Parece ser un hecho comprobado el escaso número de diagnósticos de colitis linfocítica y colitis colágena observado en los distintos centros sanitarios en los que se realizan endoscopias.
Desde el punto de vista de nuestra especialidad, la Anatomía Patológica, queremos hacer una serie de reflexiones/apuntes con vista a la elaboración de un documento de consenso que se nos ha comunicado se está preparando.
El diagnóstico de colitis microscópica es un diagnóstico multidisciplinar-anatomoclínico en el que deben concurrir los postulados de diversas especialidades médicas.
Cada vez es más frecuente observar en los informes de petición de diagnóstico anatomopatológico la solicitud, por parte del clínico digestólogo, de descartar una colitis microscópica. Sin embargo, por lo general, esta petición responde a un planteamiento protocolario de rutina en el que se ruega esta iniciativa ante la ausencia de datos endoscópicos que avalen la sintomatología del paciente, generalmente diarrea incoercible. Esta postura contrasta con la de una petición formal para descartar las variantes linfocítica y colágena, principales entidades englobadas en el concepto de colitis microscópica, solicitud que creemos debería venir acompañada de una comprobación previa por parte del clínico de los criterios clínicos que avalan dicho diagnóstico1,2. Entendemos que solo así el patólogo afrontará el diagnóstico sabiendo que previamente se cumplen los criterios no histológicos para el mismo. Distinguimos, pues, 2 situaciones distintas; enfrentarnos a descartar o afirmar un diagnóstico de colitis microscópica sabiendo si previamente se cumplen o no los criterios clínicos de la misma.
¿Es importante plantear esta dicotomía? Creemos sinceramente que sí. Desde el punto de vista histológico, la mucosa intestinal responde a las distintas agresiones con un corto repertorio de cuadros morfológicos los cuales deben de ser conocidos y reconocidos por el patólogo para ser interpretados a la luz de los datos clínicos, muchas veces inexistentes, que le han sido remitidos3,4. Es habitual que, tras un detallado estudio de la muestra (aleatoria), solo haya podido establecerse un diagnóstico de colitis inespecífica o cambios inflamatorios inespecíficos tras la identificación de células inflamatorias en la lámina propia como único hallazgo. Teniendo en cuenta que a este nivel es completamente normal encontrar células inflamatorias habrá que presentar recurrencias a cuantificar estos signos inflamatorios (proceso no estandarizado que además consume tiempo) con el fin de identificar aquellos casos que realmente representen inflamación. A este respecto es importante comentar que a nivel del colon derecho-ciego esta celularidad es más voluminosa que a nivel del colon izquierdo-recto. Observamos un escenario subjetivo al que hay que añadir la ausencia de información, circunstancias que, lógicamente, influirán en la precisión diagnóstica y por ende en el número de diagnósticos emitidos confirmando colitis microscópica de tipo colágena y linfocitaria3–5.
No obstante, la aplicación histórica del término de colitis microscópica (Read 1980) en las biopsias de pacientes sintomáticos sin cambios en la endoscopia y pruebas de imagen con cambios inflamatorios microscópicos está paulatinamente dando lugar a una subcategorización morfológica en la que el patólogo tiene mucho que decir. El diagnóstico histológico de colitis linfocítica y/o colágena se basa en la identificación de una celularidad inflamatoria visiblemente aumentada a nivel de lámina propia. Esta celularidad será de tipo mixto, con predominio de células plasmáticas pero con la contribución de linfocitos y eosinófilos sin cambios glandulares llamativos asociados. Quizás la diferencia más significativa sea la identificación de una banda colágena subepitelial en los casos de colitis colágena, más evidente o gruesa en colon derecho que en los tramos terminales aunque a veces es necesario presentar recurrencias a tinciones auxiliares como la tinción tricrómica de Masson para su confirmación.
Para complicar aún más la cuestión, la banda colágena y el alto número de linfocitos son hallazgos inespecíficos que adquieren su valor diagnóstico en un contexto clínico determinado, pues pueden ser exhibidos por distintos cuadros colónicos que no constituyen variantes de colitis microscópica per se5. La presencia de lesión inflamatoria epitelial, linfocítica o neutrofílica podría decantar el diagnóstico, pero las distintas descripciones en la literatura demuestran que no siempre está presente. Por tanto, y para concluir con esta reflexión, el patólogo puede ser de gran ayuda a la hora del diagnóstico de colitis microscópica y sus variantes aunque debe de recibir la información clínica necesaria (cumplimiento de criterios clínicos y hallazgos endoscópicos) para que dicha categoría diagnóstica aparezca justificadamente reflejada en sus informes.