Medir la intensidad de colaboración interprofesional (ICP) en enfermeras de una unidad de cuidados intensivos (UCI) de un hospital de tercer nivel; comprobar diferencias entre las dimensiones de la escala Intensidad de la Colaboración Interprofesional (ICP), e identificar la influencia de variables personales en la ICP.
MétodoEstudio descriptivo transversal realizado con 63 enfermeras de cuidados intensivos seleccionadas mediante muestreo aleatorio simple. Variables explicativas: edad, sexo, años de experiencia en enfermería, años de experiencia en cuidados críticos, jornada laboral y turno de trabajo; variable resultado: ICP. La ICP se midió mediante el cuestionario «Intensidad de la Colaboración Interprofesional». Se realizó análisis estadístico descriptivo y bivariante (ICP y sus dimensiones con variables explicativas).
ResultadosEl 73,8% fueron mujeres, con una edad media de 46,54 (±6,076) años. La media de años de experiencia en enfermería y en cuidados críticos fue de 23,03 (±6,24) y de 14,25 (±8,532), respectivamente. El 77% tenían una jornada completa y el 95,1%, turno rotatorio. El 62,3% tuvieron valores de ICP media. Se encontró asociación estadísticamente significativa (p<0,05) entre ICP (puntuación global) y apreciación global con años de experiencia en cuidados críticos.
ConclusionesEl estudio muestra niveles medios de ICP; las enfermeras con menos experiencia en cuidados críticos son las que puntúan más alto la ICP global y su dimensión de apreciación global.
To measure the intensity of interprofessional collaboration (IPC) in nurses of an intensive care unit (ICU) at a tertiary hospital, to check differences between the dimensions of the Intensity of Interprofessional Collaboration Questionnaire, and to identify the influence of personal variables.
MethodA cross-sectional descriptive study was conducted with 63 intensive care nurses selected by simple random sampling. Explanatory variables: age, sex, years of experience in nursing, years of experience in critical care, workday type and work shift type; variable of outcome: IPC. The IPC was measured by: Intensity of Interprofessional Collaboration Questionnaire. Descriptive and bivariate statistical analysis (IPC and its dimensions with explanatory variables).
Results73.8% were women, with a mean age of 46.54 (±6.076) years. The average years experience in nursing and critical care was 23.03 (±6.24) and 14.25 (±8.532), respectively. 77% had a full time and 95.1% had a rotating shift. 62.3% obtained average IPC values. Statistically significant differences were found (P<.05) between IPC (overall score) and overall assessment with years of experience in critical care.
ConclusionsThis study shows average levels of IPC; the nurses with less experience in critical care obtained higher IPC and overall assessment scores.
En los últimos años los pacientes presentan necesidades de gran complejidad, lo que conlleva que ningún profesional pueda satisfacerlas por sí solo. Por ello, la colaboración interprofesional se ha convertido en una herramienta imprescindible para los sistemas sanitarios actuales.
Este estudio revela niveles medios de intensidad de colaboración interprofesional entre enfermeras de una unidad de cuidados intensivos, detectando posibles debilidades y, por tanto, mejoras en la colaboración interprofesional.
Implicaciones del estudioEste estudio ha permitido detectar los componentes relacionados con la colaboración interprofesional que necesitan una mayor atención por parte de los profesionales sanitarios para conseguir una mejora en el trabajo colaborativo. Mejorar estos niveles de colaboración podría mejorar los resultados en salud de los pacientes, el trabajo en equipo de los profesionales y, en definitiva, el sistema sanitario en su conjunto. Es esencial seguir investigando sobre este tema, ya que la literatura muestra resultados positivos relacionados con la colaboración interprofesional en el medio sanitario.
En la actualidad, las necesidades de salud de los pacientes se han vuelto tan complejas1 que ningún profesional las puede satisfacer todas2, convirtiendo el trabajo colaborativo en una meta inaplazable para los sistemas sanitarios.
