La anemia constituye la complicación sistémica más frecuente en la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), y aunque las causas potenciales son múltiples, el déficit de hierro es la más prevalente de ellas1, como consecuencia del sangrado digestivo, la malabsorción o las restricciones dietéticas. Para tratar la anemia ferropénica, clásicamente se ha recomendado la administración de suplementos de hierro por vía oral2; sin embargo, un significativo porcentaje de pacientes con EII presentan mala tolerancia a éstos. Incluso en algunos estudios la administración de hierro oral se ha asociado a un empeoramiento clínico3–6. Una alternativa para administrar los suplemento de hierro a estos pacientes es la vía intravenosa7.
DiscusiónLas recomendaciones más recientes, recogidas en la Guía de tratamiento de la anemia en la EII, aconsejan utilizar preferentemente la vía i.v. para corregir la anemia ferropénica, por resultar más eficaz y mejor tolerada, y mejorar la calidad de vida en mayor medida que con la administración oral7.
El distinto perfil coste-beneficio entre el hierro v.o. e i.v. hace imprescindible definir qué pacientes son candidatos a recibir terapia por una u otra vía8. En determinadas circunstancias, como en pacientes con anemia grave (hemoglobina<10g/dl) o que no responden o no toleran la vía oral, la vía i.v. resulta imprescindible (tabla 1).
Indicaciones de tratamiento con hierro intravenoso en la enfermedad inflamatoria intestinal
Anemia grave (hemoglobina<10g/dl) |
Intolerancia a la vía oral |
Ausencia de respuesta a la vía oral |
Enfermedad inflamatoria intestinal activa y grave |
Tratamiento concomitante con eritropoyetina |
Preferencia del paciente |
Adaptado de Gasche et al7.
El tratamiento con hierro oral conlleva un menor coste económico, pero tiene importantes limitaciones. Es lento en alcanzar el objetivo y requiere un adecuado cumplimiento. Un estudio aleatorizado que compara el tratamiento con hierro v.o. frente a i.v. demuestra que la recuperación de los depósitos de ferritina es más lenta con la vía de administración oral9. Su baja potencia, debido a su escasa absorción oral, hace inútil el intento de administrar dosis elevadas por vía oral con el fin de acelerar la reposición. De hecho, el hierro no absorbido puede regular a la baja la absorción, empeorar la tolerancia al tratamiento, e incluso comportarse como tóxico para la mucosa intestinal10,11. Además, en pacientes con enfermedad de Crohn con afectación o resección del duodeno, la absorción oral puede estar afectada.
Un significativo porcentaje de pacientes no toleran el hierro oral por la aparición de efectos adversos, como náuseas, vómitos o diarrea, que pueden confundirse con los síntomas de un brote de la EII. Este hecho conlleva la retirada del tratamiento hasta en el 21% de los pacientes, según los datos de la revisión sistemática de Kulnigg y Gasche2. Asimismo, se ha descrito que el hierro oral podría precipitar recaídas de la EII3–6, debido a la producción de metabolitos reactivos de oxígeno10,11.
La vía i.v. evita los efectos adversos gastrointestinales de las presentaciones orales, proporciona elevadas cantidades de hierro para la corrección de su déficit en un corto período12 y asegura el cumplimiento. La eficacia global del hierro sacarosa en el tratamiento de la anemia en la EII oscila entre el 50 y el 91%2, con una respuesta media al tratamiento del 73%13. Además, resulta una terapia muy eficaz (>90%) en los casos de intolerancia previa al hierro oral14 y la incidencia de efectos adversos con el hierro sacarosa es muy baja2,9. Por otra parte, la anemia en la EII puede tener una génesis mixta: ferropénica y anemia de proceso crónico que condicione un déficit funcional de hierro asociado, lo que puede requerir el empleo de eritropoyetina para revertirlo; en estos casos, es imprescindible administrar el hierro vía i.v.15. Finalmente, cabe indicar que se han desarrollado nuevas formulaciones de hierro i.v., como el hierro carboximaltosa16, cuya eficacia se está testando en la actualidad.
RespuestaEn el tratamiento de la anemia ferropénica en la EII, la administración de hierro i.v. es más eficaz que v.o., ya que con esta vía se logra una respuesta más rápida con menor incidencia de efectos adversos (grado de recomendación A; nivel de evidencia 1b). Aunque el coste económico del hierro i.v. es superior, su uso es adecuado en las indicaciones establecidas.
Coordinadores de la serieCoordinadores generales: Javier P. Gisbert, Cecilio Santander y Josep M. Piqué.
Coordinador de sección: Fernando Gomollón.