La metaplasia ósea consiste en la formación de hueso benigno en cualquier localización extraósea1,2. Se forman pequeñas trabéculas óseas delimitadas por osteoblastos y rodeadas de una estroma fibroso. En el hueso neoformado se pueden encontrar tanto espículas inmaduras como hueso trabecular laminar con osteoide.
Hemos recogido 4 casos de metaplasia ósea en relación con neoplasias de colón primarias o metastásicas: una metástasis pulmonar intraparenquimatosa, una masa endobronquial metastásica, en el seno de un tumor primario de sigma, y la última en tejido hipodérmico de la fosa ilíaca, en relación con un orificio de drenaje poscolectomía.
La formación de hueso heterotópico (metaplasia ósea) en el tracto digestivo es un fenómeno inusual. Se ha descrito asociado con mayor frecuencia a tumores colorrectales, pero también en relación con procesos benignos como pólipos adenomatosos, juveniles y procesos preneoplásicos, como el esófago de Barrett. Es más frecuente en pacientes jóvenes y tumores de lento crecimiento en el colon izquierdo3.
La patogenia de este hallazgo no está clara. Se postula que en los casos asociados a neoplasias, los fibroblastos se transforman en osteoblastos por la liberación de sustancias, todavía no identificadas, desde las células del tumor4. La enzima fosfatasa alcalina se relaciona habitualmente con procesos de mineralización, y mediante estudios inmunohistoquímicos se ha podido detectar su presencia en la membrana apical de las células epiteliales de las que derivan los adenocarcinomas5. El diagnóstico diferencial en general es sencillo, ya que se establece con el carcinosarcoma descrito en el tracto digestivo tan sólo en una ocasión6.
La metaplasia ósea asociada a adenocarcinomas aparece en el estroma del tumor (fig. 1) o sobre zonas de necrosis tumoral o lagos de mucina. En las lesiones polipoides benignas se ha relacionado con la creación de un medio ácido debido a la hipoxia secundaria a la tracción que provoca el paso del contenido intestinal7.
La metaplasia ósea es un hallazgo microscópico, sin relevancia clínica que no afecta a la estadificación ni al pronóstico del paciente. Su interés radica en que en ocasiones el endoscopista, al tomar las biopsias, puede notar una dureza diferente, y el patólogo puede tener problemas en el diagnóstico diferencial con otras lesiones.