Pero más allá de su carácter necesario, la colaboración interprofesional ha demostrado ser una herramienta fundamental para lograr una atención de salud eficaz y eficiente1, pues permite mejorar los resultados en salud y fortalecer el sistema sanitario3, a la vez que fomenta la coordinación planificada de la atención4 y ayuda a los profesionales a desarrollar su trabajo y a abordar los problemas de forma más positiva3. Muchos policymakers la han señalado como una de las formas más efectivas de enfrentarse a la complejidad de la atención a la salud3.
No obstante, trabajar de forma colaborativa no es fácil1. Existen importantes barreras que dificultan la colaboración entre profesionales: problemas de comunicación entre profesionales5-12, el desconocimiento de las funciones y responsabilidades profesionales del otro5-7,12-14, el poder y la jerarquía5,6,13-16, la falta de confianza (en el otro)5,6 e incluso la falta de respeto5,6,8. Para superar estas barreras es especialmente importante la implantación real de reuniones interprofesionales2,5,10,17,18, pues la ausencia, real o de facto, de algunos colectivos en estas reuniones (en las que se decide la atención al paciente) es todavía frecuente6,7,15. Pero, además, no solo basta con la existencia de este tipo de reuniones. Es necesario que los reunidos valoren las aportaciones que cada profesional hace a la salud del paciente9, y que no sea una mera superposición de profesionales unidos en un mismo medio sin apenas interacción entre ellos3.
La necesidad de un cambio en las formas colaboración institucionalizadas por parte de todos los miembros del equipo se convierte, por tanto, en un elemento clave para una atención de salud eficaz y eficiente. Sin embargo, algunos autores señalaron que la percepción de colaboración interprofesional puede ser muy diferente para los diferentes miembros del equipo19. Mientras que los médicos puntúan más alto la calidad de la colaboración que las enfermeras5, estas sienten que no son escuchadas por otros profesionales, en particular por los médicos, y les frustra no poder participar en las reuniones interprofesionales de forma activa15. Las enfermeras llegan incluso a percibir la colaboración interprofesional como un factor de estrés adicional10.
Estas diferencias en percepción de la colaboración interprofesional también se observan si comparamos los diferentes entornos de práctica clínica. Las enfermeras de atención primaria (entornos comunitarios) están satisfechas con la interacción y cooperación con sus compañeros, pues se sienten implicadas en la planificación y en la toma de decisiones sobre la atención del paciente7,20. Sin embargo, las enfermeras que trabajan en equipos de hospitalización describen su labor como una simple ejecución de órdenes y procedimientos7; y esto sucede incluso en unidades de cuidados intensivos (UCI), a pesar de que la colaboración interprofesional en estas unidades resulte esencial para hacer frente a la complejidad de cuidados que exigen estos pacientes17.
En este sentido, Nathanson et al.19 informan que, a pesar de que médicos y enfermeras de la UCI reconocen que la responsabilidad en la toma de decisiones no es compartida, las enfermeras ven en ello una prueba de la falta de colaboración, mientras que los médicos se muestran satisfechos con la situación.
Otro dato relevante es aportado por Johnson y Kring12: las enfermeras creen que los médicos no conocen en qué consiste su trabajo, y se quejan del comportamiento de estos. Y ello a pesar de que el 75% de las enfermeras de la UCI participantes decían intervenir en reuniones interprofesionales con los médicos.
No obstante, la revisión de Tang et al.5 (2013) señala que la mayoría de investigaciones en este contexto se han realizado en Estados Unidos, por lo que se desconocen las diferencias culturales, sociales y del propio sistema sanitario en otros entornos. De ahí que nos planteáramos este estudio con el objetivo de conocer la intensidad de colaboración interprofesional (ICP) de las enfermeras en el entorno de una UCI del sur de España, utilizando para ello la escala Intensidad de la colaboración entre los profesionales de la salud validada y adaptada transculturalmente al castellano por San Martín-Rodríguez et al.21.
