La medicina basada en la evidencia se apoya en datos objetivos, con lo que el tratamiento seleccionado debe adecuarse a las experiencias previas científicamente probadas. Sin embargo, la actitud terapéutica se basa en un diagnóstico obtenido con la mayor fiabilidad, mínimas molestias para el paciente y menor coste. En el diagnóstico, las técnicas de imagen cada vez más potentes y sofisticadas, son, junto con las determinaciones de laboratorio, elementos básicos. Los médicos suelen tener dificultades para incorporar y utilizar precozmente las nuevas técnicas de diagnóstico por la imagen. Esta incorporación debería ser operativa a partir del momento en que se comprueba su eficacia, al compararla con las pruebas ya conocidas, y demuestran ser la mejor forma de acceder y/o corroborar una sospecha diagnóstica. Sin embargo, estas técnicas se van incorporando a la actividad diaria con lentitud por la dificultad que entraña el aprendizaje de su interpretación y porque, cuando se introducen en el arsenal diagnóstico, no suelen asegurar suficiente potencial y fiabilidad. Las dificultades son aun más patentes cuando varias técnicas novedosas inciden sobre una misma patología y cada una de ellas facilita, en distinto grado, el diagnóstico de diferentes aspectos de la enfermedad.
Las endoscopia y las técnicas de imagen basadas en la radiología disponibles para el diagnóstico en Patología Digestiva (endoscopia convencional; CPRE, ecoendoscopia y radiología convencional; tomografía computarizada; resonancia magnética, y colografía) son cada vez más accesibles, potentes y fiables, pero es difícil conocer su sensibilidad y fiabilidad en cada caso. La posibilidad de disponer de un libro que asocia texto con imágenes endoscópicas y radiológicas constituye un importante avance para conocer la mejor estrategia diagnóstica en Gastroenterología, Hepatología y Cirugía Digestiva. En el texto del «Atlas de imágenes en Gastroenterología. Correlación radiología-endoscopia» las consideraciones críticas, realizadas por un equipo médico habituado a utilizar la endoscopia y la radiología en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades del tubo digestivo, hígado, vías biliares y páncreas, tiene un interés añadido, ya que se ha conseguido correlacionar la capacidad diagnóstica de las distintas técnicas en cada situación clínica, obtener imágenes demostrativas y disponerlas en un libro en el que, aunque las imágenes son un elemento muy importante, el texto acompañante permite conocer de forma muy clara la ventaja de cada una de ellas en cada entidad clínica.
El índice, muy pormenorizado, abarca en 8 capítulos la totalidad del tubo digestivo, incluyendo la patología del páncreas, vía biliar e hígado, con las nuevas aportaciones diagnósticas de las técnicas de imagen. La correlación entre endoscopia, ecoendoscopia, tomografía computarizada y resonancia magnética, asociada a los comentarios de su aportación en los distintos diagnósticos, facilita la selección adecuada de las técnicas diagnósticas en cada situación.
La inclusión de imágenes es exhaustiva, conseguida y su correlación diagnóstica es muy interesante. Se trata de un atlas que tiene especial interés para radiólogos gastroenterólogos, hepatólogos y cirujanos que utilicen, indiquen o deban interpretar datos obtenidos por endoscopia y radiología y sus técnicas asociadas. Facilita establecer una buena correlación entre los datos obtenidos por endoscopia, radiología convencional, tomografía computarizada, ecoendoscopia, resonancia magnética y colografía en la patología del esófago, estómago, intestino delgado, colon, hígado, vías biliares y páncreas.
