Sr. Director: Las perforaciones intestinales por cuerpos extraños son una rara entidad como causa de abdomen agudo, pero representan una posibilidad diagnóstica que el médico no debe olvidar.
Presentamos el caso clínico de una mujer de 16 años, sin antecedentes de interés que acude a urgencias por dolor abdominal de 24 h de evolución en mesogastrio y flanco izquierdo que se acompaña de febrícula y vómitos. A la exploración presenta temperatura: 37,5 ºC, presión arterial (PA): 110/70 mmHg y FC: 96 lat/min. Abdomen doloroso a la palpación en epigastrio, mesogastrio y vacío izquierdo con defensa muscular. El hemograma evidencia 13.800 leucocitos con 85 segmentados, siendo el resto de parámetros normales. En la radiografía simple de abdomen se aprecia una imagen radioopaca filiforme en el cuadrante superior izquierdo del abdomen (fig. 1).
Con el diagnóstico de probable perforación intestinal por cuerpo extraño se interviene quirúrgicamente mediante laparoscopia, hallando una perforación mínima en una asa de yeyuno rodeada de abundante fibrina provocada por el cuerpo extraño, un fino alambre que asoma a través de la pared yeyunal. No hay signos de peritonitis difusa. Se procede a la extracción del alambre con las pinzas de laparoscopia y al lavado de la cavidad con suero fisiológico. Al ser una perforación puntiforme no se suturó la misma, dejándose un drenaje ambiental. El postoperatorio transcurre sin complicaciones, retirándose el drenaje a las 72 h y siendo dada de alta 24 h más tarde.
Posteriormente se investigó el posible origen del cuerpo extraño. La paciente había ingerido 2 días antes unas rosquillas algunas de las cuales contenían estos finos alambres. A su vez, se encontró que el alambre provenía de los cepillos con cerdas metálicas con los que se limpiaban las amasadoras de harina en la panificadora donde la paciente compraba habitualmente las rosquillas.
Aunque la ingestión de cuerpos extraños es un problema clínico común, el 90% recorre el tubo digestivo sin causar lesión alguna y tan sólo entre el 1 y el 7% pueden originar una perforación intestinal1. Este tipo de patología suele ocurrir en pacientes que presentan un menor grado de conciencia, en niños, y en aquellos que presentan problemas bucodentales.
Generalmente, suele pasar desapercibido el antecedente de ingesta del cuerpo extraño y, debido a esto y a su rara presentación, el diagnóstico se suele hacer en el momento de la intervención quirúrgica. En el caso que presentamos se observaba una imagen radioopaca en el cuadrante superior izquierdo del abdomen que nos hizo sospechar la etiología del proceso.
Los cuerpos extraños ingeridos pueden ser muy diversos, muchos de ellos son de naturaleza metálica: clavos, horquillas, alfileres, etc., aunque también hay muchos casos descritos con cuerpos extraños de naturaleza orgánica: espinas de pescado, palillos, huesos de pollo2, etc.
La localización más frecuente es el área ileocecal3,4, siendo extremadamente rara en duodeno y yeyuno5 debido a su mayor diámetro y movilidad. En el caso que presentamos el cuerpo extraño perforó un asa yeyunal sin que exista ninguna condición anatómica salvo el azar para que esto ocurriera.
Con respecto al tratamiento, éste depende de la localización de la lesión y de las condiciones locales. Generalmente se requiere laparotomía y, si la perforación está en el intestino delgado y la pared intestinal presenta buen aspecto, con la sutura simple suele ser suficiente5,6. En otras ocasiones se requiere resección intestinal y anastomosis término-terminal4. Cuando la perforación se produce en el colon la mayoría de autores recomiendan la exteriorización de la lesión con una colostomía para restablecer la continuidad intestinal en un segundo tiempo4 . En nuestro caso, las condiciones locales eran óptimas para poder resolver el caso por laparoscopia ya que la perforación era mínima, no existía peritonitis generalizada y el estado de la pared intestinal no dejaba dudas con respecto a la viabilidad de la misma. Rara vez se ha descrito la utilidad de la laparoscopia para el tratamiento de esta entidad6 y nunca, que nosotros tengamos conocimiento, hasta ahora se había solucionado el proceso exclusivamente por laparoscopia. Dado que la perforación era puntiforme y que no salía contenido intestinal una vez extraído el alambre se decidió no dar ningún punto de sutura en la pared intestinal. La única dificultad fue encontrar la zona afectada ya que el cuerpo extraño era muy fino y la reacción peritoneal local era mínima.