Sr. Director: El cáncer de colon avanzado puede en ocasiones metastatizar en diferentes órganos como el hígado, los pulmones u otros tejidos. Sin embargo, es muy infrecuente la aparición de nódulos mamarios metastásicos en la historia natural de una neoplasia primaria de origen colónico. Su incidencia clínica es muy baja, entre el 0,5 y el 2%, si bien la encontrada en las series de autopsias es algo mayor (6,6%)1,2. Si revisamos la bibliografía médica internacional, actualmente no encontraremos más de 40 casos publicados.
Presentamos el caso de una paciente de 83 años, sin antecedentes personales de interés, que ingresó en nuestro hospital con un nódulo indoloro en el cuadrante superior externo de la mama izquierda y una adenopatía cervical de 1,5 cm de diámetro. Además, contaba historia de un mes de evolución de náuseas y vómitos, sin dolor abdominal. La exploración física reveló un abdomen indoloro a la palpación, sin masa definida y semiología de ascitis moderada. Los estudios analíticos iniciales (bioquímica completa, hemograma y coagulación) fueron normales, salvo la presencia de una ligera anemia normocítica (hemoglobina: 10 g/dl; volumen corpuscular medio: 85 fl). Se intentó una paracentesis diagnóstica, sin conseguir obtener líquido ascítico. La radiografía de tórax fue normal. Sin embargo, la mamografía y ecografía mamaria confirmaron la existencia de un nódulo mamario de 1 cm de diámetro y de características malignas.
Ante la sospecha de que se tratara de una neoplasia primaria de mama con posible adenopatía metastásica cervical, se procedió a la resección quirúrgica del nódulo cervical y a una punción con biopsia del nódulo mamario, cuyo estudio anatomopatológico fue de adenocarcinoma en ambas muestras. Lo llamativo del caso es que ninguno de ellos presentaba positividad para receptores estrogénicos o de progestágenos, y sí, en cambio, para el antígeno carcinoembrionario (CEA)3. Estos hallazgos histopatológicos hicieron que nos replanteáramos los estudios diagnósticos, dada la posibilidad de que el nódulo mamario no fuera el tumor primario, sino en realidad una lesión metastásica de un primario de origen digestivo, y más dado el hecho de que se había encontrado ascitis en la exploración realizada a la paciente. Por ello se determinó el CEA sérico, que se hallaba elevado (22 ng/ml; rango de la normalidad hasta 3). Al volver a interrogar a la paciente para averiguar si había sufrido algún síntoma de origen digestivo en los últimos meses, tales como dolor abdominal, rectorragia o cambio del hábito intestinal, nos confirmó que, efectivamente, había presentado episodios de diarrea sin productos patológicos en los últimos 3 meses. Ante estos datos (tejido tumoral positivo para CEA en el nódulo mamario, CEA sérico elevado, cambio del hábito intestinal reciente y ascitis probablemente carcinomatosa), se sometió a la paciente a una colonoscopia total con objeto de descartar un posible tumor primario de colon. Esta prueba, en efecto, confirmó la existencia de una lesión tumoral estenosante y ulcerada localizada en colon ascendente proximal, que impedía el paso del endoscopio. El resultado de las biopsias y la citología obtenidas fue de adenocarcinoma bien diferenciado. A continuación se le realizó una tomografía axial computarizada, que puso de manifiesto ascitis moderada loculada e infiltración tumoral epiploica con implantes peritoneales carcinomatosos, una masa tumoral de bordes mal definidos en el colon derecho; no había lesiones hepáticas o esplénicas (fig. 1). Se intervino quirúrgicamente a la paciente, con resección paliativa de todos aquellos tejidos invadidos por el tumor con anastomosis ileocolónica. Las biopsias tomadas de los implantes epiploicos fueron positivas para tumor.
Fig. 1. Tomografía computarizada: lesión tumoral en colon derecho con infiltración metastásica peritoneal y ascitis neoplásica.
Lo excepcional del caso es el comienzo clínico tan atípico con que se manifestó en nuestra paciente una enfermedad neoplásica avanzada de origen colónico (adenocarcinoma), en forma de metástasis mamaria y cervical con carcinomatosis peritoneal3-5. El tumor primario no era lo suficientemente sintomático para pensar que su origen fuese digestivo, dada su escasa expresividad clínica. Sin embargo, sí tuvo relevancia desde el punto de vista clínico la aparición del nódulo mamario. Cabe destacar, además, la importancia que tuvo para nosotros el análisis de la positividad a los receptores del CEA en el tejido tumoral mamario por parte del anatomopatólogo, pues, de no haberse realizado, no habríamos podido llegar a conocer la verdadera localización del tumor primario6.