Sr. Director:
La hemorragia digestiva baja es una entidad muy relevante en la práctica clínica diaria, estimándose su incidencia en 20-27 casos por 100.000 habitantes/año. Su etiología se puede agrupar en 4 categorías: anatómicas, vasculares, inflamatorias y neoplásicas. En los individuos menores de 50 años, las hemorroides son la causa más frecuente de sangrado rectal. En el contexto de la población emigrante, cada vez más frecuente en nuestro medio, podemos encontrar causas poco habituales como algunas parasitosis intestinales.
Presentamos el caso de un varón, de 39 años, brasileño residente en España desde hace un año y medio, que refería rectorragia de 5 meses de evolución junto con una disminución de la consistencia de las heces. La exploración física fue normal. La analítica mostró hemoglobina, hematocrito y recuento leucocitario normales así como una bioquímica y un estudio de coagulación sin alteraciones. Se realizó una colonoscopia completa con ileoscopia terminal, observándose una proctitis inespecífica con hematomas submucosos, lineales y serpiginosos, que se biopsió (fig. 1). El estudio anatomopatológico mostró densos infiltrados inflamatorios, compuestos principalmente por eosinófilos e histiocitos que formaban pequeños granulomas, tanto en la mucosa como en la submucosa. En la lámina propia se encontraron unas estructuras con una fina cápsula densa, plegada y ligeramente pigmentada, con un contenido granular, rodeadas de un infiltrado inflamatorio denso con degranulación de eosinófilos, que se identificaron como huevos de esquistosoma (fig. 2), sin poder precisar la especie. Posteriormente se solicitaron 2 cultivos y estudio de parásitos en heces y en orina que fueron negativos y una serología de esquistosomiasis (IgG) que fue positiva. Se descartaron lesiones hepáticas y renales mediante una ecografía abdominal. Se pautó tratamiento con praziquantel, a razón de 40mg/kg de peso repartido en 2 tomas en un único día, sin presentarse complicaciones. El paciente está en la actualidad asintomático, sin diarrea ni rectorragia desde aproximadamente una semana tras realizar el tratamiento, pendiente de revisión con rectoscopia para nueva toma de biopsias.
La esquistosomiasis es una infección parasitaria causada por un trematodo endémico de áreas tropicales y subtropicales, por lo que en los países occidentales la infección se observa en inmigrantes o viajeros. Las manifestaciones clínicas varían en función de la especie infectante: enfermedad digestiva por Schistosoma mansoni o S. intercalatum, genitourinaria por S. haematobium y hepatobiliar por S. mansoni, S. japonicum y S. mekongi1. Los síntomas intestinales más frecuentes son abdominalgia, diarrea, rectorragia y anemia ferropénica2, habiéndose descrito también la formación de pólipos intestinales secundaria a la reacción granulomatosa ante los huevos del parásito3 y el desarrollo de úlceras y estenosis. Dada la procedencia geográfica de nuestro paciente y su sintomatología pensamos que lo más probable es que sufriese una infestación por S. mansoni que es la única especie presente en Brasil y que ocasiona sintomatología digestiva.
El diagnóstico de confirmación se realiza mediante la visualización de los huevos en las biopsias tomadas de recto, intestino, hígado o vejiga o mediante su aislamiento en heces u orina4, si bien esto último puede ser poco rentable como sugiere un trabajo en el que solo se identificaron huevos de S. mansoni en heces en el 11% de los pacientes con biopsias colónicas positivas5.
Todos los pacientes con evidencia de infección deben recibir tratamiento, incluso los asintomáticos6, empleándose habitualmente 40-60mg por kilogramo de peso de praziquantel por vía oral.
Debido al importante incremento de la inmigración y de los viajes internacionales en los últimos años en nuestro país, deberíamos tener en cuenta algunas causas poco habituales en nuestro medio, como la infestación por esquistosomiasis, en el estudio de una rectorragia en pacientes con factores de riesgo.