el contexto de enfermedad pulmonar simultánea con tumor laríngeo de una radiología torácica y el estudio microbiológico del esputo.