Así, el presente estudio tiene como objetivo general:
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Medir la intensidad de la colaboración interprofesional (ICP) en enfermeras de una unidad de cuidados intensivos (UCI) de un hospital de tercer nivel.
Los objetivos específicos del estudio son:
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Comprobar diferencias entre las dimensiones que componen la escala Intensidad de la Colaboración Interprofesional.
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Identificar la influencia de variables personales (sociodemográficas y relacionadas con el puesto de trabajo) en la ICP y sus dimensiones.
Estudio observacional descriptivo transversal.
ÁmbitoEl estudio se realizó en la UCI de un hospital de tercer nivel del sur de España, entre los meses de noviembre de 2015 y junio de 2016. Se trata de una UCI polivalente de 32 camas distribuidas en 5 módulos (área del corazón, trasplantes, neurotrauma y 2 módulos de polivalentes, 1 y 2).
SujetosLa población de estudio fueron las 95 enfermeras que trabajaban en ese momento en la UCI y que contaban con al menos 6meses de experiencia en el servicio. Se excluyeron las enfermeras con funciones de gestión.
El tamaño de la muestra se calculó para una población infinita, con una desviación típica de 6,84 (Bengoechea Calpe et al.22), una imprecisión máxima de 1,7 y un nivel de confianza del 95%, resultando un total de 63 sujetos muestrales. Para la selección de las enfermeras se realizó un muestreo aleatorio simple sobre el listado de enfermeras del servicio (que cumplieron los criterios de inclusión).
Variables e instrumento de medidaLa intensidad de colaboración fue medida mediante el cuestionario autoadministrado Intensité de la Collaboration Interprofessionnelle (ICP), desarrollado por Sicotte et al.23, y traducido y validado al castellano por San Martin-Rodríguez et al.21. La herramienta validada al castellano consta de 16 ítems (siendo eliminados 2 ítems del cuestionario original), que son evaluados por una escala Likert de 5 puntos, siendo la puntuación mínima de 16 y la máxima de 80 (fig. 1). A diferencia de la herramienta original, este instrumento sugiere la existencia de 4 factores, añadiendo a los 2 originales («coordinación» y «grado en el que las actividades clínicas están compartidas» [GACC]) la «opinión sobre la percepción de los pacientes» (OPP) y la «apreciación global» (Ap.Global). Estos 4 factores explican el 61,47% de la varianza total. En cuanto al análisis de la consistencia interna de la versión española, ha mostrado un α de Cronbach de 0,907. Los ítems correspondientes a cada dimensión de la versión validada al castellano pueden verse en la tabla 1.
Escala Intensidad de la Colaboración entre los Profesionales de la Salud (ICPS)21.
Ítems por dimensiones del cuestionario
Dimensiones | Ítems |
---|---|
Coordinación | B3, B5, B6, B7, B8 |
OPP | B4, B16 |
GACC | B10, B11, B12, B13, B14, B15 |
Ap.Global | B1, B2, B9 |
Ap.Global: apreciación global; GACC: grado en el que las actividades clínicas son compartidas; OPP: opinión sobre la percepción de los pacientes.
La estratificación de la puntuación de la colaboración ha seguido los niveles creados por Bengoechea Calpe et al.22. Según estos autores se considera ICP alta entre 80-60 puntos, ICP media entre 59,99-38 puntos, e ICP baja entre 37,99-16 puntos. Según este mismo criterio, las dimensiones, quedan estructuradas de la siguiente forma:
- •
Coordinación: alta entre 25-19 puntos, media entre 18,99-12 puntos y baja entre 11,99-5 puntos.
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Opinión sobre la percepción de los pacientes: alta entre 10-8 puntos, media entre 7,99-5 puntos y baja entre 4,99-2 puntos.
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Grado en el que las actividades clínicas están compartidas: alto entre 30-22 puntos, medio entre 21,99-14 puntos y bajo entre 13,99-6 puntos.
