Hemos leído con interés la Carta al director publicada en el número de abril de 2010 de su Revista, por Saral de la Fuente et al1. La revisión que realizan sobre el tumor GIST y su manejo nos parece impecable, sin embargo, nos surgen algunas dudas tras su lectura.
Los autores describen el caso de un varón de 73 años con una anemia discreta (hemoglobina 12,8–13g/dl). El paciente refería antecedentes familiares de cáncer de colon y presentó un resultado positivo en las muestras de sangre oculta en heces, motivando la realización de una colonoscopia, que fue normal. Posteriormente, tras un nuevo test fecal de sangre oculta, esta vez negativo, se solicitó una gastroscopia donde se objetivó una formación submucosa, sugerente de tumor GIST mediante ecoendoscopia.
Echamos de menos en la exposición del caso los datos referentes al estudio analítico de esta anemia que orientaran sobre su naturaleza. No se indica el resultado de los índices corpusculares o que existieran datos de ferropenia que alertaran sobre pérdidas sanguíneas. Tampoco la lesión objetivada en la endoscopia digestiva alta se describió erosionada o ulcerada, que pudiera justificar la anemia del paciente. Los tumores GIST, ulcerados o que invaden la mucosa, pueden producir anemia, tanto por pérdidas digestivas crónicas como por hemorragia digestiva aguda2,3, pero representan una causa muy poco frecuente de sangrado gastrointestinal. Los autores tampoco explican o especulan sobre el probable mecanismo patogénico de la anemia en este caso. Por todo ello, y tras leer con atención la comunicación de Saral et al, se nos plantean las siguientes cuestiones:
Por un lado: ¿era el tumor GIST la causa de la alteración analítica del paciente, o fue un hallazgo incidental? Aunque el 69% de estos tumores pueden ser sintomáticos, en la mayoría los síntomas son inespecíficos, y en muchos casos son diagnosticados de forma casual durante la realización de una prueba diagnóstica solicitada por otro motivo4,5.
Por otro lado, y en relación con la cuestión anterior, ¿cuál es la mejor actitud en un paciente con una alteración analítica como la expuesta en el caso clínico?
Los autores concluyen destacando la importancia de realizar un estudio diagnóstico ante cualquier alteración en el hemograma. La sociedad actual, cada vez más demandante, presiona en esta dirección, sin embargo, la saturación asistencial de nuestro sistema público de salud debe hacernos replantear esta actitud, que perjudica a aquellos pacientes con síntomas cardinales o de alarma, al aumentar las listas de espera y los tiempos de demora diagnósticos. Tanto la calidad y la seguridad, como la eficacia y la eficiencia deben ser los objetivos prioritarios de una buena gestión clínica.
Creemos que en todo paciente con anemia ferropénica6,7 debe realizarse un estudio como el que describen los autores del artículo, con el fin de descartar la existencia de una causa de perdidas sanguíneas digestivas. Sin embargo es fundamental antes de ello realizar una orientación adecuada sobre la etiología de la anemia, y descartar otros motivos también muy frecuentes como la anemia de trastornos crónicos o la insuficiencia renal, y que no van a obtener beneficio de dicho estudio.