Sr. Director:
Los tumores carcinoides son tumores de origen neuroendocrino, cuya incidencia es de 1,5 a 2 casos por cada 100.000 habitantes. Pueden afectar al tracto gastrointestinal, donde suponen el 1,5% de todas las neoplasias gastrointestinales. Los lugares de asiento más comunes son el apéndice, las porciones distales del intestino delgado, el recto y el estómago; en cambio, el duodeno es una localización infrecuente (el 2% de todos los tumores carcinoides gastrointestinales)1 . El tratamiento clásico de los tumores carcinoides duodenales ha sido la cirugía, si bien en determinadas circunstancias la resección endoscópica puede ser una opción terapéutica2 . Se presenta un caso de tumor carcinoide duodenal asintomático, descubierto durante la realización de una gastroscopia de control, que se extirpó de modo eficaz mediante resección endoscópica. Varón de 65 años con síntomas de reflujo, sometido a una gastroscopia en la que se observó la presencia de una mínima hernia de hiato axial y una lesión seudopolipoidea, de aspecto submucoso, de unos 8 mm de diámetro localizada en la cara anterior del bulbo duodenal. Se realizó biopsia parcial con pinza convencional, cuyo resultado histológico fue de tumor carcinoide con positividad para las tinciones inmunohistoquímicas de citoqueratinas (AE1, AE3 y Cam 5.2) y enolasa. La determinación de serotonina plasmática y la medición del ácido 5-hidroxiindola-cético en orina fueron normales. La radiografía de tórax, una ecografía abdominal y una colonoscopia completa no mostraron alteraciones. Se practicó una ecoendoscopia en la que se confirmaba la presencia de una lesión de 6 mm de diámetro de localización submucosa sin afectación de las capas inferiores. Posteriormente se realizó un nuevo estudio endoscópico para completar la resección del tumor duodenal. En 2 nuevos controles endoscópicos, 6 y 12 meses después de la resección, no se apreciaron signos de recurrencia. Con la frecuente realización de exploraciones endoscópicas del tracto gastrointestinal alto, no es excepcional encontrar lesiones asintomáticas en el duodeno proximal. Habitualmente los tumores carcinoides duodenales se presentan como lesiones pequeñas y solitarias confinadas a la submucosa, con bajo potencial metastásico que dependerá del tamaño, tipo histológico y grado de invasión, si bien los tumores de localización periampular tienen un comportamiento más agresivo3 . Debido a la escasa casuística de estos tumores, no se sabe cuál es la mejor opción terapéutica, aunque en el caso de los menores de 10 mm la probabilidad de que atraviesen la submucosa y el riesgo de producir metástasis a distancia son mínimos. En estas situaciones se puede intentar un abordaje terapéutico menos agresivo que la cirugía, como es la resección endoscópica. Para ello, la confirmación de la localización submucosa mediante la ecoendoscopia es de gran ayuda4 , ya que, además de que permite medir el tamaño y la profundidad de invasión de la lesión, características relacionadas con el pronóstico, y tomar biopsias mediante punción con aguja fina, puede informar de las garantías de éxito de la resección endoscópica o, por el contrario, si va a ser necesario recurrir a una técnica quirúrgica más agresiva5 . En conclusión, los tumores carcinoides duodenales, localizados fuera del área periampular, que tienen un tamaño inferior a 10 mm y no muestran signos de invasión de la muscularis propia en la ecoendoscopia, pueden extirparse endoscópicamente de modo seguro y eficaz.