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Apreciación global: alta entre 15-11 puntos, media entre 10,99-7 puntos y baja entre 6,99-3 puntos.
Otras variables de estudio fueron: edad, sexo, años de experiencia de trabajo en enfermería, años de experiencia de trabajo en cuidados críticos, tipo de jornada laboral (completa, media jornada, jornada por horas, otros) y turno de trabajo (rotatorio, turno fijo —mañana, tarde, noche—, otros).
Debido al escaso número de casos de algunas categorías de las variables tipo de jornada laboral y turno de trabajo, se recodificaron como variables dicotómicas: completa y otros, en el primer caso; rotatorio y otros, en el segundo.
Además, para mejorar su comparabilidad con el estudio de Bengoechea Calpe et al.22 se recodificaron las variables cuantitativas continuas en 4 grupos en función de los cuartiles de las variables: edad (rango 1 [35-42], rango 2 [43-47], rango 3 [48-51] y rango 4 [52-62]), años de experiencia de trabajo en enfermería (rango 1 [9-20], rango 2 [21-23], rango 3 [24-27] y rango 4 [28-42]) y años de experiencia de trabajo en cuidados críticos (rango 1 [1-8], rango 2 [9-12], rango 3 [13-21,5] y rango 4 [21,6-40]).
Recogida de datosEl cuestionario fue entregado en mano y recogido en sobre cerrado por la investigadora principal, previa solicitud de su participación mediante consentimiento informado tanto verbal como escrito. El plazo para la recogida de datos fue de 10días, desde el 4 de mayo de 2016 hasta el 13 de mayo de 2016 en el servicio de cuidados intensivos estudiado.
Análisis de los datosSe realizó un análisis descriptivo univariante de las variables sociodemográficas y del cuestionario ICP (sus 4 dimensiones y los ítems que las componen) con frecuencias, medias y desviación estándar.
A continuación se comprobó si las variables resultado se distribuían normalmente en los diferentes grupos estratificados mediante la prueba de Shapiro-Wilk, utilizándose pruebas paramétricas y no paramétricas en función de los resultados de la prueba de normalidad.
Posteriormente se analizó la relación existente entre el resultado de la ICP y sus dimensiones (como variables cuantitativas) con respecto a las variables dicotomizadas utilizando la prueba t de Student y la prueba U de Mann-Whitney según si se distribuyeron normalmente o no.
Por otro lado, para analizar la relación existente de la ICP y sus dimensiones (como variables cuantitativas), en relación a los grupos definidos por cuartiles se utilizó el análisis de varianza simple, con prueba post hoc Least Significant Difference (LSD: mínima diferencia significativa), y como prueba no paramétrica la prueba de Kruskal-Wallis, con posteriores pruebas U de Mann-Whitney dos a dos, realizando por último un ajuste de los valores de p mediante el ajuste de Finner (programa WinPepi versión 11.62).
El intervalo de confianza definido, en todos los casos, fue del 95%. El paquete estadístico utilizado fue SPSS Statistics v.23.
Consideraciones éticasEsta investigación cumple con la legislación vigente en materia de protección de datos de carácter personal y el marco regulador de referencia para el desarrollo de proyectos de Investigación en España y la Unión Europea. En todo momento se mantuvieron las normas de buena práctica clínica y los principios éticos establecidos para la investigación en seres humanos en la Declaración de Helsinki y sus revisiones posteriores.
El protocolo del estudio fue aprobado por el Comité de Ética de la Investigación de la provincia.
ResultadosVariables sociodemográficasDe las 95 enfermeras que trabajaban en la UCI, participaron en el estudio 63. Se excluyeron 2 casos por falta de información. De los 61 profesionales de enfermería incluidos, un 73,8% (45) fueron mujeres con una edad media de 46,54 (±6,076) años. El tiempo medio de experiencia laboral en enfermería fue de 23,03 (±6,2) años, y en la UCI fue de 14,25 (±8,532) años.
