La colonoscopia es el método más efectivo para la detección de pólipos colorrectales y, además, permite la realización de biopsias y polipectomía1–5. Mediante dicha técnica, la mayoría de pólipos pueden resecarse por completo. Los pólipos identificados corresponden principalmente a adenomas esporádicos (67%) que pueden presentar distintos grados de displasia e incluso focos de carcinoma2,3. En este último caso debemos diferenciar la existencia de carcinoma in situ cuando los focos neoplásicos no superan la muscularis mucosae y, por tanto, la capacidad de diseminación es nula6, y la de carcinoma invasivo con capacidad de diseminación cuando se extienden a la submucosa7.
DISCUSIÓNLa polipectomía endoscópica puede considerarse el tratamiento definitivo cuando se realiza una resección completa del pólipo y el estudio histológico descarta la existencia de cáncer1–4. En los casos en los que la anatomía patológica detecta la presencia de carcinoma in situ o, lo que es equivalente, displasia de alto grado, la polipectomía también se puede considerar como tratamiento definitivo ya que en esta situación las áreas de transformación están confinadas a la mucosa (no superan la muscularis mucosae), y carecen por tanto de capacidad de diseminación8. Por otra parte, en los pólipos en los que se identifica la existencia de un cáncer invasivo con capacidad de diseminación (extensión de los focos neoplásicos a la submucosa), la polipectomía también se puede considerar curativa siempre que histológicamente se cumplan todos los criterios de buen pronóstico que se mencionan a continuación: carcinoma de bajo grado (bien o moderadamente diferenciado), ausencia de invasión vascular o linfática y constatación de que el margen de resección está libre de enfermedad9–11. En estos casos es recomendable confirmar que la resección ha sido completa realizando una nueva colonoscopia con toma de biopsias a los 3 meses de la polipectomía12. Merece la pena destacar que cuando el pólipo que presenta un carcinoma invasivo es de morfología sésil, hay controversia sobre si el tratamiento endoscópico es adecuado, ya que algunos estudios sugieren que la polipectomía en este contexto tiene peores resultados (enfermedad residual, recurrencia, mortalidad y metástasis hematógenas) que cuando se trata de un pólipo pediculado. En cualquier caso, la morfología del pólipo no constituye por sí misma una variable que condicione malos resultados tras la polipectomía endoscópica y, por tanto, esta técnica se puede considerar un tratamiento definitivo cuando el cáncer invasivo cumple todos los criterios de buen pronóstico13–18. En cambio, si la polipectomía ha sido fragmentada (piecemeal), no se pueden establecer los márgenes de resección del pólipo o no se cumplen los criterios de buen pronótico, se debe optar por la cirugía.
RESPUESTANo es necesario plantear el tratamiento quirúrgico en los pólipos resecados endoscópicamente cuya histología muestra focos de adenocarcinoma siempre que la resección haya sido completa y que se trate de un carcinoma in situ o de un carcinoma invasivo que cumpla criterios de buen pronóstico (grado de recomendación A; nivel de evidencia 1c).