En la práctica clínica habitual, son frecuentes los pacientes ingresados que precisando tratamiento antibiótico refieren ser alérgicos o que durante su administración presentan un evento de posible origen alérgico. Aunque no disponemos de datos sobre su incidencia real, hay estudios que indican que tanto en niños como en adultos (en la población general), la prevalencia de reacciones de hipersensibilidad a antibióticos oscila desde el 1 hasta el 10%1,2. Nuestro objetivo es evaluar la prevalencia de pacientes alérgicos a antibióticos en nuestro hospital de tercer nivel, conocer los principales antibióticos implicados y el porcentaje de pacientes que pudieron recibir finalmente el antibiótico adecuado. Para ello se realizó un estudio retrospectivo en nuestro hospital de tercer nivel, en el que se incluyeron todas las interconsultas recibidas por el servicio de alergología durante los años 2016 y 2017 correspondientes a alergia a antibióticos. Además, se recogió el seguimiento en consultas externas de alergología de aquellos pacientes en los que se estimó necesario tras el alta hospitalaria.
Se realizaron un total de 222 interconsultas (49,5% varones y 50,5% mujeres, media de edad: 63,9 años). De ellos, 108 pacientes (48,6%) refirieron antecedentes de alergia al ingreso, de los que solo 27 pacientes (25%) aportaron estudio alergológico previo. Las manifestaciones fueron fundamentalmente cutáneas (75%), seguidas de anafilaxia (1,8%), DRESS (0,9%) y el resto no recordó/no supo identificar la reacción. El principal grupo antibiótico implicado fueron los betalactámicos (83,3%), principalmente penicilinas, seguido de aminoglucósidos, quinolonas, cotrimoxazol y sulfamidas. Por otro lado, 165 interconsultas (74,3%) procedían de pacientes que presentaron cuadro sospechoso de alergia durante el ingreso hospitalario, solicitando valoración al servicio de alergología. Nuevamente los betalactámicos fueron los principales implicados. En 64 pacientes se descartó alergia mediante estudio alergológico. El estudio realizado consistió en una anamnesis dirigida, realización de pruebas cutáneas y test de provocación oral en aquellos pacientes en los que se consideró necesario. En 46 de ellos se pudo administrar finalmente el fármaco prohibido, tal y como se detalla en la tabla 1. Finalmente, al alta hospitalaria se propuso estudio diferido en 188 pacientes (84,6%), de los que acudieron a consulta 84 (44,6%). En este grupo se descartó alergia en 35 pacientes (41,6%) y se demostró en 21 pacientes (25%) siendo nuevamente los betalactámicos los más frecuentemente implicados. Hubo 19 estudios no concluyentes (22,6%) y 9 continúan en estudio (10,7%).
Antibióticos sospechosos de cuadro alérgico durante el ingreso hospitalario
Antibiótico/s implicado/s | Pacientes con sospecha de cuadro alérgico (N=165) | Pacientes que recibieron el antibiótico tras descartar alergia (N=46) (%) | |
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Número de pacientes | Porcentaje por grupo de antibiótico (%) | ||
Penicilinas | 18 | 131 (79,4) | 44 (33,6) |
Penicilinas + inhibidores de betalactamasas | 56 | ||
Cefalosporinas | 27 | ||
Meropenem | 25 | ||
Aztreonam | 5 | ||
Quinolonas | 32 | 19,3 | 2 (6,2) |
Aminoglucósidos | 4 | 2,4 | — |
Cotrimoxazol | 9 | 5,4 | — |
Vancomicina | 12 | 7,2 | — |
Clindamicina | 7 | 4,2 | — |
En nuestra revisión, la mitad de las interconsultas realizadas fueron por pacientes que referían antecedentes de alergia a antibióticos. El principal grupo implicado y las manifestaciones referidas coinciden con lo descrito en la literatura2 (fundamentalmente betalactámicos y manifestaciones cutáneas) y la gran mayoría no aportaba estudios alergológicos previos. Una anamnesis detallada, en la que se interrogue al paciente por la sintomatología, posibles factores concomitantes y circunstancias acompañantes del suceso previo, es fundamental para descartar un cuadro alérgico de otras entidades clínicas. En muchas ocasiones, una historia clínica detallada es suficiente para orientarnos hacia una intolerancia o efecto adverso del fármaco, más que hacia un cuadro alérgico. Registrar una falsa alergia a un antibiótico en la historia clínica de un paciente puede llevar a la prescripción de otros fármacos más costosos o no tan eficaces3–6. La administración de betalactámicos, principal grupo implicado en sospechas de alergia en nuestros pacientes ingresados, fue finalmente posible en la mayoría de ellos tras el estudio por el servicio de alergología7. Igualmente, el estudio ambulante también permitió descartar alergia en un porcentaje importante de pacientes. Posibles limitaciones de este estudio son su carácter retrospectivo y, que al valorar pacientes hospitalizados, la alergia ha podido estar sobreestimada debido a las propias comorbilidades del paciente y la polimedicación por el riesgo de interacciones medicamentosas que conlleva.
En conclusión, una anamnesis detallada al paciente junto con la valoración por el servicio de alergología, son fundamentales para confirmar o descartar alergia a un grupo antibiótico, permitiéndonos en la mayoría de los casos su uso posterior y evitar la administración de tratamientos más costosos y menos óptimos.