Ayllón et al.1 publican un interesante manuscrito sobre la necesidad imperiosa de reestructurar las salas de espera de las unidades de cuidados intensivos (UCI), así como reconsiderar las horas de visita y el número de visitantes, otorgando más flexibilidad, todo esto con el objetivo de dar un trato más humano y ético, permitiendo disminuir la angustia y el estrés que los familiares generan en el momento de tener un paciente en un área crítica. Tradicionalmente los hospitales son lugares fríos, donde se percibe el dolor y el trato puede ser distante, excesivamente formal y en ocasiones rudo. La reseña de los autores permite hacer una reflexión necesaria de ir modificando paulatinamente las formas y usos de socialización en la relación médico-familiares y en la relación enfermera-familiares, esta última generalmente supera a la primera. Es importante considerar que en los países latinos a diferencia de los europeos y de Norteamérica en donde el número de familiares no es alto e inclusive se evalúa la visita de mascotas2, en este hemisferio se tiene que tener un control de las visitas, ya que estas logran ser numéricamente altas, lo que obliga a abrir las puertas de una forma escalonada y más pausada que en otras entidades geográficas.
Información de la revista
Vol. 26. Núm. 3.
Páginas 120 (julio - septiembre 2015)
Vol. 26. Núm. 3.
Páginas 120 (julio - septiembre 2015)
Carta al Director
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Abrir las puertas de la UCI: pero paso a paso
Opening the ICU doors. But step by step
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J.L. Sandoval-Gutiérrez
Departamento de Áreas Críticas, Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, Tlalpan, México D.F., México
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