La ingestión accidental o intencionada de cuerpo extraños es una de las urgencias más prevalentes de nuestra especialidad. En la mayoría de las ocasiones el manejo ha de ser conservador ya que generalmente los objetos pasarán a través del tracto intestinal sin incidencias1. La necesidad de extracción estará condicionada principalmente por las características del objeto ingerido como el tamaño y la forma, la presencia de filos, las puntas o los bordes cortantes o el tiempo transcurrido desde la ingesta. Aspectos como la situación clínica del paciente o la localización del objeto en los diferentes tramos del tubo digestivo, también influirán en el manejo. Consideraciones especiales merecen algunos objetos como por ejemplo pilas e imanes, en donde la extracción es prácticamente obligada, o paquetes de droga donde precisamente esta estaría contraindicada por el riesgo de rotura e intoxicación. Una situación frecuente es la ingestión de objetos metálicos y/o cortantes con intención autolítica, sobre todo en pacientes reclusos o psiquiátricos. En el caso de objetos grandes, puntiagudos o cortantes la extracción es obligada, generalmente vía endoscópica, reservando la opción quirúrgica en caso de imposibilidad de extracción endoscópica por el riesgo de complicaciones, o por el tamaño o características del objeto en sí2,3. Presentamos a continuación un caso excepcional de extracción endoscópica de múltiples objetos cortantes de tamaño considerable.
Varón de 37 años, recluso acude a urgencias tras la ingesta de múltiples cuerpos extraños metálicos. El paciente había sido sometido a varias endoscopias previamente4, y a cirugías gástricas por situaciones similares. Clínicamente no refería síntomas. En la radiografía simple abdominal se identifican un objeto metálico, de bordes cortantes y de 14cm de longitud y, al menos, otros 2 objetos afilados y planos de al menos 20mm de anchura máxima. A pesar de las limitaciones de la endoscopia se consideró la forma más segura de extracción quedando avisado el equipo quirúrgico por si necesitásemos de su intervención.
Con el paciente anestesiado, intubado y en quirófano, la endoscopia se realizó (fig. 1A) con un gastroscopio convencional modelo Olympus GIF-H190® de 9,2mm de calibre externo y 2,8mm de canal de trabajo, y un gastroscopio terapéutico de 2 canales modelo Olympus GIF-2T160® de 13,2mm de calibre exterior y 2,8 y 3,7mm en los canales de trabajo, un sobretubo US endoscopy® de 2cm de calibre interno y una campana de caucho protectora para los objetos más anchos que el sobretubo que se fijó en la punta del endoscopio5. Con este equipo se logró la extracción completa de múltiples cuerpos extraños cortantes (fig. 1B). Se optó por extraer en primer lugar los objetos de mayor tamaño, los alargados y cortopunzantes, por ser técnicamente más compleja la extracción y mayor su potencial de producir complicaciones sobre la pared gástrica. Posteriormente se extrajeron las placas planas, comenzando por las de mayor tamaño y, finalmente, las de menores diámetros.
Los 2 objetos de mayor tamaño se extrajeron con un asa de polipectomía y un endoscopio convencional, a través del sobretubo. El tercero, uno de los objetos planos y afilados, de menor longitud, pero mayor anchura, se impactó en el tercio medio del sobretubo, estando sujeto por un asa de polipectomía convencional y una pinza de ratón grande, ambas a través del gastroscopio de doble canal, durante el proceso de extracción del mismo, dificultando la manipulación a partir de ese momento. Ante la duda sobre si su extremo inferior sobresalía por debajo del sobretubo permaneciendo aún en cavidad gástrica, lo que haría muy arriesgada la extracción en bloque en ese momento, comprobamos con fluoroscopia digital Siemens Arcadis Varic®, que estaba totalmente incluido por el sobretubo, pudiendo extraerse en bloque con este, sin complicaciones. Los objetos de menor tamaño se extrajeron finalmente con ayuda de la campana de caucho fijada a la punta del endoscopio, e igualmente con asa y pinza.
Tras la ingesta de cuerpo extraños metálicos, cortantes o afilados hay que considerar e individualizar el método de extracción (endoscópico o quirúrgico) teniendo en cuenta las posibilidades de éxito, posibles complicaciones y experiencia del endoscopista que vaya a realizar el procedimiento. Se recomienda la protección de la vía aérea mediante intubación orotraqueal, y en el caso de la endoscopia es de elección el endoscopio flexible de visión frontal de único o doble canal2,4.