La colecistectomía laparoscópica (CL) es el tratamiento de elección de la colelitiasis sintomática. A pesar de las múltiples ventajas frente al abordaje laparotómico convencional, es frecuente la perforación accidental de la vesícula biliar (20-40%), con salida de bilis y cálculos durante la laparoscopia (10-20%). Las complicaciones por cálculos intraperitoneales son poco frecuentes, aunque en ocasiones pueden conllevar consecuencias graves1-3. Debe realizarse el máximo esfuerzo para recuperar por vía laparoscópica los cálculos vertidos a la cavidad peritoneal, reservando la conversión a laparotomía para casos seleccionados2,4.
Presentamos un caso de un absceso retroperitoneal, subhepático y de pared, a nivel de flanco derecho, como complicación tardía por cálculos abandonados en la cavidad abdominal tras una colecistectomía laparoscópica.
Hombre de 68 años, al que se le realiza colecistectomía laparoscópica programada por colelitiasis sintomática, con apertura accidental de la vesícula intraoperatoriamente y salida de bilis y cálculos a la cavidad abdominal, por lo que se procede a lavado y aspirado de la misma. Un mes más tarde el paciente reingresa en Cirugía por un absceso subhepático postcolecistectomía, realizándose un drenaje percutáneo guiado por tomografía computarizada (TC) e instauración de tratamiento antibioticoterápico intravenoso de amplio espectro durante 12 días. A los 6 meses ingresa en el Servicio de Infecciosos por un absceso hepático piógeno con afectación subhepática y retroperitoneal, resolviéndose con tratamiento antibiótico intravenoso durante 15 días (Linezolid y Levofloxacino).
Dos años después, el paciente acude al servicio de Urgencias por una tumoración dolorosa, eritematosa, caliente y fluctuante a nivel de flanco derecho. Se realiza ecografía de partes blandas que informan de posible hematoma infectado, por lo que se procede a drenaje urgente, objetivándose emisión de contenido purulento y cálculos biliares a través de la incisión (fig. 1), se inicia tratamiento antibiótico empírico y se solicita TC abdominal de control, que evidencia una colección residual de unos 4cm subhepática, con engrosamiento y borramiento de planos grasos de pared torácica suprayacente en la zona del drenaje. El paciente evoluciona de forma favorable y es dado de alta tras 14 días de antibioterapia intravenosa.
Actualmente el paciente se encuentra asintomático y en seguimiento por nuestro Servicio.
La CL ha demostrado ventajas frente a la colecistectomía abierta o convencional en términos de menor dolor postoperatorio, reducción de la hospitalización, recuperación más rápida y mejores resultados estéticos. La tasa de complicaciones generales también es menor, aunque la lesión de la vía biliar y la infección intraabdominal por cálculos abandonados en la cavidad peritoneal son más frecuentes en la CL2.
A pesar de los intentos por extraer todos los cálculos vertidos, en el 0,2-32% de las CL persisten cálculos abandonados en la cavidad peritoneal. En numerosas publicaciones clínicas y experimentales se ha demostrado el riesgo de complicaciones graves por cálculos abandonados en la cavidad abdominal, incluso años después de la cirugía; complicaciones como abscesos intraabdominales, obstrucciones intestinales, fístulas cutáneas, digestivas, casos raros de dispareunia e incluso colelitoptisis; sobre todo cuando se trata de cálculos pigmentados y en presencia de bilis infectada1. La TC es la prueba diagnóstica más sensible. El mejor tratamiento es la prevención, evitando el abandono de los cálculos en la cavidad abdominal, pero en cualquier caso es muy importante, reflejar en el informe quirúrgico la salida de cálculos al interior de la cavidad abdominal, con el fin de un diagnóstico precoz5–7. La cirugía es el tratamiento definitivo, especialmente cuando hay dudas diagnósticas. Aunque ocasionalmente es posible la extracción de los cálculos y el drenaje del absceso por vía percutánea, como en nuestro caso, aún así, la tasa de recidivas o fracasos es elevada7.