Un 77% (47) de los profesionales tenían una jornada laboral completa y un 95,1% (58) tenían un turno de trabajo rotatorio.
Escala Intensidad de la Colaboración entre los Profesionales de la Salud (ICPS)En la tabla 2 se pueden ver reflejadas las puntuaciones medias obtenidas en el cuestionario de Intensidad de colaboración interprofesional, tanto en la puntuación global de la ICP, así como en las 4 dimensiones que lo componen.
Resultados de intensidad de colaboración profesional y dimensiones
Variable | Nivel | Frecuencia (%) | Media (DE) |
---|---|---|---|
ICP | Alta ICP | 17 (27,9) | 52,61 (10,546) |
Media ICP | 38 (62,3) | ||
Baja ICP | 6 (9,8) | ||
Coordinación | Alta Coordinación | 16 (26,2) | 15,23 (4,24) |
Media Coordinación | 32 (52,5) | ||
Baja Coordinación | 13 (21,3) | ||
OPP | Alta OPP | 32 (52,5) | 7,57 (1,217) |
Media OPP | 28 (45,9) | ||
Baja OPP | 1 (1,6) | ||
GACC | Alta GACC | 27 (44,3) | 20,10 (4,512) |
Media GACC | 31 (50,8) | ||
Baja GACC | 3 (4,9) | ||
Ap.Global | Alta Ap.Global | 22 (36,1) | 9,70 (2,326) |
Media Ap.Global | 34 (55,7) | ||
Baja Ap.Global | 5 (8,2) |
Ap.Global: apreciación global; DE: desviación estándar; GACC: grado en el que las actividades clínicas son compartidas; ICP: Intensidad de la colaboración interprofesional; OPP: opinión sobre la percepción de los pacientes.
La puntuación global de la ICP presenta un valor de la media de 52,61 (±10,546), lo que se corresponde a un nivel de ICP medio. Solo un 27,9% de los participantes mostraron valores de ICP altos.
Respecto a las dimensiones que constituyen el cuestionario, la Ap.Global y la coordinación son las que han obtenido los niveles más bajos de colaboración. En ambas dimensiones, menos del 40% de los participantes las clasificaron con niveles altos de colaboración, 22 (36,1%) Ap.Global alta, y 16 (26,2%), coordinación alta (tabla 2).
Además, dentro de estas 2 dimensiones se encuentran los ítems con puntuaciones medias más bajas, por debajo de 3. Estos ítems son: B1 (Ap.Global): «Indique en qué medida las relaciones de trabajo entre los profesionales del equipo están muy jerarquizadas o muy igualadas», y B7 (coordinación): «En el funcionamiento diario del equipo ¿cómo se integran las actividades de colaboración entre los distintos profesionales del equipo? (p.ej., sesiones comunes, pases de visita comunes, etc.)». (tabla 3).
