La insuficiencia hepática aguda es una entidad caracterizada por la pérdida aguda de la función del hígado en una persona sin antecedentes de enfermedad hepática previa1–3. De forma específica, se ha hecho referencia a determinadas situaciones en las que este término no debería emplearse, tales como la presencia de hepatopatía previa, la cirugía de resección hepática, la lesión hepática secundaria a un traumatismo y aquellas situaciones en las que el daño hepático es consecuencia de un proceso sistémico como la situación de shock o el fallo multiorgánico de etiología diferente al fallo hepático primario2. Realizamos un estudio observacional descriptivo retrospectivo en un hospital de tercer nivel para conocer la situación sobre el empleo de este término como diagnóstico en el informe de alta de los pacientes, tanto en los casos que se adaptan a la definición del mismo, como en aquellas situaciones en las que específicamente no se recomienda su uso.
Se incluyeron pacientes con edad≥18 años diagnosticados de insuficiencia hepática o daño hepático agudo, con independencia del resto de diagnósticos, ingresados entre el 1 de enero de 2007 y el 30 de septiembre de 2017. Se identificó a los pacientes mediante una búsqueda de diagnósticos en todos los informes de alta del hospital. El estudio cuenta con la aprobación del Comité ético de investigación clínica correspondiente. El diagnóstico se consideró apropiado si cumplía con los criterios empleados por la Asociación Europea para el Estudio del Hígado en las Guías de Práctica Clínica para el Manejo del Fallo Hepático Agudo2. Se consideró el daño hepático agudo ante la presencia de elevación de transaminasas asociada a coagulopatía, el daño hepático agudo grave en los casos de INR≥1,5 y la insuficiencia hepática aguda en los casos de desarrollo de encefalopatía hepática (alteración neurológica con hiperamoniemia). En los casos con diagnósticos no adecuados, se consideró el diagnóstico principal que originó el daño hepático en aquellos casos que se tratase de un daño secundario, la presencia de hepatopatía previa o la ausencia de criterios de daño hepático. Durante el periodo de estudio se diagnosticó de insuficiencia hepática aguda o daño hepático agudo a 444 pacientes. Los resultados del análisis descriptivo se muestran en la tabla 1.
Análisis descriptivo de la muestra
Media±DE | |
Edad (años) | 53,8±17,25 |
Valor (%) | |
Sexo (varón) | 209 (47,1) |
Fallecidos | 190 (42,8) |
Diagnósticos considerados adecuados | 55 (12,4) |
Daño hepático agudo | 14 (3,2) |
Daño hepático agudo grave | 22 (5,0) |
Fallo hepático agudo | 19 (4,3) |
Diagnósticos considerados no adecuados | 389 (87,6) |
Daño hepático secundario a otro proceso | |
Sepsis/Shock séptico | 122 (27,5) |
Shock cardiogénico | 66 (14,9) |
Parada cardiorrespiratoria | 12 (2,7) |
Patología postrasplante hepático | 10 (2,3) |
Pancreatitis | 9 (2) |
Postoperatorio de resección hepática | 8 (1,8) |
Shock hemorrágico | 4 (0,9) |
Traumatismo hepático | 4 (0,9) |
Síndrome de HELLP | 4 (0,9) |
Hipertensión intraabdominal | 3 (0,7) |
Casi-ahogamiento | 3 (0,7) |
Disección aórtica | 3 (0,7) |
Shock neurogénico | 3 (0,7) |
Politraumatismo | 2 (0,5) |
Gran quemado | 2 (0,5) |
Insuficiencia suprarrenal aguda | 2 (0,5) |
Endocarditis con embolismo séptico | 2 (0,5) |
Electrocución | 2 (0,5) |
Shock anafiláctico | 2 (0,5) |
Otras causas | 36 (8,1) |
Diagnóstico de hepatopatía previa | 57 (12,8) |
Hepatitis aguda sin criterios de daño hepático agudo (ausencia de coagulopatía) | 33 (7,4) |
DE: desviación estándar.
De forma previa se ha señalado que el empleo de este término se utiliza en múltiples situaciones en las que no se aconseja2, aunque no existen estudios que hayan cuantificado la magnitud de esta condición en la actualidad. Los datos aportados en el presente trabajo ponen de manifiesto que no se trata de un problema marginal. La causa fundamental del empleo de estos términos de forma no adecuada en nuestro hospital corresponde al desarrollo de un verdadero daño hepático secundario a otra causa primaria que origina una situación de shock o fracaso multiorgánico. Consideramos que existen 2 razones fundamentales relacionadas con esta observación; la ausencia de una terminología específica en estas situaciones y la consideración de estos diagnósticos como etiologías posibles del fallo hepático agudo de forma previa, especialmente en el paciente crítico1,4. La patología relacionada con el trasplante hepático aparece en un número reducido de casos, en probable relación con la presencia de una terminología más específica. Un porcentaje importante de diagnósticos se establecieron en pacientes con hepatopatía previa (12,8%), a pesar de que la presencia de esta comorbilidad se refleja como excluyente en la definición propia de insuficiencia hepática aguda1–3, incluso desde su descripción original5. Finalmente, la presencia de hepatitis aguda sin signos de daño hepático agudo también aparece en los diagnósticos considerados como no apropiados. La ausencia de un punto de corte claro para definir la presencia de coagulopatía puede influir en este hecho.
Las principales limitaciones de nuestro trabajo radican en su carácter retrospectivo en un único centro. Los diagnósticos se establecieron por los médicos responsables de cada paciente, lo que implica una variabilidad entre los profesionales implicados y los términos recomendados se han tomado de una guía cuya publicación es posterior al periodo de estudio. Por otra parte, la baja incidencia de esta entidad podría guardar relación con una posible sobreestimación de los diagnósticos no apropiados, debido a la mayor incidencia del resto de situaciones. Finalmente, debido a que el objetivo del estudio fue determinar aquellas situaciones en las que el empleo no se considera apropiado debido a otros procesos, no se analizó la concordancia de diagnósticos entre los procesos de daño hepático agudo con diagnósticos adecuados.
En conclusión, existe un sobreuso del término de daño e insuficiencia hepática aguda y se utiliza de forma no adecuada en múltiples situaciones. Es preciso conocer el estado actual al respecto para evitar esta situación en el futuro.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener conflictos de intereses.