Sr. Director: La hidatidosis es una infección parasitaria endémica en España producida por la larva del Echinococcus granulosus con una incidencia de 5 a 9 casos por cada 100.000 habitantes1. Su presentación como shock anafiláctico es infrecuente oscilando entre el 1 y el 7,5%2 de los casos y se debe a la rotura del quiste espontánea o traumática con la consiguiente liberación de material hidatídico. Presentamos un caso de hidatidosis hepática que se inició como shock anafiláctico.
Mujer de 30 años sin antecedentes patológicos de interés que llega a urgencias por presentar de forma brusca malestar general, prurito intenso, dificultad para respirar e inestabilidad cayendo al suelo sin perder la conciencia. No tenía antecedentes de ingesta previa medicamentosa, alimentaria o de tóxicos. A la exploración estaba pálida y sudorosa, bradipsíquica, disneica sin cianosis ni estridor laríngeo. Las cifras de presión arterial fueron 60/40 mmHg y la temperatura de 38,3 °C. Existía eritrodermia generalizada y sibilancias basales en la auscultación respiratoria, siendo la cardíaca normal. Se administra fluidoterapia, adrenalina, atropina y corticoides parenterales cediendo la sintomatología descrita. En el hemograma destacaba una leucocitosis con desviación izquierda, siendo la bioquímica sanguínea y la coagulación normales. La gasometría arterial basal evidenciaba hipoxemia leve (pH 7,32, pO2 77 mmHg, pCO2 40 mmHg). La radiografía de tórax fue normal y en la de abdomen se apreciaba una imagen calcificada en epigastrio. Una ecografía abdominal urgente mostró una lesión hipoecoica con sombra acústica posterior de 2,2 cm en lóbulo hepático izquierdo y otra en lóbulo derecho con tabique en su interior compatible con quiste hidatídico con vesículas hijas de 4,6 cm. No había dilatación de la vía biliar intra ni extrahepática. La TAC abdominal evidenció los mismos hallazgos. La serología a quiste hidatídico y la IgE específica fueron positivas. La paciente fue intervenida quirúrgicamente realizándosele una quistoperiquistectomía y hepatectomía izquierda atípica que transcurrió sin incidencias.
En ocasiones, la causa de la anafilaxia es fácilmente reconocible si existe un antecedente potencial como fármacos, alimentos o mastocitosis. En cambio, en otras la causa no es evidente como en nuestro caso, sospechándose la etiología por la imagen calcificada de la radiografía de abdomen y el antecedente de convivencia con un perro. En la hidatidosis la anfilaxia se origina porque el contenido líquido del quiste provoca una reacción inmunológica tipo I de Gell y Coombs mediada por IgE, desencadenándose la activación de los mastocitos y basófilos con liberación de diversos mediadores y además activa el complemento por la vía alternativa3,4. La gravedad del cuadro clínico depende de la sensibilidad individual y de la cantidad y rapidez de absorción del antígeno variando su presentación desde una urticaria al shock.
El diagnóstico indirecto del quiste hidatídico se hace por técnicas serológicas siendo las más sensibles el ELISA, la inmunofluorescencia indirecta, la hemaglutinación indirecta y la detección del arco 5 de Caprón utilizando antígeno purificado. Su verdadera utilidad está en el seguimiento del paciente tras la extirpación del quiste o la rotura del mismo5. En el quiste que comienza como shock anafiláctico, la necesidad de resolver con rapidez el cuadro obliga a un diagnóstico precoz fundamentalmente clínico que es más difícil si la rotura es espontánea.
La ecografía abdominal es la primera técnica a emplear en la hidatidosis hepática por su rapidez e inocuidad llegando a ser diagnóstica hasta en el 100% de los casos6.
El tratamiento de elección del quiste hidatídico es la extirpación quirúrgica. Si el quiste es inoperable por su localización anatómica o por tratarse de quistes complicados, se recomienda como tratamiento los derivados benzoimidazólicos mebendazol y albendazol.
Como resumen queremos destacar que ante un cuadro de shock anafiláctico sin causa clara en una persona sana debe considerarse, en nuestro país, que es zona endémica, la posibilidad de que se trate de una rotura de quiste hidatídico.