Puntuaciones medias de los ítems del cuestionario
Dimensiones | Ítems | Media (DE) |
---|---|---|
Coordinación | B3. ¿En qué medida los distintos grupos de profesionales del equipo se esfuerzan en evitar conflictos en cuanto al reparto de actividades y de responsabilidades? | 3,16 (1,02) |
B5. ¿Cómo se comparten las responsabilidades entre los distintos profesionales que forman el equipo? | 3,31 (1,03) | |
B6. En general, ¿cómo se establece el plan diario de trabajo en común de los profesionales del equipo? | 3,13 (1,07) | |
B7. En el funcionamiento diario del equipo, ¿cómo se integran las actividades de colaboración entre los distintos profesionales del equipo? (p. ej., sesiones comunes, pases de visita comunes, etc.) | 2,46 (0,99) | |
B8. ¿Cómo se coordinan las distintas actividades que realizan los profesionales del equipo sobre un mismo paciente? | 3,16 (0,95) | |
OPP | B4. ¿Cómo cree usted que los pacientes califican la colaboración entre los diferentes profesionales del equipo que les atiende? | 3,75 (0,67) |
B16. ¿Cree usted que los pacientes consideran que los profesionales que les atienden realizan su trabajo de forma adecuada, sin perjudicarse mutuamente? | 3,82 (0,76) | |
GACC | B10. Los profesionales del equipo tienen en cuenta los datos recogidos por los otros grupos profesionales | 3,46 (1,10) |
B11. Los profesionales del equipo toleran fácilmente la existencia de actividades cuya responsabilidad de llevarlas a cabo no está definida claramente | 2,97 (0,84) | |
B12. Los profesionales del equipo colaboran entre ellos para elaborar un plan común de intervención | 3 (1,06) | |
B13. Cuando es necesario, los distintos grupos de profesionales del equipo se piden apoyo profesional (consejo, opinión, etc.) entre ellos | 3,34 (0,98) | |
B14. Los profesionales del equipo intercambian entre ellos información relativa a un mismo paciente | 3,72 (0,88) | |
B15. Los profesionales del equipo cooperan entre ellos para asegurar el seguimiento del paciente | 3,61 (0,82) | |
Ap.Global | B1. Indique en qué medida las relaciones de trabajo entre los profesionales del equipo están muy jerarquizadas o muy igualadas | 2,61 (0,95) |
B2. Indique el grado de colaboración que hay entre los profesionales del equipo | 3,46 (0,96) | |
B9. Los profesionales del equipo tienen en cuenta el conjunto de necesidades de los pacientes, es decir las necesidades físicas, psicológicas, sociales, etc. | 3,64 (1,02) |
Ap.Global: apreciación global; DE: desviación estándar; GACC: grado en el que las actividades clínicas son compartidas; OPP: opinión sobre la percepción de los pacientes.
De todas las variables independientes recogidas a lo largo del estudio, tan solo la variable «años de experiencia de trabajo en cuidados críticos» ha mostrado diferencias significativas con respecto a la ICP y las dimensiones de coordinación y Ap.Global.
Intensidad de colaboración interprofesional/Años de experiencia de trabajo en cuidados críticosAl comparar la puntuación de ICP global con los 4 rangos de la variable «años de experiencia de trabajo en cuidados críticos» se observaron diferencias significativas (p=0,050). En el análisis a posteriori se encontraron diferencias significativas entre el rango 1 frente al rango 2 (p=0,011), y en el rango 1 frente al rango 4 (p=0,047).
Ap.Global/Años de experiencia de trabajo en cuidados críticosEn cuanto a la comparativa entre los 4 rangos de la variable «años de experiencia de trabajo en cuidados críticos» con respecto a la Ap.Global, se obtuvieron diferencias significativas (p=0,050), comparando el rango 1 frente al rango 2 (p=0,008) y el rango 1 frente al rango 4 (p=0,045).
Coordinación/Años de experiencia de trabajo en cuidados críticosAl comparar la coordinación con los rangos de la variable «años de experiencia en cuidados críticos» se obtuvieron diferencias estadísticamente significativas (p=0,032). Sin embargo, la significación se perdió al realizar un ajuste de los valores de p por múltiples comparaciones.
DiscusiónLos resultados del estudio muestran un nivel de colaboración medio que señala deficiencias en la colaboración interprofesional.
Estos resultados son bastante más bajos, que los informados por Bengoechea Calpe et al.22, donde la ICP era alta 61,68 (±6,84), según la clasificación realizada previamente en ese mismo estudio. Esta diferencia se puede deber a que los participantes de nuestro estudio poseen, aproximadamente de media, una edad 11años superior a la de Bengoechea Calpe et al.22, lo que podría dificultar las relaciones de trabajo colaborativas debido a las diferencias generacionales, tal y como afirman Moore y Prentice14.
Si atendemos a las dimensiones que componen la escala, se observa que los participantes han puntuado más alto la OPP y el GACC. Por tanto, parece que son las dimensiones coordinación y Ap.Global las principales causantes de los valores medios de la ICP.
