Sr. Director: Los lipomas colónicos son tumores de baja incidencia. No obstante, son los tumores benignos del colon más frecuentes, detrás de los pólipos adenomatosos, y sólo una cuarta parte expresan clínica1,2. A pesar de los avances en el diagnóstico por imagen se mantienen las dificultades en su diagnóstico diferencial preoperatorio3.
Presentamos el caso de un lipoma de colon derecho de un tamaño inusual, que ilustra con claridad estas dificultades diagnósticas.
Paciente de 68 años que acude a consultas de aparato digestivo por molestias periumbilicales de 3 meses de evolución, con pérdida de peso de 5 kg. No presenta náuseas ni vómitos, y el tránsito intestinal es regular, con una deposición diaria. Los antecedentes personales son de hipertensión arterial, apendicectomía y sucesivas polipectomías colónicas hace 6 años y 4 meses, con anatomía patológica de benignidad. En la exploración destaca dolor a la palpación en fosa ilíaca y flanco derechos. La analítica es normal.
Se le realiza enema opaco, colonoscopia y tomografía axial computarizada (TAC) abdominal. En el enema opaco se aprecia defecto de repleción en el colon ascendente, compatible con invaginación intestinal, sin características radiográficas de malignidad. No se visualiza la tumoración en la colonoscopia al no ser completa, y en la TAC abdominal se identifica la tumoración, de densidad grasa, en el hemiabdomen anterior derecho, sin poderse concretar su localización.
Se decide intervención quirúrgica, palpándose masa endoluminal de gran volumen en colon derecho. Se realiza una hemicolectomía derecha, y a la abertura de la pieza se aprecia una masa pediculada de consistencia grasa de 8 * 5 * 5 cm (fig. 1). El paciente es dado de alta a los 7 días sin complicaciones. La anatomía patológica es informada de lipoma submucoso de colon.
Los lipomas colónicos son tumores bien diferenciados que se desarrollan a partir del tejido adiposo de la pared del colon, siendo en un 90% submucosos4. Su frecuencia de aparición es baja. Sin embargo, son las tumoraciones mesenquimales benignas más frecuentes del colon, siendo las segundas al referirnos a los tumores benignos, detrás de los pólipos adenomatosos. En el 65% de los casos los lipomas gastrointestinales asientan en el colon, en especial en su lado derecho (40-70%)1,5. En cuanto al tamaño que presentan, varía, describiéndose lipomas colónicos desde 2 mm hasta 30 cm, con una media de 4 cm al diagnóstico5. A partir de la revisión bibliográfica llevada a cabo, nuestro caso sería uno de los de mayores dimensiones entre los que hasta hoy se han publicado.
Sólo un porcentaje de pacientes con lipomas colónicos, una cuarta parte, desarrollan manifestaciones clínicas, entre las que se incluyen sangrado, estreñimiento, cambio del hábito intestinal, dolor abdominal y obstrucción o invaginación intestinales6,7. De ellas, el sangrado y el dolor abdominal suelen ser las más habituales7,8.
La dificultad surge en el diagnóstico preoperatorio, al tener que distinguirlos de otros tumores benignos y malignos del colon. Los métodos usados con mayor frecuencia son el enema de bario, la colonoscopia y la TAC abdominal. La resonancia magnética nuclear (RMN) también se utiliza en la actualidad2.
Los lipomas de colon asintomáticos no se suelen tratar, indicando la cirugía si aparecen síntomas o en las ocasiones en las que el diagnóstico es dudoso y no puede ser excluido un tumor maligno2,5,9. En lipomas pequeños submucosos la extirpación endoscópica es una alternativa10. Dentro de las opciones quirúrgicas, la enucleación está indicada en los lipomas no complicados y con un diagnóstico confirmado. En el resto, la resección de colon es la terapéutica que se debe utilizar2,5,9. En la actualidad la laparoscopia es una alternativa a la cirugía abierta10. En nuestro caso, a pesar de la aproximación diagnóstica previa a la cirugía, el tamaño de la tumoración y la clínica concomitante indicaron la necesidad de la intervención quirúrgica.