Como en el caso de las puntuaciones globales, las puntuaciones de nuestro estudio en cada una de las dimensiones del cuestionario han sido más bajas que las obtenidas en el estudio de Bengoechea Calpe et al.22.
En concreto, destaca la preocupación de los participantes por los 2 grandes temas tratados en los ítems peor valorados: la integración de actividades colaborativas (como las sesiones comunes) y las relaciones de trabajo jerarquizadas, lo que muestra el interés de los profesionales de UCI por integrar en el trabajo diario actividades colaborativas comunes entre las distintas profesiones y por poseer, dentro del equipo de trabajo sanitario, unas relaciones profesionales más igualitarias.
Respecto a la preocupación por la integración de actividades colaborativas en el trabajo diario, nuestros resultados coinciden con estudios anteriores que informan que a pesar de realizarse reuniones profesionales, estas reuniones no suelen contar con el total de las profesiones que conformaban los equipos de trabajo24, sino que suelen ser reuniones uniprofesionales, segmentadas por tipos de profesión25, lo que dificulta las interacciones colaborativas positivas entre los miembros del equipo24.
A este respecto, el estudio de Alexanian et al.15 destaca que en las UCI estudiadas el trabajo en equipo se realizaba de forma uniprofesional, siendo los médicos los responsables de la toma de decisiones, mientras que el resto de profesionales solamente participaban aportando información específica de su profesión cuando les era requerida.
De resultados similares informan Reeves et al.25, con médicos y enfermeras (de UCI) que trabajan de forma separada y solo interactúan entre sí con interacciones cortas y fortuitas, para resolver alguna consulta clínica. En este mismo estudio, Reeves et al.25 también destacan el segundo de los grandes temas de preocupación encontrados en el nuestro: las relaciones jerarquizadas. Según estos autores, no solo las interacciones son pocas sino que, además, las discusiones interprofesionales están marcadas por la tradicional jerarquía médica sobre el resto de las profesiones sanitarias25.
Este mismo juicio aparece en el estudio de Johnson y Kring12, que informa que las enfermeras de su estudio, a pesar de sentir que los médicos respetaban sus decisiones y de calificar las relaciones enfermera-médico como satisfactorias, señalaban sentirse subordinadas a los médicos.
Sin embargo, en contraposición a todo lo comentado anteriormente, a la falta de actividades colaborativas conjuntas y a la existencia de unas relaciones de trabajo jerarquizadas, también se encuentran en la literatura voces disonantes, puesto que en el estudio de Egerod et al.26 las enfermeras de la UCI comunicaron que la toma de decisiones se realizaba de forma interprofesional, y que estas se llevaron a cabo durante reuniones colaborativas.
Si nos centramos ahora en las relaciones encontradas entre los valores generales de la ICP y la Ap.Global y los años de experiencia en cuidados críticos, los participantes con menos años de experiencia de trabajo en UCI sienten que los niveles de colaboración interprofesional, en general, son adecuados, en contraposición a como lo ven los trabajadores con más experiencia. Estos resultados coinciden con los de Bengoechea Calpe et al.22, que al relacionar la ICP con la experiencia profesional en la UCI obtuvieron relaciones estadísticamente significativas al comparar el segundo y el tercer rango de años de experiencia: 11-20 y 21-29, respectivamente; es decir, su grupo intermedio de experiencia en la UCI con respecto al de mayor experiencia. Esto puede deberse a que los profesionales con más experiencia, y por tanto con más edad, tienen menos interés en colaborar con compañeras más jóvenes, o con menos experiencia, como informan Moore y Prentice14 en su estudio llevado a cabo en un centro oncológico.
Con respecto a la relación encontrada entre la ICP y la Ap.Global con la variable años de experiencia en cuidados críticos, entre los rangos 1 y 2, no se ha encontrado en la literatura ninguna razón que sea capaz de explicar por qué nuestros 2 rangos menores han tenido diferencias entre sí. Sin embargo, creemos que puede haber una posible explicación: la decisión de haber realizado la composición de los diferentes rangos en función de los cuartiles de la variable años de experiencia en cuidados críticos ha condicionado la existencia de grupos muy diferentes: mientras que el rango 1 contiene 8 años, el rango 2 solo 4 años, lo que puede generar una diferencia de este segundo rango con respecto al resto de grupos, y en especial al rango 1. En futuros estudios se intentará confirmar esta posible influencia, o buscar otro tipo de explicación, para entender qué ha podido intervenir para que este rango haya sido tan diferente del resto de grupos.
Como limitaciones del estudio pueden destacarse las siguientes:
Al tratarse de un estudio transversal, no se puede asegurar la direccionalidad de las relaciones. Además, al utilizarse un cuestionario autoadministrado, entregado y recogido tras un periodo de tiempo en sobre cerrado, no tenemos la certeza absoluta sobre la identidad de las personas que han contestado el cuestionario, ni tampoco si ha existido influencia de terceras personas en las respuestas.
Por otro lado, al no encontrar ninguna herramienta validada al castellano que evalúe la colaboración interprofesional y que permita su administración a médicos y enfermeras en el medio hospitalario, se ha tenido que optar por una escala validada solo para enfermeras. No obstante, esta decisión ha permitido examinar el colectivo más insatisfecho con la colaboración interprofesional.
Además, a pesar de que el cuestionario elegido ha demostrado poseer un buen grado de validez y fiabilidad para medir la colaboración entre los profesionales de la salud de equipos interprofesionales, se trata de un instrumento que, según sus autores (San Martín-Rodríguez et al.21), necesita seguir siendo examinado para evaluar posibles problemas asociados a la región geográfica o al grupo profesional.
A todo ello hay que añadir que la opción por esta herramienta ha condicionado que nuestros resultados tengan que ser discutidos con estudios que utilizan herramientas diferentes, y en algunos casos, incluso, distinta metodología.
Por último, señalar también que nuestro estudio posee características muy diferentes al de Bengoechea Calpe et al.22, realizado en una UCI más pequeña y con profesionales más jóvenes. Esto ha provocado que las comparaciones entre grupos no sean exactamente iguales.
ConclusionesEl estudio ha permitido conocer la intensidad de la ICP que poseen las enfermeras de una UCI, situándose ésta en niveles medios de colaboración. Los niveles más bajos se corresponden con las dimensiones de coordinación y Ap.Global. Respecto a la posible influencia de variables personales sobre la ICP y sus dimensiones, solo se ha encontrado relación entre los años de experiencia de trabajo en cuidados críticos con respecto a la ICP y la Ap.Global.
Este tema de investigación aún es reciente y queda mucho por descubrir. Por ello se sugiere que se realicen futuros estudios relacionados con la ICP en unidades de cuidados críticos, para así poder comparar estudios entre sí.
Responsabilidades éticasProtección de personas y animalesLos autores declaran que los procedimientos seguidos se conformaron a las normas éticas del comité de experimentación humana responsable y de acuerdo con la Asociación Médica Mundial y la Declaración de Helsinki.
Confidencialidad de los datosLos autores declaran que han seguido los protocolos de su centro de trabajo sobre la publicación de datos de pacientes.
Derecho a la privacidad y consentimiento informadoLos autores han obtenido el consentimiento informado de los pacientes y/o sujetos referidos en el artículo. Este documento obra en poder del autor de correspondencia.
FinanciaciónLos autores declaran no haber tenido ningún tipo de financiación externa.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
AgradecimientosAgradecemos la colaboración y la disposición de todos los profesionales del servicio de cuidados críticos del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba a la hora de participar en el estudio, y su interés en la mejora de las relaciones interprofesionales como base de los cuidados. Al mismo tiempo, damos las gracias a Rafael Serrano del Rosal y a Marina García Martínez por su colaboración en la revisión final del manuscrito.